Los efectos del calentamiento global son un foco de investigación de los científicos. Cada semana desde diferentes centros de investigación aparecen nuevas conclusiones sobre los riesgos que ocasiona esta tendencia que se agudiza.
Ahora, más de 60 profesionales de diferentes partes del mundo integraron una mega investigación que analizó las consecuencias sobre la comunidad de insectos. Las conclusiones a las que arribaron ponen en alerta sobre los efectos radicales en el medio ambiente y el modo en que reducirá drásticamente la capacidad de la humanidad para construir un futuro sostenible.
El profesor William Laurance, director del Centro de Ciencias Ambientales y Sustentables Tropicales de la Universidad James Cook, en Australia, es coautor de este importante estudio de envergadura internacional sobre el futuro de los insectos en escenarios de cambio climático. Refiriéndose a él ha declarado que “la biosfera ya se ha calentado alrededor de 1,1 ° C desde la industrialización y se prevé que se caliente de dos a cinco grados más para 2100 a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan significativamente. Un creciente cuerpo de evidencia muestra que muchas poblaciones de insectos están disminuyendo rápidamente en muchos lugares.
Estas disminuciones son motivo de profunda preocupación. Los medios de comunicación e incluso algunos científicos utilizan cada vez más términos como un ‘apocalipsis de insectos’ para describir este fenómeno emergente”, continuó Laurance.
Los insectos, como parte importante para el equilibrio en la biodiversidad, brindan servicios al medio ambiente en general, como la polinización, el control de plagas y el reciclaje de nutrientes, todos hechos beneficiosos para otras criaturas de orden superior, incluidos los humanos. “La pérdida de insectos se abre camino en la cadena alimentaria y ya puede estar desempeñando un papel importante en la disminución generalizada de sus consumidores, como las aves que se alimentan de insectos en ambientes templados”, dijo el profesor Laurance.
Los insectos se encuentran entre los grupos de fauna más afectados por el cambio climático. Debido a su tamaño corporal generalmente pequeño, en su gran mayoría de especies no pueden regular su propia temperatura corporal, por lo que son susceptibles a los cambios de climáticos y a los niveles de humedad del ambiente.
El documento en el que trabajaron los expertos informó que detectaron que la pérdida y fragmentación del hábitat y el aislamiento, la contaminación química u orgánica, las especies invasoras y otros cambios en el medio ambiente causados por el hombre se reconocen actualmente como los principales impulsores de la disminución de los insectos. Sin embargo, el cambio climático amplifica los efectos de los otros factores amenazantes, lo que agrava de manera extrema las consecuencias.
”Si, como parece, el cambio climático va a continuar sin cesar y con los extremos climáticos en particular representando una amenaza inmediata a corto plazo para los insectos con consecuencias a largo plazo para los ecosistemas, es esencial gestionar y restaurar los hábitats que los convierten en ‘climáticos’. “a prueba de” posible y permitir que los insectos encuentren refugios en los que puedan soportar eventos climáticos extremos”, agregó el profesor Laurance.
Los científicos, en su análisis, recomiendan trabajar sobre escalas más grandes para mantener corredores que permitan a los insectos dispersarse con el tiempo a hábitats más adecuados climáticamente. “La evidencia es clara y sorprendente. Necesitamos actuar ahora para minimizar los impactos en las poblaciones de insectos; sabemos cómo hacerlo, pero la toma de decisiones y la financiación necesaria siguen siendo aplazadas. Si, en cambio, decidiéramos conservar las comunidades de insectos y restaurar el equilibrio ecológico en los paisajes agrícolas, se podría mejorar el bienestar humano y se podrían obtener beneficios sustanciales aguas abajo”, concluyó el especialista.
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