El mercurio tiene una historia trascendente para las poblaciones más antiguas del planeta. La región de México y América Central tiene una historia de este metal que comenzó al menos dos milenios antes de la colonización europea en el siglo XVI. Se creía en ese entonces que el mercurio tenía propiedades místicas y por eso trataron de usarlo para transformar los metales básicos en oro. Lamentablemente, hasta la fecha no se ha considerado el legado ambiental de esta larga historia de uso de mercurio.
Los antiguos mayas usaban el cinabrio, una forma de mercurio, con fines decorativos y ceremoniales. Los registros arqueológicos muestran cinabrio y raros hallazgos de mercurio líquido en importantes contextos funerarios y religiosos. Se ha encontrado también en ollas, vasijas, en suelos enterrados en algunos sitios mayas y en túneles debajo de las pirámides de Teotihuacan, pero nadie sabe aún de dónde vino y cómo lo obtuvieron.
Hay evidencia de que se usaba en la antigua India y China como afrodisíaco y anticonceptivo y hasta mediados del siglo XX como cura para la sífilis. Los arqueólogos han informado de extensos depósitos de cinabrio (HgS) y otros materiales de mercurio en antiguos asentamientos humanos en toda la región.
El experto en geo arqueología de ACU, el profesor asociado Duncan Cook, reunió datos recopilados por arqueólogos durante el siglo pasado y los combinó con nuevas e interesantes investigaciones realizadas por científicos ambientales. Los datos obtenidos, publicados en la revista Frontiers in Environmental Science, muestran que este mercurio todavía se puede detectar muchos siglos después en el medio ambiente actual.
Los antiguos sitios mayas en Guatemala, Belice, Yucatán de México, El Salvador y Honduras informan concentraciones ambientales de mercurio que igualan o superan los puntos de referencia modernos de toxicidad.
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Las fuentes de cinabrio pueden estar a cientos de kilómetros de donde se ha detectado mercurio, al final de antiguas rutas comerciales. ”La arqueología nos ha demostrado que los mayas usaban materiales de mercurio, pero no estamos más cerca de comprender de dónde los mayas obtuvieron el mercurio o cómo produjeron el mercurio líquido.
El camino a seguir es combinar lo que vemos en el registro arqueológico con mediciones científicas del mercurio heredado para obtener una comprensión mucho más rica de cómo, dónde y cuándo los mayas usaban mercurio en función de lo que todavía está en el medio ambiente hoy. Estamos trabajando con arqueólogos y usando lo que encontramos en el presente para comprender mejor el pasado. Cuando se trata de los mayas, mucho de lo que creemos que sabemos se está reescribiendo rápidamente en el siglo XXI”. Afirmó Duncan Cook, especialista de la Escuela Nacional de Artes y Humanidades, Universidad Católica de Australia
El especialista localizó y resumió todos los conjuntos de datos publicados recopilados de los antiguos asentamientos mayas que incluyen mediciones ambientales de mercurio. Los lugares con mercurio elevado son típicamente antiguas áreas de ocupación maya utilizadas en el Período Clásico Tardío, situadas dentro de grandes asentamientos urbanos abandonados por el siglo X d.C.
”Realmente estamos solo en los comienzos de la comprensión de la relación entre el mercurio y los mayas en la época precolombina. Ahora se necesita una nueva investigación que comience a identificar qué tan extendida estaba la contaminación por mercurio en el medio ambiente de los mayas, y también identifique cómo el mercurio impactó a su comunidad. Una vez que obtengamos una mejor comprensión de la contaminación por mercurio y una mejor comprensión de cómo los mayas pueden haber sido afectados, al observar el mercurio conservado en restos humanos, podemos comenzar a considerar dónde la exposición al mercurio desempeñó un papel en mayor cambio y tendencias socioculturales” finalizó Cook.
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