El virus Zika, habitualmente transmitido por mosquitos, una vez que ha ingresado al cuerpo, tiende a dirigirse directamente a las células dendríticas, que son necesarias para una respuesta inmunitaria eficiente. Se trata de células cruciales del sistema inmunitario innato.
¿Cómo es este virus tan astuto que puede infectar células que normalmente resisten las infecciones? Esa es una pregunta que profesionales del Centro LJI para la Investigación de Enfermedades Infecciosas y Vacunas de La Jolla, en la Universidad de California, han tratado de dilucidar en una nueva investigación que acaba de publicarse en la revista especializada Nature Communications.
Sujan Shresta, miembro del Centro LJI, y el equipo que lidera han descubierto que el virus Zika en realidad hace que las células dendríticas dejen de funcionar como respuesta inmunitaria. El grupo de científicos demostró, además, que este patógeno hace que las células dendríticas produzcan moléculas de lípidos, que el virus usa para crear copias de sí mismo. “Para curar o prevenir infecciones en el futuro, es imperativo comprender cómo los virus interactúan con las células humanas”, afirmó el profesor Aaron Carlin, ex asistente de investigación en Shresta Lab y co-líder del nuevo estudio.
En sus investigaciones los especialistas descubrieron que el virus Zika afecta los genes de las células dendríticas que regulan el metabolismo de los lípidos. Una proteína celular llamada SREBP es invocada por el virus, lo que hace que aumente la producción de lípidos, o moléculas de grasa. Estos lípidos sirvieron como componentes básicos para el ensamblaje de nuevas copias del virus, réplicas diseñadas para circular por todo el cuerpo y propagar la infección.
Luego, el grupo investigó si el Zika convierte diferentes células en fábricas de lípidos. Los científicos demostraron que este virus no afecta los genes del metabolismo de los lípidos en las células precursoras neurales, a pesar de la capacidad conocida del patógeno para atacarlas. Shresta se sorprendió por el hecho de que solo las células dendríticas habían sufrido estas alteraciones, así como por el hecho de que el Zika y no el dengue había afectado la producción de lípidos. “Los virus son una locura -dice Shresta al respecto-. Depende en gran medida del virus, del tipo de célula en cuestión y de cómo estos virus alteran las respuestas de la célula huésped”.
El próximo paso es la creación de antivirales que impidan que el Zika use los genes involucrados en el metabolismo de los lípidos. La investigación más reciente sugiere que la supresión terapéutica de SREBP puede ser prometedora, siendo que este virus es transmitido por artrópodos (ZIKV) que pertenece a la familia de virus ARN Flaviviridae, que también incluye el virus del dengue (DENV), al del Nilo Occidental y al de la encefalitis japonesa.
La necesidad de vacunas y medicamentos antivirales específicos para ZIKV ha quedado clara debido a la aparición del virus Zika (ZIKV) como un problema de salud mundial. Las células dendríticas (DC), que son esenciales para desencadenar respuestas antivirales innatas y adaptativas, están infectadas por ZIKV; sin embargo, se desconocía hasta ahora cómo se interfiere con la función de DC para causar la infección por ZIKV.
Una técnica de perfilado genómico permite ahora una comparación discreta de DC humanas primarias infectadas con ZIKV con DC cercanas que no están infectadas, a fin de mejorar la sensibilidad y la especificidad de la detección de vías moduladas por ZIKV. Los hallazgos demuestran que la infección por ZIKV aumenta particularmente la expresión de genes con enriquecimiento funcional para el metabolismo de los lípidos.
Los factores de transcripción de la proteína de unión al elemento regulador de esteroles (SREBP) se reclutan para los promotores de genes de lípidos con mayor frecuencia como resultado de la infección por ZIKV, pero SREBP2 se inhibe farmacológicamente o se silencia genéticamente para prevenir la infección por ZIKV de las CD. “Por lo tanto, nuestros datos apuntan a la transcripción activada por SREBP2 como una vía promotora de infección para ZIKV, que puede transformarse con el avance de las investigaciones en un prometedor objetivo terapéutico”, concluye Shresta.
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