Más de 9.000 mujeres tienen cancer ginecológico en la Argentina

En el Día Mundial de esta enfermedad, expertos explican los cinco tumores que agrupan este problema de salud y cómo prevenirlos

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Cada 20 de septiembre se celebra el Día Mundial del Cáncer Ginecológico
Cada 20 de septiembre se celebra el Día Mundial del Cáncer Ginecológico

El término cáncer ginecológico agrupa cinco tipos de tumores: cáncer de ovario, de endometrio, cuello uterino o cérvix, vulva y vagina. Según datos del Observatorio Global de Cáncer (GLOBOCAN), a nivel mundial el tumor con mayor incidencia en mujeres es el cáncer de mama, seguido del cáncer de cuello uterino, cáncer de endometrio y cáncer de ovario.

En Argentina se detectaron, durante el 2020, 22.024 casos de cáncer de mama, 4.583 casos de cáncer de cuello uterino y 2.455 casos de cáncer de útero y 2.199 casos de cáncer de ovario. Estos datos, junto a los otros tipos de cáncer, posicionan a Argentina dentro de los países del mundo con incidencia de cáncer media-alta (rango 181,1 a 248,3 por 100.000 habitantes).

Cada 20 de septiembre se celebra el Día Mundial del Cáncer Ginecológico, definido con el objetivo de concientizar, alertar y enseñar sobre esta enfermedad. Cada tipo de estas enfermedades oncológicas es diferente y presenta signos y síntomas específicos, también los factores de riesgo son distintos y requieren de estrategias de prevención especiales para cada caso, aunque todas las mujeres tienen riesgo de contraer cánceres ginecológicos y éste aumenta con la edad, excepto el cáncer de cuello uterino que se da con mayor frecuencia en mujeres jóvenes, entre los 25 y 50 años.

El término cáncer ginecológico agrupa cinco tipos de tumores: cáncer de ovario, de endometrio, cuello uterino o cérvix, vulva y vagina
El término cáncer ginecológico agrupa cinco tipos de tumores: cáncer de ovario, de endometrio, cuello uterino o cérvix, vulva y vagina

“Lo que tienen en común la mayoría de ellos es que en estadios tempranos puede tener pocos o ningún síntoma. Por lo que resulta de suma importancia realizar los chequeos de rutina anuales que incluyen mamografía y ecografía mamarias, ecografía pelviana o transvaginal y examen ginecológico con PAP y colposcopía”, explicó la doctora Ana Laura Mendaña (MN 135.188), médica oncóloga, ex becaria de la Fundación Cáncer FUCA.

Si bien, cada tumor tiene sus síntomas y formas de presentación específicos, existen algunos síntomas que deben hacer consultar al médico de cabecera, como ser dolor abdominal o pélvico, sangrado vaginal anormal, dolor o sangrado durante las relaciones sexuales, distensión abdominal o aumento de la circunferencia abdominal, sensación de cansancio extremo, pérdida del apetito, sentirse llena poco después de comenzar a comer, dificultad para respirar.

“Es importante destacar que estos síntomas no son específicos de tumores ginecológicos y se pueden deber a patologías benignas”, aclaró Mendaña.

A través de un adecuado diagnóstico clínico-ginecológico-neurológico se identifican posibles tumores (Getty Images)
A través de un adecuado diagnóstico clínico-ginecológico-neurológico se identifican posibles tumores (Getty Images)

Algunos factores pueden aumentar el riesgo de contraer cualquier tipo de cáncer ginecológico:

-Tener antecedentes familiares directos que hayan tenido algunas de estas enfermedades oncológicas

-Edad: el cáncer de cuello uterino es más frecuente en mujeres jóvenes, mientras que el cáncer de ovario y de endometrio son más frecuentes en mujeres mayores de 50 años.

-Ciertos factores hormonales: no haber tenido hijos, comienzo de menstruación a edad temprana o inicio de la menopausia de manera tardía.

-Factores genéticos: personas con mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2 y otras.

-Problemas ginecológicos previos como quistes ováricos o endometriosis.

-Otros factores como: obesidad, sedentarismo y tabaquismo.

