El cigarrillo daña permanentemente los pulmones, aumenta drásticamente el riesgo de cáncer y puede costar una fortuna a lo largo de la vida. Pero, a pesar de las evidentes desventajas, millones de personas siguen fumando. De hecho, en el mundo hay más 1.140 millones de fumadores activos, según el Estudio de la Carga Mundial de Enfermedades (GBD) publicado en la revista The Lancet.
Aunque los índices descendieron en las últimas décadas, los expertos están desesperados por convencer a más personas de que abandonen definitivamente este hábito mortal. Con la celebración de “Stoptober”, la campaña antitabaco que Inglaterra pone en marcha en octubre todos los años, el diario MailOnline habló con algunas de las voces más destacadas para que le expliquen lo que ocurre cuando se deja de fumar... y quizá sorprenda saber que los beneficios se aprecian tras sólo 20 minutos.
“Se puede dejar de fumar, individualmente o con ayuda. No suele ser fácil, pero sí es algo que muchos pacientes logran. Salir de una adicción de muchos años genera una gran alegría y satisfacción. Hoy existen profesionales que pueden orientar y acompañar en el proceso de dejar de fumar”, remarcó en una entrevista con este medio el doctor Guillermo Espinosa, coordinador del Grupo Antitabaquismo del Hospital Italiano (GRANTAHI).
Qué le ocurre a tu cuerpo al dejar de fumar
20 minutos
Tan sólo 20 minutos después de apagar el último cigarrillo, tu ritmo cardíaco empieza a calmarse. La nicotina, la sustancia química altamente adictiva del tabaco, aumenta el ritmo cardíaco al estimular la liberación de adrenalina. Pero los efectos de dejar de fumar sobre el corazón pueden ser algo menores, dependiendo de los años que lleves fumando.
Esto se debe a que, con el paso del tiempo, el tabaquismo puede dejar cicatrices en el músculo cardíaco y dañar los vasos sanguíneos, lo que puede provocar un ritmo cardíaco irregular o un latido rápido, también conocido como taquicardia, según la Asociación Americana del Corazón. Por este motivo, los fumadores se enfrentan a un mayor riesgo de sufrir infartos.
Louise Ross, experta en dejar de fumar con sede en Leicester, trabaja con cientos de clientes que intentan dejar el hábito en todo el país. La especialista, que ahora trabaja para la aplicación Smoke-Free, afirmó: “A los 20 minutos del último cigarrillo, el pulso de alguien empieza a ralentizarse y se vuelve más normal. En el plazo de una hora aproximadamente, la presión arterial cae a un nivel más normal”.
Y añadió: “Cuando alguien fuma, su presión arterial tiende a ser demasiado alta, aumenta su presión arterial, y esto puede ser muy perjudicial para las personas con diabetes o enfermedades del corazón”.
8 horas
Después de ocho horas, los niveles de oxígeno empiezan a recuperarse. De hecho, los niveles nocivos de monóxido de carbono en la sangre se habrán reducido a la mitad, según el Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido.
Cuando el tabaco, que contiene carbono, se quema, libera el gas venenoso. Este gas, que no tiene sabor ni olor, sustituye al oxígeno en la sangre cuando se fuma. Como consecuencia, el monóxido de carbono impide que los pulmones funcionen correctamente y obliga al corazón a trabajar más.
Esto impide que las células y los tejidos reciban el oxígeno que necesitan, lo que también puede provocar un derrame cerebral o una enfermedad cardíaca. Si fumás durante el embarazo, el monóxido de carbono impide que tu bebé reciba el oxígeno que necesita.
48 horas
Después de dejar el hábito durante dos días, te sorprenderá de lo sabrosas que pueden ser tus comidas diarias, antes aburridas. Esto se debe a que el sentido del gusto y el olfato empiezan a mejorar en 48 horas.
En ese tiempo, todo el monóxido de carbono se eliminó del cuerpo y los pulmones empiezan a eliminar la mucosidad. Fumar puede dañar los nervios olfativos de la nariz. Estos nervios son los responsables del olor, que también está relacionado con el sabor.
