A días de que se conmemore de la jornada internacional contra el Cambio Climático, Unicef alertó que, para 2050, más de dos mil millones de chicos en todo el mundo sufrirán las consecuencias de las olas de calor extremo. Además, señaló que, en la actualidad, “559 millones los de niños y niñas ya están expuestos al aumento de la frecuencia de las olas de calor”, mientras que “624 millones de niños se enfrentan a uno de los tres indicadores del calor extremo: la larga duración las olas de calor, las olas de calor muy intensas o las temperaturas extremadamente altas”.
El cambio climático ya es una realidad. Según un informe emitido en julio del 2021 por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que depende de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “los fenómenos peligrosos relacionados con el agua encabezan la lista de desastres en términos de pérdidas tanto humanas como económicas en los últimos 50 años”.
Asimismo, este organismo indicó que las sequías se cobraron la vida de 650 000 personas, las tormentas provocaron 577 232 muertos, las inundaciones mataron a 58 700 y las temperaturas extremas a 55 736. En octubre de 2021, en tanto, aseguraron que “los peligros relacionados con el agua, como las crecidas y las sequías, se han intensificado a causa del cambio climático. Se prevé que el número de personas afectadas por el estrés hídrico se elevará considerablemente”.
Ante este panorama, una nueva investigación de Unicef alertó que “las olas de calor alcanzaron cifras sin precedentes tanto en el hemisferio sur como en el norte”, es por eso que el organismo internacional instó a “proteger a la infancia frente al impacto creciente de las olas de calor” y señaló que las repercusiones de estos eventos naturales en los chicos “revela que, incluso si se reduce el nivel de calentamiento global, en tan solo tres décadas será inevitable que los niños de todo el mundo sufran olas de calor con mayor frecuencia”.
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Además, el documento estima que “para 2050, los 2.020 millones de niños del planeta soportarán olas de calor más frecuentes, tanto si para dicha fecha el mundo ha alcanzado un escenario de ‘bajas emisiones de gases de efecto invernadero’, con un calentamiento estimado de 1,7 °C, como si se da un escenario de ‘emisiones muy elevadas de gases de efecto invernadero’, con un calentamiento de 2,4 °C”.
Una advertencia y una realidad, las consecuencias del cambio climático
“Uno de cada 3 niños ya vive en países que se enfrentan a temperaturas extremadamente altas, y casi uno de cada 4 está expuesto al aumento de la frecuencia de las olas de calor, una situación que tiene grandes probabilidades de empeorar”, advirtió la Directora Ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, en un comunicado. Al tiempo que adelantó que “en los próximos 30 años, un mayor número de niños se verá afectado por olas de calor más largas, calurosas y frecuentes, que pondrán en peligro su salud y bienestar”.
Vale destacar que Unicef indicó que se denomina como ola de calor a “cualquier periodo de 3 días o más en el que la temperatura máxima de cada día se encuentre en el 10% superior de la media local de 15 días”, mientras que el aumento de la frecuencia de este fenómeno es cuando “hay una media de 4,5 o más olas de calor al año”, siendo que se considera de larga duración cuando su extensión media en el tiempo “es de 4,7 días o más”.
En tanto, se califican como olas de calor muy intensas “cuando la temperatura media de la ola de calor es de 2 °C o más por encima de la media local de 15 días”, y como extremadamente altas “cuando las temperaturas superan los 35 °C durante un promedio de 84.54 días o más al año”.
Sobre este punto, Russell advirtió que “el grado de devastación que supongan estos cambios dependerá de las medidas que tomemos ahora”. “Como mínimo, los gobiernos deben limitar urgentemente el calentamiento global a 1,5 °C y duplicar la financiación para la adaptación antes de 2025. Esta es la única manera de salvar la vida y el futuro de los niños, y también el futuro del planeta”, agregó y completó: “El mercurio está subiendo y también sus efectos sobre la infancia”.
Los chicos tiene una menor capacidad para regular su temperatura corporal en comparación con los adultos, es por eso que desde Unicef señalaron que “las olas de calor son especialmente nocivas para los niños”. “Cuantas más olas de calor sufran, mayor será la probabilidad de que padezcan problemas de salud como afecciones respiratorias crónicas, asma y enfermedades cardiovasculares”, advirtieron desde el organismo internacional. Incluso, indicaron que “los bebés y los niños pequeños son los que corren un mayor riesgo de morir a causa del calor”.