El avance de la medicina de precisión aporta una gran herramienta para mejorar el abordaje de la patología
El avance de la medicina de precisión aporta una gran herramienta para mejorar el abordaje de la patología

Una vez detectado cualquiera de los tipos de cáncer ginecológico, el médico diseñará un plan de tratamiento para tratar la enfermedad según cada paciente. Entre los tratamientos más habituales se encuentran las cirugías, la quimioterapia, la radioterapia, como así también terapias hormonales. Dado que la enfermedad es difícil de prevenir, es fundamental estar atenta, conocer los factores de riesgo, realizar los controles ginecológicos periódicos y consultar regularmente al ginecólogo para evitar un diagnóstico tardío.

Avances contra el cáncer de ovario

El avance de la medicina de precisión aporta una gran herramienta para mejorar el abordaje de la patología: ya existen tests que permiten determinar la presencia de estos genes alterados, lo que ofrece la posibilidad de prescribir tratamientos “a medida”, más eficaces y con menos efectos adversos para las pacientes. Además, en mujeres sanas pero con antecedentes familiares, saber si se porta la mutación permite realizar controles periódicos para detectar de manera temprana el posible desarrollo de cáncer de ovario. Aquellas mujeres que presentan mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2 tienen hasta un 54% más probabilidades de padecer la enfermedad.

Todas las mujeres sanas con antecedentes familiares deberían buscar asesoramiento genético como una forma de prevención; y todas aquellas con diagnóstico de cáncer de ovario, aun sin antecedentes, también tendrían que recurrir a un asesoramiento genético porque existen terapias dirigidas frente a ciertas mutaciones que pueden mejorar considerablemente el pronóstico de la enfermedad. Y porque conocer la presencia de genes mutados permite encender una luz de alerta para el resto de su familia”, enfatiza Santiago Bella, Presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica.

Es clave conocer los factores de riesgo, realizar los controles ginecológicos periódicos y consultar regularmente al ginecólogo para evitar un diagnóstico tardío
Es clave conocer los factores de riesgo, realizar los controles ginecológicos periódicos y consultar regularmente al ginecólogo para evitar un diagnóstico tardío

A diferencia del cáncer de cuello de útero, que se puede detectar de manera temprana por medio del Papanicolau (PAP) y la colposcopía, no existen pruebas específicas para el diagnóstico precoz del cáncer de ovario. “Por eso es importante conocer los factores de riesgo de la enfermedad y realizar las consultas ginecológicas de rutina. El diagnóstico de cáncer de ovario se hace a través del examen médico, el uso de imágenes como la ecografía transvaginal y la ecografía abdominal”, explica Rosa Garrido, Jefa del Servicio de Ginecología del Hospital Municipal de Oncología Marie Curie.

En Argentina, el riesgo de padecer esta enfermedad es de 1 en 70 (1,4%) y ocupa el quinto lugar de los cánceres en mujeres luego de los de mama, colon y recto, pulmón y cuello uterino, —ambos con igual incidencia en tercer lugar— y tiroides”, explicó Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC. Y agregó que: “Según el Ministerio de Salud de La Nación, en nuestro país, surgen alrededor de 2.200 casos de Cáncer de Ovario por año”. El diagnóstico se puede realizar de manera precoz (sin tener síntomas) mediante un examen pélvico anual que lo realiza un especialista en ginecología. Otros estudios como, por ejemplo, la ecografía transvaginal, la tomografía axial computada (TAC), la resonancia magnética o determinaciones de laboratorio especiales, podrán ser solicitadas por el médico a cargo en el caso que lo considere necesario.

Por su parte, el diagnóstico de certeza y la determinación de la etapa de la enfermedad se realizará por medio de una cirugía y de esa manera, se puede establecer si la enfermedad está en un estadio inicial o avanzado para, a partir de allí, plantear un plan terapéutico. Otro punto a tener en cuenta son los antecedentes familiares, en particular madre, hija, hermanas y abuelas que hayan padecido cáncer de ovario, útero o mama. Con respecto a los antecedentes personales, es importante referir al médico si se ha padecido de cáncer de mama, endometrio o colon, cuándo fue el comienzo de la edad fértil, cantidad de hijos, uso de pastillas anticonceptivas otras enfermedades ginecológicas como quistes de ovario y endometriosis, entre otros.

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