Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la resistencia a los antibióticos es considerada como “una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo”. “Cada vez es mayor el número de infecciones cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos”, señalaron desde el organismo internacional. Es por este motivo que, el próximo objetivo de la ciencia es apuntar contra estas rebeldes bacterias.
Un equipo de investigadores liderado por científicos de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), junto a expertos de las universidades de Naresuan y Pibulsongkram Rajabhat (Tailandia), recientemente dieron a conocer que la existencia de un compuesto natural, conocido como hidroquinina, que tendría la capacidad de matar tanto bacterias como varios microorganismos. Esta sustancia se encuentra en la corteza de algunos árboles y, según estimaron, “podría inhibir las cepas bacterianas”.
“Ya se sabe que la hidroquinina es un agente eficaz contra la malaria en humanos, pero hasta ahora ha habido poca investigación sobre sus propiedades resistentes a los medicamentos”, señalaron los expertos. Según el documento publicado en la revista Tropical Medicine and Infectious Disease, “las propiedades antimicrobianas del compuesto orgánico lo convierten en un candidato potencial para futuras investigaciones clínicas”.
Según la OMS, “los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar”.
“La resistencia a los antibióticos está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos. Día tras día están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos mecanismos de resistencia que ponen en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes”, señalaron desde la OMS. En ese sentido, advirtieron un “número creciente de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, la gonorrea o las enfermedades de transmisión alimentaria, cada vez más difíciles —y a veces imposibles— de tratar”, ya que “los antibióticos van perdiendo eficacia”.
En ese sentido, desde el organismo internacional aseguraron que “cuando ya no se pueden tratar las infecciones con los antibióticos de primera línea es necesario emplear fármacos más caros. La mayor duración de la enfermedad y del tratamiento, a menudo en el medio hospitalario, incrementa los costos de la atención sanitaria y la carga económica para las familias y la sociedad”.
Ante esta realidad, el doctor Robert Baldock, de la Facultad de Farmacia y Ciencias Biomédicas de la Universidad de Portsmouth, aseguró que “usando experimentos de eliminación de bacterias, descubrimos que la hidroquinina podía eliminar varios microorganismos, incluido el patógeno pseudomonas aeruginosa común resistente a múltiples fármacos”.
“Característicamente, también descubrimos que uno de los principales mecanismos utilizados por estas bacterias para escapar de la actividad letal del fármaco se reguló con el tratamiento, lo que indica una respuesta sólida de la bacteria”, agregó el científico y destacó que “al estudiar más a fondo este compuesto, nuestra esperanza es que en el futuro pueda ofrecer otra línea de tratamiento para combatir las infecciones bacterianas”.
Según el documento, “la hidroquinina es un compuesto orgánico que está estrechamente relacionado con los medicamentos derivados de la quinina y contiene actividades antipalúdicas y antiarrítmicas”. Sin embargo, “hay poca evidencia que demuestre su efecto antibacteriano”. Es por este motivo que analizaron “el potencial antimicrobiano de la hidroquinina” e identificaron “cambios en la expresión génica que pueden contribuir a la resistencia bacteriana”.
En palabras de los científicos, “las bacterias resistentes a los medicamentos producen más de 2,8 millones de infecciones y son responsables de 35.000 muertes al año”, siendo que estas “superbacterias comunes, resistentes a los antibióticos, causan enfermedades que incluyen sepsis, infecciones del tracto urinario y neumonía”. “Las estadísticas muestran que las infecciones del torrente sanguíneo con la bacteria Pseudomonas aeruginosa se asocian con altas tasas de mortalidad de entre 30 y 50%”, agregaron.
“Nuestra investigación futura tiene como finalidad descubrir el objetivo molecular de la hidroquinina. Esto ayudaría a comprender cómo funciona el compuesto contra las bacterias patógenas y cómo podría usarse potencialmente en un entorno clínico”, adelantó el doctor Jirapas Jongjitwimol, del Departamento de Tecnología Médica de la Universidad de Naresuan.
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