El doctor Max Pemberton, un psiquiatra del NHS en Londres que solía fumar 40 cigarrillos al día, dijo que el sentido le volvió de repente cuando dejó de fumar. Dijo: “Sucedió de repente con el queso rallado y el té. Podía sentir todo el sabor del té earl grey, era abrumador, era increíble”.
Pemberton, columnista del Daily Mail, añadió que también se dio cuenta del desagradable olor del humo de los cigarrillos y empezó a olerlo en su ropa vieja. “Me di cuenta del olor a humo; nunca antes había olido bien el humo”, aseguró.
72 horas
Si conseguís pasar 72 horas sin fumar, vas a notar que te es más fácil respirar. Esto se debe a que los bronquios -los sacos de aire de los pulmones que pueden irritarse y dañarse con el humo- empiezan a relajarse. También es posible que sientas un poco de energía al aumentar los niveles de oxígeno en la sangre.
Tras décadas ayudando a la gente a dejar de fumar, Ross comprobó los enormes beneficios de abandonar los cigarrillos. “Hace poco hablé con alguien que me dijo que ahora podía subir las escaleras con mucha facilidad y que antes tenía que parar y respirar entrecortadamente”.
2 semanas
Pasá dos semanas sin fumar y tu circulación va a haber mejorado. La sangre va a llegar mucho mejor al corazón y a los músculos.
Según la Fundación Británica del Corazón, esto se debe a que las sustancias químicas de los cigarrillos hacen que las paredes de las arterias se vuelvan pegajosas. El material graso puede empezar a obstruir las arterias y reducir el espacio para que la sangre fluya correctamente.
Si las arterias que llevan la sangre al corazón se obstruyen, puede producirse un infarto. Sin embargo, tras dejar de fumar este riesgo se reduce. El doctor Lion Shahab, profesor de Psicología de la Salud del University College London (UCL) que forma parte de un grupo de investigación sobre el tabaco y el alcohol, explicó que se ha demostrado que el monóxido de carbono, un subproducto de fumar cigarrillos, daña el funcionamiento de las células endoteliales, que recubren el interior de los vasos sanguíneos y son vitales para la circulación.
“Tras dejar de fumar, el funcionamiento de las células endoteliales mejora, al igual que otras medidas de la salud cardiovascular”, dijo. Así lo demuestra también un estudio publicado en 2010, según el cual las personas que dejaron de fumar experimentaron una mejora significativa de la función endotelial, pero después de un año sin fumar.
3 meses
Al cabo de tres meses, la función pulmonar aumenta hasta un 10%, según el NHS. Para entonces, la tos, las sibilancias y los problemas respiratorios empiezan a remitir. Pemberton reveló que su tos, causada por décadas de tabaquismo, desapareció “al cabo de unas dos semanas”.
Sin embargo, también advirtió que es probable desarrollar tos después de dejar de fumar y explicó que es sólo una señal de que los pulmones están empezando a funcionar de nuevo. “Algunas personas tienen tos después de dejar de fumar, pero esto se debe a que los cilios, los pelos de los pulmones, están trabajando y tratando de deshacerse de la suciedad. En realidad, es una señal de que los pulmones están funcionando”, detalló.
1 año
Si conseguís no prender ni un solo cigarrillo durante todo un año, tu riesgo de infarto se va a haber reducido a la mitad en comparación con el de un fumador. Eso es lo que dice el NHS, que atribuye más de 74.000 muertes en el Reino Unido en 2020 a enfermedades relacionadas con el tabaco.
Según la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren 1,9 millones de personas por enfermedades cardíacas provocadas por el tabaco. Esto equivale a una de cada cinco muertes por enfermedades del corazón.
Incluso el humo de segunda mano y el tabaquismo ocasional aumentan el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca. Al igual que el riesgo de sufrir un infarto, el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca también se reduce a la mitad tras un año sin fumar.