Los datos más relevantes del informe que difundió Unicef
El trabajo, que fue realizado por Unicef junto a The Data for Children Collaborative y que fue presentado en asociación con la Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF, Vanessa Nakate, y el Movimiento Rise Up, con sede en África, resalta la urgente necesidad de “adaptar los servicios de los que dependen los niños a medida que se revelan las inevitables consecuencias del calentamiento global”.
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En ese tono, indica que “la larga duración de las olas de calor afecta actualmente a 538 millones de niños en todo el mundo, es decir, al 23%”, cifra que se incrementará a “1.600 millones de niños en 2050 si el calentamiento es de 1,7 °C, y a 1.900 millones de niños si el calentamiento es de 2,4 °C”. “Millones de niños más estarán expuestos a olas de calor muy intensas y a temperaturas extremadamente altas en función del grado de calentamiento global que se alcance”, aclararon desde Unicef. Mientras que, en paralelo, aseguraron que los chicos de las regiones del norte, en particular en Europa, “se enfrentarán a los aumentos más drásticos de la intensidad de las olas de calor y, para 2050, casi la mitad de los niños de África y Asia estarán expuestos de manera constante a temperaturas extremadamente altas”.
“En la actualidad hay 23 países que registran el nivel más elevado de exposición infantil a temperaturas extremadamente altas. Esta cifra aumentará a 33 países en 2050 si se produce un escenario de bajas emisiones y a 36 países si se produce un escenario de muy altas emisiones. Burkina Faso, Chad, Malí, Níger, Sudán, Iraq, Arabia Saudí, India y Pakistán son algunos de los países que probablemente permanecerán en la categoría más alta en el caso de que se produzcan ambos escenarios”, indicó el documento.
Nakate se refirió a esta situación y resaltó que “las crisis climáticas de 2022 han supuesto una grave advertencia sobre el creciente peligro que se cierne sobre nosotros”. “Las olas de calor son un claro ejemplo. Por muy caluroso que haya sido este año en casi todos los rincones del mundo, probablemente será el año más frío del resto de nuestras vidas. El termómetro está subiendo en nuestro planeta y, sin embargo, los dirigentes mundiales aún no han empezado a sudar”, reclamó la Embajadora de Buena Voluntad y añadió: “La única opción es que sigamos ejerciendo presión sobre ellos para corregir el rumbo que llevamos”.
Cuáles son las medidas que Unicef insta para que los Gobierno pongan en práctica
De cara a la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que se celebrará en noviembre, Unicef instó a los Gobiernos a “proteger a los niños de todo el mundo, pero especialmente aquellos que son más vulnerables y que se encuentran en los lugares más afectados”. “A menos que tomen medidas, y pronto, este informe deja claro que las olas de calor serán aún más graves de lo que ya está previsto que sean”, resaltó Nakate. Por lo cual indicaron cuatro aspectos que deben abordarse:
1. Proteger a la infancia frente a la devastación climática adaptando los servicios sociales: “Todos los países deben adaptar sus servicios sociales más importantes –agua, saneamiento e higiene, salud, educación, nutrición, protección social y protección de la infancia– con el fin de proteger a los niños, niñas y jóvenes”. Por lo cual solicitaron, entre otros puntos, reforzar los sistemas alimentarios a fin de que resistan las amenazas y aseguren un acceso continuo a una alimentación saludable, e invertir en la prevención, la detección y el tratamiento precoces de la desnutrición grave en los niños, las niñas, las madres y las poblaciones vulnerables.
2. Preparar a todos los niños para que puedan vivir en un mundo con una nueva situación climática: “Todos los países deben ofrecer a los niños, las niñas y los jóvenes educación en materia de cambio climático, reducción del riesgo de desastres, formación en competencias ecológicas y oportunidades para participar e influir en la formulación de políticas”, resaltaron.
3. Priorizar a la infancia y los jóvenes en la financiación y la asignación de recursos relacionados con el clima: “Los países desarrollados deben cumplir el compromiso que asumieron en la COP26 de duplicar la financiación para la adaptación hasta un importe de al menos 40.000 millones de dólares anuales para 2025, con el fin último de que para 2030 se destinen anualmente a la adaptación 300.000 millones de dólares”, siendo que “la financiación para la adaptación deberá representar la mitad de todos los fondos destinados al cambio climático”.
4. Prevenir una catástrofe climática reduciendo drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero: “Se prevé que las emisiones puedan aumentar en un 14% a lo largo de esta década, lo cual nos situaría en una senda de calentamiento global catastrófico”, es por eso que indicaron que se deben reducir en, al menos, “un 45% con el fin de evitar que el calentamiento sobrepase los 1,5 °C”.
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