Las investigaciones genéticas de Europa en el Paleolítico Superior han revelado una historia compleja y transformadora de los movimientos y ancestros de la población humana. Hay evidencia de varios casos de cambio genético en todo el continente europeo en el período posterior al Último Máximo Glacial (LGM), la llamada Edad de Hielo.
Un análisis del ADN humano más antiguo del Reino Unido obtenido de los restos de personas que vivieron en cuevas hace más de 13.000 años indica la presencia de dos grupos, con orígenes y culturas distintos, que emigraron a Gran Bretaña al final de la última Edad de Hielo y que se presume pueden haber sido caníbales. Uno de esos grupos, que vivía en la cueva de Gough en Somerset, practicaba el canibalismo ritual, afirman los científicos. Sin embargo, no hay evidencia de que el otro grupo, con sede en el actual Gales, imitara estas prácticas.
Los investigadores analizaron la evidencia de ADN de una mujer encontrada en Gough’s Cave y un hombre de Kendrick’s Cave en el norte de Gales, quienes vivieron hace más de 13.500 años. Existen muy pocos esqueletos de esa edad en Gran Bretaña, con alrededor de una docena encontrados en seis sitios en total.
Esta investigación pionera involucró datación y análisis por radiocarbono, así como extracción y secuenciación de ADN. El estudio, publicado en la revista Nature Ecology and Evolution, fue realizado por científicos del Instituto de Arqueología del University College London, el Museo de Historia Natural y el Instituto Francis Crick de Londres.
Los científicos dicen que los orígenes ancestrales de ese grupo pueden ser del Cercano Oriente, migrando a Gran Bretaña hace unos 14.000 años. “Encontrar los dos ancestros tan cercanos en el tiempo en Gran Bretaña, con solo un milenio de diferencia, se suma a la imagen emergente de la Europa paleolítica, que es una de una población cambiante y dinámica”, explica la coautora del estudio, Mateja Hajdinjak de el Instituto Francis Crick.
El gran viaje por Europa
Las investigaciones señalan que esas migraciones ocurrieron después de la última Edad de Hielo, cuando alrededor de dos tercios de Gran Bretaña estaban cubiertos por glaciares. A medida que el clima se calentó y los glaciares se derritieron, se produjeron cambios ecológicos y ambientales drásticos y los humanos comenzaron a regresar al norte de Europa.
Aunque con diferencias genéticas, el equipo dijo que los dos grupos también eran culturalmente distintos, con diferencias en lo que comían y cómo enterraban a sus muertos. “Los análisis químicos de los huesos mostraron que los individuos de la cueva de Kendrick comían muchos alimentos marinos y de agua dulce, incluidos los grandes mamíferos marinos. Sin embargo, los humanos en la cueva de Gough mostraron evidencia de comer principalmente herbívoros terrestres como ciervos rojos, bóvidos (como el ganado salvaje llamado uro) y caballos”, agregó otra coautora del estudio, Rhiannon Stevens, del Instituto de Arqueología de la UCL.
En contraste, los huesos de animales y humanos encontrados en la cueva de Gough mostraron una modificación humana significativa, incluidos cráneos humanos modificados en “copas de cráneo”, que los investigadores creen que es evidencia de canibalismo ritual.
En ese tono, los científico indicaron que los individuos de esa población anterior parecen ser las mismas personas que crearon las herramientas de piedra del Magdaleniense, una cultura conocida también por el arte rupestre icónico y los artefactos óseos.
“Realmente queríamos saber más sobre quiénes podrían haber sido estas primeras poblaciones en Gran Bretaña. Sabíamos por nuestro trabajo anterior, incluido el estudio de Cheddar Man, que los cazadores-recolectores occidentales estaban en Gran Bretaña hace unos 10.500 años, pero no sabíamos cuándo llegaron por primera vez a Gran Bretaña, y si esta era la única población presente”, concluyó la coautora del trabajo, Selina Brace, integrante del Museo de Historia Natural.
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