Monedas, sandalias y vajilla: qué nos enseñan los objetos cotidianos de los romanos sobre cómo era su vida

Artefactos desenterrados por arqueólogos e investigadores dan indicios de cómo una de las mayores civilzaciones de la antigüedad adoraba a sus dioses, gastaba su dinero y celebraba

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Una estatua de bronce de
Una estatua de bronce de 2.300 años de antigüedad recién descubierta yace en el suelo en San Casciano dei Bagni, Italia, en esta fotografía obtenida por Reuters el 8 de noviembre de 2022 (Ministero della Cultura/Handout via REUTERS)

24 estatuas de bronce en perfecto estado, exvotos y otros objetos, pero también cinco mil monedas de oro, plata y bronce, fueron recuperadas del barro en la excavación de las antiguas termas de San Casciano dei Bagni, en la provincia de Siena, centro de Italia, lo que ha sido considerado uno de los hallazgos más significativos de la historia antigua.

“Un descubrimiento que reescribirá la historia y en el que ya están trabajando más de 60 expertos de todo el mundo”, declaró el etruscólogo a cargo de la excavación, Jacopo Tabolli, al explicar los nuevos descubrimientos en excavación en la que se trabaja desde 2019 y que se ha convertido en el mayor depósito de estatuas de bronce de la época etrusca y romana jamás descubierto en Italia y uno de las más importantes de todo el Mediterráneo.

Los antiguos romanos dejaron atrás fantásticas ruinas de su moderna civilización que ponen en clara evidencia su ingenio en arquitectura, ingeniería y arte. El Coliseo romano quizás sea el ejemplo más famoso de sus proezas, pero los arqueólogos también han descubierto pequeños artículos que revelan muchísimo sobre su vida cotidiana hace más de 2700 años.

Estos objetos, que van desde broches para el cabello y sandalias de cuero hasta vajilla intrincadamente decorada, dan indicios de cómo una de las mayores civilzaciones de la antigüedad adoraba a sus dioses, gastaba el dinero y celebraba.

Cómo veneraban

Una estatua de Neptuno, dios
Una estatua de Neptuno, dios del mar. País de origen: Italia Cultura, Período: Romano, c. Siglo I d. C. Material y tamaño: Bronce / 17,5 cm (Photo by Werner Forman Archive/Heritage Images/Getty Images)

Las impresionantes estatuas que han sido recuperadas del barro de las antiguas termas, representaban las deidades veneradas en el lugar sagrado y junto a ellas se han recuperado también algunas parte de cuerpo en bronce que se ofrecían a los dioses para la intervención curativa de la divinidad a través de las aguas termales.

Entre las estatuas recuperadas del barro caliente están las efigies de Hygieia y Apolo, así como un bronce que recuerda al famoso Arringatore, una estatua encontrada hace años en la zona de Perugia y que representaba la figura del orador Aulo Metelo, un senador etrusco durante la República romana. Tabolli que afirma que este descubrimiento “es una oportunidad única para reescribir la historia del ‘arte antiguo y con ella la historia del paso entre etruscos y romanos en la Toscana”.

Como se explica en el Atlas of the Roman World, de National Geographic, “los romanos eran principalmente politeístas, con muchas de sus deidades inspiradas en las de la mitología griega. Los antiguos romanos creían que las más de 60 deidades en su panteón (y muchos semidioses) ayudaban a dar forma a los eventos de sus vidas a diario”.

Los principales seres divinos incluían a Júpiter (el dios del cielo que supervisaba todos los aspectos de la vida) Juno (una diosa particularmente asociada con la vida de las mujeres); y Minerva (la diosa de la sabiduría). Y a medida que el poder y el territorio de los romanos se expandía, iban agregando deidades de diversas culturas, como Isis de Egipto y Mitra de Persia.

Los arqueólogos han descubierto muchos artefactos con las imágenes de los dioses y diosas de los romanos que dan cuenta de estos hechos.