10 años
Tras una década sin fumar, el riesgo de muerte por cáncer de pulmón se va a haber reducido a la mitad, en comparación con un fumador. Según la organización benéfica Cancer Research, cuando se fuma, los cigarrillos liberan más de 5.000 sustancias químicas diferentes.
Un estudio realizado en 2004, como seguimiento de un estudio de 50 años realizado por médicos británicos, concluyó que si los fumadores dejan de fumar antes de los 30 años, pueden evitar más del 90% de los riesgos de cáncer de pulmón causados por el tabaco.
El tabaquismo también influye en otros tipos de cáncer: los expertos creen que fumar provoca al menos 15 tipos de cáncer. Puede ser la causa del cáncer de boca y garganta, recto, hígado y páncreas, por nombrar algunos.
Ross, experta en temas de tabaquismo, afirmó: “El riesgo de sufrir un ataque al corazón se reduce gradualmente, así como el riesgo de padecer todo tipo de cánceres, no sólo el de pulmón. El tabaquismo puede desencadenar todo tipo de cánceres”.
Y continuó: “No hay una regla fija de que después de diez años sin fumar el riesgo de cáncer haya desaparecido, porque depende de cuánto se haya fumado antes y de qué otras afecciones se tengan”.
Entonces, ¿cómo se puede dejar de fumar?
El doctor Pemberton, que anteriormente trabajó con adictos, sabe cómo dejar de fumar, pero aun así tuvo problemas la primera vez que intentó dejarlo. Dijo: “Intenté dejar de fumar una vez, y lo hice de forma muy impulsiva y de golpe. Salí a tomar, me emborraché y lo siguiente que recuerdo es que tenía un cigarrillo en la mano. Entonces pensé que podía fumar sólo uno al día, y todo se vino abajo. La segunda vez que intenté dejar de fumar quise hacerlo bien, así que investigué todas las opciones”.
Al final, el hecho de sopesar todos los pros y los contras de fumar le ayudó a dejar el hábito. “Fue una molestia fumar hasta la fecha de dejar de fumar, sólo quería empezar. Lo hice y no fue tan traumático como pensé que iba a ser”, recordó.
Ross aconseja a las personas que busquen el apoyo de sus amigos y familiares y que cambien su rutina. “Ser poco entusiasta es una receta para el fracaso, pero estar realmente motivado es muy importante. La gente puede tener una razón muy poderosa para dejar de fumar, puede ser por su salud o por el dinero”.
La especialista también sugiere el vapeo como forma de dejar los cigarrillos, ya que, aunque puede ser perjudicial, cree que es mejor que fumar. “Pasar al vapeo es una forma muy buena de afrontarlo, porque lo que mata no es la nicotina, sino el humo. Para ella, la terapia de sustitución de la nicotina también funciona.
“Nos preocupa menos el consumo de nicotina a largo plazo; lo importante es que la gente deje de fumar. Si se vapea para no fumar, es mucho mejor que dejar de hacerlo y luego, en una crisis o en una fiesta, sacarle un cigarrillo a un amigo y volver a empezar el ciclo. Preferiría que la gente mantuviera el vapeo para esos momentos de crisis en lugar de volver a fumar”, concluyó Ross.
Sin embargo, según el doctor Alejandro Videla, presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y jefe del Servicio de Neumonología y Clínica del Sueño del Hospital Universitario Austral, “no se recomienda usar al cigarrillo electrónico para dejar de fumar porque implica el riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar grave”.
“Por un lado, si practican el vapeo, la persona persiste en la dependencia de la nicotina a través de un producto diferente al cigarrillo. Por otro, aun cuando usen cigarrillos electrónicos sin nicotina, hay estudios que demuestran que los fabricantes sí les incluyen nicotina y mantienen la dependencia del comportamiento de fumar. El 80% de los usuarios de cigarrillos electrónicos son también consumidores de los cigarrillos convencionales”, indicó a Infobae el experto.
SEGUIR LEYENDO: