Con 37 años trabajando en la NASA, Miguel San Martín, el ingeniero electrónico argentino nacido en 1959 en Villa Regina, Río Negro, podría estar disfrutando de su rol de experto en descenso de robots y naves espaciales en Marte y estar trabajando de consultor. Pero no.
Su desafío es estar comprometido hasta el más mínimo detalle en la próxima gran aventura que la NASA y la Agencia Espacial Europea ya están trabajando en conjunto para traer a la Tierra una muestra de suelo de Marte.
“Me gusta mucho lo que hago y después de la misión Curiosity estuve con la que siguió (Perseverance) desde un rol de consultor, que es buena, pero los expertos no necesariamente siguen tu consejo. Siento que hablo mucho y luego puede que no pase lo que digo. Es como cuando uno está en la tribuna hablando. Distinto es estar en campo de juego y tratar de meter algún gol. Es emocionante y requiere un montón de trabajo. Si estás en el campo de juego tenés que correr. Desde mi posición yo podría estar en la tribuna dando consejos, pero me gusta más lo otro. Ahora debo interactuar con gente más joven, con mucha energía. Y eso es un gran desafío. Pero vale la pena. Porque cuando llega la parte del aterrizaje, sentís que una parte tuya está invertida allí. Y es muy grato”, explicó San Martín en diálogo exclusivo con Infobae.
Su total compromiso y devoción con esta nueva misión Mars Sample Return al planeta rojo radica en que si tiene éxito será una de las grandes hazañas espaciales jamás llevada adelante y contadas con los dedos de una mano por lo que puede significar traer material de otro planeta para saber si hay o hubo rastros de vida orgánica.
“Hallar un microbio en Marte sería uno de los descubrimientos más grandes de la historia”, aseguró San Martín a Infobae luego de su doble presentación pública esta semana. Primero fue el sábado 29 de octubre en San Carlos de Bariloche, durante una presentación del evento organizado por la Fundación del Instituto Balseiro llamado Migración de Ideas en un salón desbordado de un reconocido hotel. Y luego el viernes último en el Planetario de la Ciudad de Buenos Aires, Galileo Galilei ante una sala llena.
San Martín es hoy el jefe de Ingeniería para el Guiado, Navegación y Control de sistemas en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) o Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, el sitio de la agencia espacial estadounidense donde se proyectan y ejecutan todas las misiones espaciales no humanas. Desde que trabajó en esa área, la NASA ha podido hacer descender en Marte todos los robots que mandó.
Desde la primera en 1997, hasta la última en febrero de 2021, fueron cinco exitosas misiones que llegaron a la superficie marciana: Pathfinder, con su rover Sojourner; Spirit; Opportunity; Curiosity y Perserverance. Algo que Europa y Rusia todavía no han podido lograr. Solo China lo hizo en mayo de 2021 con su rover Zhurong.
“Hay varias razones por la que queremos investigar a Marte y es responder si hubo vida allí. Hay un consenso de los científicos de que hay otros lugares en el universo habitables y con vida. En nuestro sistema solar los expertos presumen que la vida existe o pudo haber existido. En la luna Europa de Júpiter, en la luna Titán, de Saturno. Pero todas quedan muy lejos. En cambio Marte, que hace 3500 o 4000 millones de años era muy parecido a la Tierra, con ríos, lagos y mares en su superficie, pudo haber albergado vida. Eso es lo que fuimos a buscar con las misiones de los rovers Curiosity (2012) y Perseverance (2021). Con este último robot se están recogiendo muestras del suelo que queremos traer a la Tierra para analizarla en los laboratorios importantes que tenemos y con la tecnología de punta para determinar las firmas biológicas existentes o que existieron alguna vez”, destacó San Martín.
“Fósforo, nitrógeno, compuestos orgánicos simples también se hallaron con Curiosity. Perseverance recogerá hasta 30 muestras que luego serán depositadas en una nave espacial que llegará al planeta en 2031 para luego ser retornadas a la Tierra en 2033″, sumó San Martín, quien tiene el cargo importante de dirigir el guiado, control y descenso de la nave en Marte que tendrá un pequeño cohete de 500 kilos para lanzar las muestras al espacio, donde otra nave orbital construida por la Agencia Espacial Europea será la encargada de recepcionarlas para luego albergarlas en una cápsula que retornará la Tierra.
Una misión única
Con la amplia experiencia de haber trabajado en el descenso exitoso en Marte de las 5 últimas misiones estadounidenses en el planeta rojo, San Martín redobla esfuerzos en su proyecto más desafiante: hacer descender la nave espacial Sample Return Lander (SRL) encargada de recibir las muestras que recoja Perseverance.
“El plan A es que Perserverance lleve las muestras hasta el SRL. Pero eso sería de acá a casi 10 años. En el medio puede romperse el robot, quedarse en un lugar varado, etc, etc. Ante esto, el robot tiene dos sistemas de recolección de muestras. Cuando excava el terreno marciano, toma una muestra que la guarda en su interior. Pero luego, toma otra, la encapsula y la introduce en un tubo metálico que deja en la superficie marciana. Ese es el plan B. Es la filosofía de ‘más vale pájaro en mano’, porque el vehículo se puede romper en cualquier momento. Si el rover Perserverance no puede ir hasta donde aterrizó la nave SLR, dos pequeños helicópteros marcianos similares al Ingenuity, que nos sirvió para probar la tecnología recién llegados saldrán de ésta y serán los encargados recoger las muestras que el robot haya dejado en el suelo. Luego de tomarlas con un brazo mecánico montado en los helicópteros, las muestras serán albergadas dentro de un cohete de tres metros de longitud y 500 kilos de peso que el SRL lleva”, relató el ingeniero.
Segunda etapa, el retorno a Tierra
El segundo capítulo de esta increíble aventura en Marte tiene que ver sobre cómo hacer llegar esas muestras a nuestro planeta. Y eso se pensó haciendo despegar un cohete desde otro planeta, lanzando una segunda nave que orbite Marte y se encuentre con el cohete, y finalmente una cápsula que se desprenda de esta nave orbital y viaje hasta la Tierra para llegar recién en 2033.
“El plan es extremadamente complicado y Estados Unidos no puede hacerlo solo. La NASA construirá el SLR, con el cohete y dos helicópteros. También la cápsula de retorno. Mientras que la Agencia Espacial Europea será la encargada de desarrollar el orbitador ERO y el brazo robótico de los helicópteros”, dijo el experto.
La Sample Return Lander (SRL) se compone de tres elementos: una plataforma de superficie, dos helicópteros gemelos y un cohete para ascender desde la superficie de Marte (MAV, por sus siglas en inglés). El MAV lanzará el contenedor de muestras a la órbita de Marte, donde será capturado por la misión Earth Return Orbiter (ERO), que detectará el cohete con las muestras y se posicionará para capturarlo.
Luego de biosellar las muestras y esterilizar el recipiente por fuera para evitar traer algún patógeno que pueda ser considerado una amenaza para la vida en la Tierra, las muestras serán selladas de manera segura a la cápsula de reentrada de la tierra (ERC por sus siglas en inglés)”, apuntó.
“El orbitador de retorno a la Tierra ERO, construido por la ESA, se lanzará en 2027. Y el SRL de la NASA despegará en 2028 para que aterrice en Marte en 2031. “En lugar de hacer el viaje en ocho meses lo haremos en dos años con las órbitas correctas. Queremos llegar cuando haya pasado la época de las tormentas de polvo en el planeta rojo, que harían muy peligroso no solamente aterrizar, sino también la operación de recolección de muestras. Además, se podrían afectar los paneles solares que alimentan todo el sistema eléctrico de la nave”, destacó San Martín.
“En esta misión hay varias cosas que se harán por primera vez. Tendremos el primer lanzamiento desde otro planeta con este nuevo un cohete. Será la primera vez que se realizará un encuentro en Marte entre dos objetos o naves espaciales y será también el primer viaje ida y vuelta a Marte. Además, claro está de traer por primera vez una muestra de otro planeta”, completó el experto.
San Martín dejó un mensaje a los jóvenes que quieren adentrarse en la fascinante carrera espacial: “Sigan sus sueños con pasión y tomen los riesgos que tengan que tomar pero diviértanse en el camino. Que no solo sea en el objetivo final. Lo importante es siempre hacer lo que te gusta y algo para lo que sos bueno. En general esas cosas van juntas. A nadie le gusta algo para lo que es malo, no es placentero. Si hacen eso con pasión, a la larga se les aclara el camino. Esa fue mi metodología que me llevó a trabajar para la NASA”.
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