El arte romano

Broche de placa de aleación
Broche de placa de aleación de cobre romano en forma de barco que contiene tres figuras, de finales del siglo I (6595 d. C.), encontrado en 1 Poultry, Londres (Photo by MOLA/Getty Images)

Las grandiosas esculturas de mármol de los romanos son especialmente celebradas como una de las grandes contribuciones a la historia mundial del arte, gracias a la maestría con la que fueron realizadas. Pero más allá de las más famosas, los artesanos romanos también crearon piezas cotidianas refinadas que muestran su talento y técnica en todo su esplendor, como objetos ornamentarios e instrumentos musicales.

Estos artesanos romanos residían en su mayoría en los barrios obreros de Roma a lo largo del Tíber. Trastévere, uno de los barrios de la Roma moderna que mejor conserva la esencia de la ciudad, estaba poblada en la antigüedad de sopladores de vidrio, zapateros, marmolistas y trabajadores de metales como el oro, la plata y le bronce, una tradición adquirida gracias a las influencias griegas y etruscas.

La vida militar

Daga, tardorromana, probablemente del siglo
Daga, tardorromana, probablemente del siglo III (Photo by Heritage Images/Getty Images)

“Uno de los secretos de la construcción del Imperio Romano residía en su fuerte ejército, necesario para conquistar nuevas tierras, así como para asegurar la paz interna y garantizar un comercio floreciente. Por tradición, solo los terratenientes podían servir en el ejército”, cuenta National Geographic. “Pero a medida que la clase terrateniente se reducía y el ejército romano dependía cada vez más de mercenarios para servir en sus unidades auxiliares, los poderes imperiales crearon un ejército profesional para el que el único requisito era la ciudadanía romana. Los pobres romanos se apresuraron a alistarse, deseosos de compartir el botín de la conquista”.

Los artefactos dejados atrás por los soldados, desde dagas hasta sandalias, permiten a los investigadores hacerse una imagen más clara de cómo era la vida de los militares en la Antigua Roma.

Las monedas

Una moneda romana con la
Una moneda romana con la imagen de Augusto César

Otras civilizaciones anteriores, como los griegos, ya usaban la moneda, pero los romanos la convirtieron en arte. Al principio eran de bronce pero, a medida que crecía su poder y su colonialismo, el oro y la plata obtenidos como botín de guerra se convirtieron en la base del sistema monetario romano. Algunas de sus denominaciones incluyen a los sestercios y los denarios, que se establecieron como algunas de las monedas más famosas de la historia.

“Pero la moneda también contribuyó a la caída de Roma”, dice el Atlas of the Roman World. “A fines del siglo II d. C., Roma experimentó una serie de desastres económicos, incluida la plaga de Antonino del 165 d. C., aumento del gasto militar cuando las tribus germánicas amenazaron con invadir la frontera norte y guerras civiles y disturbios sociales en todo el imperio. Septimius Severus (193–211 d. C.) redujo la cantidad de plata en cada denario, ya que los poderes imperiales acuñaron millones de monedas para cubrir los gastos. La confianza pública en la moneda romana se desvaneció, provocando inflación. Esto condujo a la Crisis Imperial, entre el 235 y el 284 d.C., cuando más de 20 emperadores ascendieron y cayeron. La inflación absorbió la riqueza del 99% de la sociedad, lo que provocó disturbios y guerras civiles. La solución del emperador Diocleciano fue dividir el imperio en dos, y el Imperio Romano nunca volvió a ser el mismo”.

Como indica el último descubrimiento en San Casciano dei Bagni, los arqueólogos continúan hallando más y más monedas que evidencian la afluencia del Imperio Romano.

La comida

Cuenco de trípode completo de
Cuenco de trípode completo de loza espolvoreada con mica fina de Londres con borde de caña que ha sido usado y quemado en el exterior de la base, siglo II d.C., encontrado en el área externa al este del anfiteatro romano de Londres, de las excavaciones de 1992-9 en el Guildhall, ciudad de Londres (Photo by MOLA/Getty Images)

Los romanos, como era de esperar, eran expertos culinarios, y utilizaban todo tipo de ingredientes, desde garbanzos hasta erizos de mar. Para sazonar sus platos, utilizaban, sal, miel y pimienta. Y ni hablar de sus vinos y sus panes.

Y para disfrutar estos manjares organizaban suntuosas fiestas en las que participaba solo la élite. Allí se servían langosta, jabalí y ostras en artefactos bellamente elaborados que sorprenden por su maestría.

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