Con algunas de las figuras científicas más reconocidas de la Argentina y con un auditorio lleno, se entregaron los Premios Científicos 2022 de la Fundación Bunge y Born en el Centro Cultural de la Ciencia (C3). Este año, los premiados representan a las nanociencias, es decir a la ciencia que estudia los fenómenos y la manipulación de materiales a escalas imperceptibles al ojo humano. Galo Soler Illia fue quien obtuvo el más alto galardón y María Alejandra Molina fue acreedora del Premio Estímulo. Infobae estuvo presente en una velada donde quedó en evidencia que la ciencia tiene un gran futuro promisorio.
Estos premios, que reconocen a las mentes más brillantes de la ciencia argentina en sus diferentes ramas, se entregan desde 1964. Año a año, un área específica, de la mano de dos de sus mayores referentes, es enaltecida mediante uno de los reconocimientos más importantes del ámbito científico nacional por el prestigio del jurado, los premiados y su magnitud.
Galo Soler Illia: Premio Científico Fundación Bunge y Born 2022
Galo Soler Illia es licenciado y doctor en Ciencias Químicas por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), además realizó un posdoctorado en la Universidad de Pierre-et-Marie-Curie, en Francia. Es Investigador Superior del CONICET en el Instituto de Nanosistemas, de la Escuela de Bio y Nanotecnologías de la Universidad Nacional de San Martín (INS_EByN_UNSAM), espacio que fundó y dirige desde 2015. Pero no es todo, porque incluso es Decano del Instituto de Nanosistemas (INS_EByN_UNSAM), profesor asociado en la FCEN-UBA, docente de posgrado en la UNSAM, y docente invitado en distintas universidades de gran renombre del mundo.
Además, es un reconocido divulgador científico y permitió que miles de argentinos aprendan, con un lenguaje sencillo y cercano, esta ciencia que es imperceptible al ojo humano. En tanto, dentro del laboratorio diseña y produce nanosistemas con arquitecturas inteligentes y propiedades a medida, para lo cual aplica métodos químicos inspirados en la naturaleza.
Su especialidad es la síntesis de materiales nanoporosos, los cuales se aplican a la salud, ambiente y energías renovables. Y es este mismo aspecto el que lo impulsó a obtener este galardón. Según señalaron desde el jurado, el científico “ha demostrado un liderazgo indiscutible”, además “cuenta con una excelente producción científica (más de 200 artículos) y numerosas actividades de transferencia tecnológica”. “Su trabajo ha contribuido al fortalecimiento de las nanociencias en Argentina, habiendo realizado, además, una muy destacada difusión de esta disciplina en el país”, afirmaron al destacarlo.
En diálogo con Infobae y luego de haber sido galardonado, el científico recordó sus primeros pasos en la rama que luego sería conocida como nanociencias y, entre risas, señaló: “Fue muy gracioso porque eran micropartículas y estábamos enojados porque era más chiquitas que un micrón. Años después nos dimos cuenta que había que ir para abajo (en tamaño) y no para arriba”.
“La comunidad argentina de nanotecnología es muy interesante, pero nos falta mucha infraestructura y equipamiento. Estamos escasos de personal, de estudiantes, aún falta dinamizar un poquito eso”, reflexionó Soler Illia. Al tiempo que destacó que los científicos de esta área “está peleando con lo mejor que tiene y es muy activa. Me pareció muy interesante lo que mostró María Alejandra, mostré un poco yo y lo muestra mucha gente, que ya los descubrimientos se están transformando en productos concretos”.
En ese sentido, el científico, que también es un destacado mentor, resaltó la importancia de “crear una pequeña masa crítica de investigadores que quieren hacer esta tecnología y desarrollarla. Eso es muy importante, porque todas estas tecnologías modernas se van nutriendo ciencia y tecnología. Ya no es como antes, que se acumulaba ciencia y después, si te quedaba tiempo o tenías recursos, hacías tecnología. Ahora hay pequeños pasos que se pueden dar inmediatamente y que pueden realimentar a la ciencia y la tecnología, como es la nanociencia. Se descubrieron nuevas microscopías, que fue un avance tecnológico enorme, que permitieron tener mucho más control sobre las partículas”.
