Ya se han confirmado 33.162 casos de personas con la viruela del mono en 31 países de América. Es la región epicentro de la emergencia sanitaria, con la mayor proporción de casos confirmados durante las últimas siete semanas consecutivas: superó el número acumulado de casos notificados en Europa. América registra el 58% de los casos notificados de viruela a nivel mundial, según la Organización Panamericana de la Salud.
Pero hasta el momento el número de fallecidos se ha mantenido bajo en comparación con la cantidad de personas afectadas. Hasta el viernes pasado se han notificado 2 muertes por viruela símica en Brasil y Cuba, y se están investigando otras 4 muertes (en Estados Unidos de América (2), Brasil (1) y Perú (1), según la OPS.
La tasa de mortalidad es menor de lo que se esperaba a partir de los datos históricos, y los científicos respiran con cautela. A nivel mundial, la tasa de mortalidad por viruela del mono es el 0,04%. Esta cifra es significativamente menor que el 1-3% que se ha registrado durante los brotes causados por una cepa viral similar en África Occidental en las últimas décadas.
De acuerdo con Andrea McCollum, epidemióloga que dirige el equipo de poxvirus de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos. en Atlanta, Georgia, la tasa real de mortalidad podría ser más alta que los datos oficiales. Porque los países de algunas partes del mundo, incluida África, podrían no estar captando todas las muertes durante este brote porque tienen recursos limitados para los testeos y la vigilancia.
Además, la investigadora señaló a la revista Nature que los casos podrían aumentar especialmente si el virus Monkeypox -que causa la viruela del mono- se propagara más ampliamente entre las personas con alto riesgo de enfermedad grave, como los niños, las personas mayores y las personas con sistemas inmunitarios gravemente comprometidos.
En los muchos de los pacientes que ya han sido afectados -los hombres jóvenes y de mediana edad que mantienen relaciones sexuales con otros hombres-, la infección no provocó la muerte pero ha sido “extremadamente dolorosa”, según comentó Jason Zucker, médico especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Columbia en Nueva York que ha tratado a personas con viruela del mono. El dolor se debe a las lesiones llenas de líquido que provoca la enfermedad. Algunas de ellas han sido internadas para tratar el dolor.
Una diferencia con respecto a brotes anteriores es que antes las lesiones aparecían sobre todo en la piel, en las manos, los pies y la cara. En cambio, durante este año muchos de los pacientes tienen lesiones de las mucosas que agravan el tejido sensible. Pueden causar un gran dolor e interferir con la deglución, la comida o la bebida cuando se encuentran en la garganta, o con la orina y la defecación cuando se encuentran en las zonas genital y rectal, señaló Zucker.
Ahora se trata de investigar cuáles son los factores que contribuyen a que algunas personas que adquieren la infección por el virus Monkeypox desarrollen cuadros graves y mueran. Algunas de las personas que murieron estaban gravemente inmunodeprimidas y padecían enfermedades graves distintas de la viruela del mono.
Dos personas que murieron en España desarrollaron encefalitis, o inflamación cerebral, y no tenían otros factores de riesgo conocidos. La encefalitis es una complicación rara pero grave de muchas enfermedades virales, incluidas las causadas por el herpes simple y el virus del Nilo Occidental, y se sabe que se produce en personas por lo demás sanas que se infectan, aclaró Zucker. Todavía no se sabe si la encefalitis por viruela del mono se produce como resultado de la infección de los tejidos cerebrales por el virus o como una respuesta inmunitaria excesiva que provoca una inflamación del cerebro.
Los investigadores también han observado convulsiones y encefalitis en personas con viruela del mono durante brotes anteriores: una revisión de la literatura sobre la viruela del mono -como informó Infobae el 13 de septiembre- encontró síntomas neurológicos graves en menos del 3% de las 1.512 personas analizadas.
“Tenemos que dejar de considerar la viruela del mono como una enfermedad cutánea y respiratoria”, comentó Jonathan Rogers, neuropsiquiatra del Colegio Universitario de Londres y coautor del análisis. Es posible que el virus de la viruela del mono haya evolucionado desde los brotes anteriores, pero los científicos también están aprendiendo cosas nuevas ya que ahora afectó a una población más amplia y geográficamente más diversa en comparación con décadas anteriores.
La doctora McCollum recordó que tras un brote de viruela del mono que hubo en los Estados Unidos en 2003 y afectó a más de 70 personas, se observó que la gravedad de la enfermedad difería según la vía de exposición. Las personas que fueron arañadas o mordidas por animales infectados con el virus tendían a padecer una enfermedad más grave que las personas expuestas a las gotitas y partículas respiratorias de los animales.
En 2022, la mayoría de las infecciones en el brote actual se han producido por contacto sexual estrecho. Según McCollum, el lugar del cuerpo que el virus infecta primero -la piel o el tejido de la mucosa- podría dictar la gravedad de la enfermedad. También se necesitan más datos para entender si los efectos de un caso grave de viruela del mono pueden persistir después de que la infección desaparezca.
En el estudio de los investigadores del Colegio Universitario de Londres se encontró algunos pacientes tienen cicatrices en los lugares de las antiguas lesiones. “La cicatrización no sólo podría desencadenar el estigma y la depresión, sino que también podría causar inflamación al constreñir canales corporales como el esófago y el colon”, comentó el doctor Zucker.
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