Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la causa más común de muerte entre las mujeres y los hombres hoy en día al igual que hace 30 años. Sin embargo, la investigación científica sobre esas enfermedades, las consultas médicas, la indicación de los tratamientos aún tienen sesgos que hacen que las mujeres no accedan a tiempo al diagnóstico y a las terapias adecuadas.
En la última conferencia mundial del corazón en Barcelona, España, se presentó un nuevo estudio que demuestra que casi 12.000 mujeres del Reino Unido que deberían haber sido identificadas como de alto riesgo de muerte y no fueron atendidas en las últimas dos décadas.
El problema no ocurre solo en el Reino Unido. Desde hace dos décadas, se viene advirtiendo que el sexismo en la medicina hace que miles de mujeres sufran infartos pero no reciben el tratamiento adecuado que les permitiría salvar sus vidas y tener una mejor calidad de vida.
Estudios anteriores habían revelado que las mujeres que sufren infartos tienen un 50% más de probabilidades que los hombres de recibir un diagnóstico inicial erróneo. Ese sesgo en la atención médica ha provocado miles de muertes innecesarias.
Según los expertos, los infartos de miocardio en mujeres no se detectan a menudo, en parte porque los médicos siguen dando por sentado que las víctimas de ese tipo de enfermedades siempre son hombres. Otro motivo es los síntomas de los trastornos como el infarte pueden ser menos evidentes en las mujeres.
La investigación, en la que participaron médicos de los hospitales Royal Brompton y Harefield y de la Universidad de Zúrich, se publicó en la revista The Lancet. Hicieron un seguimiento de las mujeres durante 12 años y se descubrió que un 5,2% más de mujeres con un infarto al año en el Reino Unido deberían haber sido clasificadas como de alto riesgo de muerte y, por tanto, requerir un tratamiento intervencionista a tiempo.
Al extrapolar las cifras, 11.651 mujeres podrían haber sido clasificadas de forma incorrecta y probablemente no habrían recibido el tratamiento adecuado. El estudio recoge datos de 420.781 pacientes con el tipo más común de infarto reclutados en toda Europa. En cambio, se corroboró que los hombres tenían muchas más probabilidades de ser identificados como pacientes de alto riesgo.
El primer autor del trabajo, el doctor Florian Wenzl, de la Universidad de Zúrich, dijo: “El estudio demuestra que los modelos de riesgo establecidos que guían la gestión actual de los pacientes son menos precisos en las mujeres y favorecen el subtratamiento”.
Al usar un algoritmo de aprendizaje automático (o “machine learning” en inglés) y los mayores conjuntos de datos de Europa, consideran que se pudo desarrollar una nueva puntuación de riesgo basada en la inteligencia artificial que tiene en cuenta las diferencias relacionadas con el sexo en el perfil de riesgo inicial y mejora la predicción de la mortalidad. Los investigadores afirman que el estudio demuestra la necesidad de aprovechar la inteligencia artificial para garantizar que todos los pacientes accedan al tratamiento adecuado.
También Thomas F. Lüscher, de los Hospitales Royal Brompton y Harefield del Reino Unido y coautor, dijo: “Espero que la aplicación de esta novedosa puntuación en los algoritmos de tratamiento perfeccione las actuales estrategias de tratamiento, reduzca las desigualdades por razón de sexo y, en última instancia, mejore la supervivencia de los pacientes con infarto, tanto hombres como mujeres”.
La doctora Sonya Babu-Narayan, directora médica asociada de la Fundación Británica del Corazón y cardióloga consultora, dijo: “Vivimos en un mundo en el que las desigualdades en la atención al infarto cuestan la vida de las mujeres cada día. Acabar con esta injusticia exige un cambio. Debemos asegurarnos de que las pruebas y los tratamientos cardíacos están igual de probados en las mujeres que en los hombres y de que abordamos los persistentes prejuicios que impregnan la sociedad y la atención sanitaria, porque los infartos también les ocurren a las mujeres”.
También otro estudio reciente constató que la inteligencia artificial podría ser mejor que los médicos a la hora de diagnosticar los infartos en las mujeres. Fue realizado por la Universidad de Edimburgo sobre 13.000 pacientes y reveló que la inteligencia artificial podría erradicar el “sesgo de género” que hace que los casos femeninos se pasen por alto con frecuencia.
El algoritmo se desarrolló a partir de datos de pacientes que acudían al hospital con sospecha de infarto. El algoritmo fue capaz de descartar un ataque al corazón en el 99,5% de las ocasiones, lo que significa que los pacientes podían ser enviados a casa con seguridad. Los científicos pretenden desarrollar una aplicación que ayude a los médicos a realizar un diagnóstico preciso al instante, simplemente introduciendo los resultados de los análisis de sangre y los datos del paciente.
En la Argentina, la Sociedad Argentina de Cardiología ha advertido los sesgos en la atención médica con las mujeres y el desconocimiento sobre algunas diferencias de la enfermedad con los varones. La aparición de la enfermedad coronaria ocurre aproximadamente una década después en las mujeres con respecto a los hombres. Pero la obstrucción coronaria típica provocada por un ateroma no es la única forma, hay otras formas de producir isquemia.
Algunas están relacionadas con el endotelio que, sin tener una obstrucción, pierde capacidad vasodilatadora, entonces responde mal a los requerimientos de oxígeno del músculo y puede producirse isquemia y hasta puede llegar al infarto, aun en ausencia de lesiones coronarias significativas, lo que se conoce como ‘Minoca’ y es más frecuente en las mujeres que en los hombres”, según Ana Salvati, presidenta de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) y ex presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).
Otra de las formas de isquemia e infarto son las disecciones espontáneas de las arterias coronarias, que se producen por la separación de las capas que componen la pared de la arteria y que llevan a reducción del flujo coronario por el hematoma que se hace, no dentro de la luz de la arteria sino entre las capas de la misma, lo cual impide el pasaje de sangre. Esta es una patología típicamente femenina con una proporción de 90 a 10, es decir, que por cada 90 mujeres que la sufren hay 10 hombres que la presentan, explicó Salvati.
Si bien la mujer tiene los mismos signos que el hombre como el dolor de pecho, muchas veces la mujer presenta otros síntomas en otras localizaciones. Puede tener un gran cansancio físico, una sensación de estar en el aire, mareos asociados o sudoración. “Tener una mirada de género en Cardiología implica entender que en prevención cardiovascular no hay igualdad de la mujer, existen diferencias en cuanto a la anatomía y la percepción de los síntomas, opinó Verónica Volberg, quien es jefa de consultorio externo de cardiología del Hospital de Clínicas y ex coordinadora del Grupo Corazón y Mujer de la Sociedad Argentina de Cardiología.
Además, de acuerdo con Volberg aún “no hay conciencia de que la mujer tiene el mismo riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular que el hombre: debemos considerar esta posibilidad para no llegar tarde a la atención. La mujer que llega a una guardia con síntomas de un evento coronario tiene que ser recibida por alguien que piense que puede estar presentando un infarto; aunque tenga solo sudoración y fatiga, hay que hacer un electrocardiograma”.
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