“Ahora estamos yendo hacia crear materiales inteligentes, que se puedan adaptar a lo que le pasa afuera o que los podamos trabajar a control remoto, para que cuando reciban un haz de luz, estén en un campo magnético o cambien las condiciones externas, esa partículas cambien de forma, tamaño o tengan cierto carácter. Estamos yendo a sistemas inteligentes sistemas que que imiten un poquito el comportamiento natural”, adelantó el científico y reiteró la importancia de las nuevas generaciones de científicos.
“Lo más importante es la generación siguiente, nosotros pasamos. Esto como una reacción de fisión nuclear que termina formando una cadena. Nosotros tenemos que tener una cadena, que cada uno de nosotros tenga un impacto y se generen como ondas, que son la gente que formas. Porque cuantos más formas es mejor, porque ellos tienen independencia, nuevas ideas y eso no se agota nunca. En cambio, uno se puede agotar y repetir, pero las nuevas generaciones son las que las que cuentan y eso es lo importante”, aseguró, al tiempo que, entre risas, aclaró: “Igual, me queda un montón por delante, no pienso jubilar”.
María Alejandra Molina: Premio Estímulo 2022
María Alejandra Molina es investigadora independiente del CONICET, ayudante en el Instituto de Investigaciones en Tecnologías Energéticas y Materiales Avanzados (IITEMA) de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), tras obtener una beca siguió su formación en la Universidad Libre de Berlín (2012-2016), en la cual investigó la utilización de nanogeles como sistemas de liberación controlada de drogas en terapias anticancerígenas.
Con un amplio futuro por delante, esta joven científica es doctora en Ciencias Químicas y lidera, desde 2016, una línea de investigación orientada a la nanotecnología mediante el uso de nanomateriales inteligentes para terapias avanzadas en biomedicina y veterinaria. Para distinguirla con este premio, el jurado señaló “su capacidad de liderazgo”, resaltó su “excelente producción científica y un amplio reconocimiento de su trabajo, como lo demuestran los importantes premios otorgados por organismos nacionales e internacionales de reconocido prestigio”.
Infobae dialogó con la científica, quien se mostró emocionada (sentimiento que contagió a toda la audiencia) tras recibir el galardón. “Este premio representa algo especial, ya que tiene la particularidad de que una no se postula y esto lo hace más satisfactorio porque es un honor que mis colegas me hagan merecedora de esta distinción; y ser reconocida por la comunidad de pares conlleva una doble responsabilidad: una hacia el interior de la misma comunidad y la otra pensar qué aporte voy a realizar de ahora más para que otras personas también puedan beneficiarse de los conocimientos y los recursos”, señaló la científica.
En ese sentido, la investigadora resaltó que “este premio es un mérito doble, porque yo vengo del interior del Interior. Estoy radicada en la Universidad Nacional de Río Cuarto, que es el interior de la provincia de Córdoba; y si bien ahora nosotros tenemos un laboratorio bastante bien formado, cuando inicié mi doctorado estábamos en el medio de la nada. La ciencia, como en casi todo en la Argentina, no es federal y todo pasa en Buenos Aires. Entonces es muy meritorio ganarse un premio en estas condiciones porque es realmente mucho más difícil hacer ciencia en el interior”.
Asimismo, Molina resaltó el rol que fueron tomando las mujeres dentro de la ciencia nacional y evaluó: “Creo que vamos por buen camino, este año se dio por primera vez en la historia que pasamos a ser más mujeres en el tercer escalafón del CONICET de la carrera de investigador e investigadora, que es el escalafón de independiente. Esto es histórico, de a poco se va logrando y vamos ganando nuestros espacios, que son más que merecidos y con mucho esfuerzo”.
Con un amplio futuro por delante, esta joven investigadora ya tiene su objetivo en el futuro: “Recién iniciando mi grupo de investigaciones, que es muy joven e incipiente, porque en realidad somos dos personas, pero tenemos proyectado seguir creciendo y apostando fuerte. También este reconocimiento puede impulsar a que el grupo de investigación pueda crecer aún más y, así, poder trabajar más”.
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