¿Un resfriado por coronavirus en la infancia puede impulsar la memoria inmune y ayudar a combatir al COVID?

Un estudio de científicos del Instituto de Inmunología de La Jolla, en California, analizó la memoria inmune que desarrollan los adultos frente a los patógenos. Los hallazgos pueden servir para futuras vacunas

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Los coronavirus del resfriado común afectan a los niños pequeños una y otra vez. Estas enfermedades infantiles provocan una fuerte memoria inmunológica (Getty)
Los coronavirus del resfriado común afectan a los niños pequeños una y otra vez. Estas enfermedades infantiles provocan una fuerte memoria inmunológica (Getty)

La memoria inmune frente a los coronavirus del resfriado común (CCC, por sus siglas en inglés) impactan en el resultado de la infección por SARS-CoV-2, y comprender su efecto es crucial para el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus.

En un estudio reciente publicado en la revista Cell Host and Microbe, científicos evaluaron la memoria inmunológica de los a los coronavirus del resfriado común tres años antes de la pandemia.

Según científicos del Centro de Investigación de Enfermedades Infecciosas y Vacunas perteneciente al Instituto de Inmunología de La Jolla (LJI) en California, las células inmunes bien entrenadas en nuestro cuerpo pueden recordar mejor los coronavirus.

Los adultos tienen respuestas de memoria estables de anticuerpos y células T que combaten los CCC, presumiblemente derivadas de múltiples exposiciones a ellos en la infancia, señaló el estudio.

Los investigadores encontraron que los adultos tienen una memoria inmunológica estable y tienden a contraer los coronavirus del resfriado común solo cada ocho años durante la etapa adulta (Getty)
Los investigadores encontraron que los adultos tienen una memoria inmunológica estable y tienden a contraer los coronavirus del resfriado común solo cada ocho años durante la etapa adulta (Getty)

Gracias a este ejército de células inmunitarias, las infecciones por coronavirus del resfriado común en la edad adulta tienden a ser poco frecuentes y leves. Estos hallazgos pueden ser una pista sobre cómo se puede desarrollar la inmunidad contra el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19.

Con la subvariante Ómicron BA.5 ya instalada, se han observado cada vez más personas que sufren infecciones y reinfecciones frecuentes. Este escenario abrió interrogantes sobre la potencialidad futura de las vacunas. Esta pregunta llevó a los profesionales a preguntarse si los coronavirus plantean algún desafío especial para el sistema inmunológico.

El SARS-CoV-2 ha circulado durante apenas dos años y ha seguido evolucionando en ese tiempo. Entre los dilemas, quisieron ahondar en el proceso inmunitario que proveen los CCC al contagiar a los niños.

Para estar seguros de sus pasos, los científicos debían analizar muestras de personas que nunca estuvieron expuestas al SARS-CoV-2. Afortunadamente, se tomaron muestras de sangre para un estudio anterior lanzado en LJI antes de la pandemia. Los pacientes de este grupo eran todos adultos jóvenes y era seguro suponer que habían estado expuestos a CCC varias veces.

Las células inmunes bien entrenadas en nuestro cuerpo pueden recordar mejor los coronavirus (Getty)
Las células inmunes bien entrenadas en nuestro cuerpo pueden recordar mejor los coronavirus (Getty)

Los resfriados comunes afectan a los niños pequeños una y otra vez. Estas enfermedades infantiles provocan una fuerte memoria inmunológica. A medida que los niños pasan por los diferentes contagios de los gérmenes de la educación temprana, su sistema inmunológico también se educa.

Los investigadores encontraron que los adultos tienen una memoria inmunológica estable y tienden a contraer los coronavirus del resfriado común solo cada ocho años durante la etapa adulta. “La respuesta inmunitaria es notablemente estable y duradera con el tiempo”, explicó uno de los autores principales, Ricardo Da Silva Antunes.

El SARS-CoV-2 es diferente de los CCC, pero tienen muchas similitudes estructurales, y el trabajo anterior de LJI sugiere que el sistema inmunitario reconoce las similitudes entre los diferentes coronavirus.

Para el nuevo estudio, los investigadores también demostraron que los anticuerpos y las células T de este grupo de adultos sanos podrían tener una reacción cruzada con el SARS-CoV-2. Esta reactividad cruzada en realidad puede ayudar a proteger a una persona del COVID-19 grave, y el hallazgo refuerza la idea de que el sistema inmunitario humano ve los CCC y el SARS-CoV-2 de manera similar.

Estudios previos encontraron que las personas que han atravesado recientemente infecciones por virus emparentados con el coronavirus tienen mejores defensas y tienden a desarrollar solo cuadros leves (Getty)
Estudios previos encontraron que las personas que han atravesado recientemente infecciones por virus emparentados con el coronavirus tienen mejores defensas y tienden a desarrollar solo cuadros leves (Getty)

Si el patrón observado en la inmunidad CCC es válido para el SARS-CoV-2, a medida que se desarrolla más inmunidad en la población, las reinfecciones deberían volverse menos frecuentes con el tiempo y los síntomas de COVID-19 deberían ser menos graves. El surgimiento de nuevas variantes del SARS-CoV-2 puede complicar el proceso de desarrollar inmunidad.

La comunidad científica en general coincide en que es altamente probable que el SARS-CoV-2 llegue para quedarse. Un patógeno que mantiene un nivel constante en una comunidad y no causa interrupciones en el día a día se denomina endémico. Pero, las enfermedades de este tipo siguen siendo una amenaza. La influenza es endémica, y aunque la mayoría de las personas no contraen un caso de influenza que ponga en riesgo su vida, este virus mató a 53,544 estadounidenses solo en 2020.

Para los investigadores el SARS-CoV-2 endémico seguiría siendo grave. Según sus datos sobre la inmunidad CCC, están de acuerdo en que la mejor estrategia en este momento es que las personas se mantengan al día con sus vacunas de refuerzo. “En esta etapa de la pandemia, todavía estamos aumentando esa inmunidad al SARS-CoV-2. Es realmente importante recibir los refuerzos de la vacuna: la tercera y la cuarta dosis”, concluye Da Silva Antunes.

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