Desde fines de 2019, el coronavirus ya afectó a más de 591 millones de personas. El virus Monkeypox que causa la viruela símica o viruela del mono se ha detectado en más de 41.000 personas de más de 90 países desde mayo pasado. Son dos virus diferentes y causan enfermedades distintas, pero su propagación puede tener un punto en común: los asintomáticos, es decir, los casos de personas que contraen la infección pero no tienen síntomas.
Si los cuadros por las infecciones se transitan sin síntomas, se da una situación que juega a favor de la circulación de los patógenos. Porque como no notan los síntomas, las personas no acuden a la consulta médica para acceder al diagnóstico y no pueden tomar las medidas necesarias, como el aislamiento, para evitar la transmisión a los demás. Los asintomáticos también podrían contagiar.
En el caso del coronavirus, la persona infectada -incluso sin síntomas- puede transmitir el virus a larga distancia si se encuentra en un ómnibus o incluso en un lugar abierto pero con muchas personas cerca como durante un concierto multitudinario. Una revisión de 130 estudios publicada en la revista PLOS Medicine encontró entre el 14% y el 50% de las personas eran asintomáticas hasta julio del año pasado, y que sus contactos cercanos sí podían contagiarse. Pero contagiaban menos que las personas que sí tienen síntomas.
Pero con la circulación de la variante Ómicron del coronavirus la situación podría ser diferente en 2022. Días atrás se publicó un trabajo en la revista JAMA Network Open por el cual se sugiere que más del 56% de las personas con Ómicron no son conscientes de su infección. Se trata de un estudio del Instituto del Corazón Cedars-Sinai Smidt, la Universidad de California en Los Ángeles y una empresa privada. Estudiaron a 210 empleados y pacientes a quienes les tomaron dos muestras de sangre para el análisis de anticuerpos: una antes de la ola por Ómicron y otra después. La muestra de participantes es una limitación del estudio. La mayoría de las personas que participaron en el estudio estaban vacunadas.
También otros dos estudios revelaron casos de asintomáticos sobre el virus que causa la viruela. Uno de los trabajos fue publicado en la revista Annals of Internal Medicine y presentó casos de hombres que tenían el virus sin síntomas. La doctora Valentine Marie Ferré, de la Universidad de París Cité, y sus colegas encontraron la presencia del virus en muestras anorrectales de esos hombres que tienen relaciones con otros hombres y que habían accedido a hacerse un testeo de rutina de infecciones bacterianas de transmisión sexual.
Evaluaron a 706 hombres. De las muestras de 200 personas asintomáticas examinadas que resultaron negativas para gonorrea y clamidia (que son infecciones bacterianas), 13 (6,5%) resultaron ser positivas para el virus Monkeypox cuando se le hizo la prueba de PCR. Dos de esas 13 personas desarrollaron después síntomas de viruela del mono. Para los investigadores no hay dudas de que también hay asintomáticos con el virus de la viruela.
Se desconoce aún si los casos asintomáticos de viruela también pueden transmitir el virus, reconoció el grupo de investigadores en el artículo. “Si es así, la práctica de la vacunación postexposición en anillo alrededor de las personas sintomáticas con infección probable o confirmada por el virus que causa la viruela símica puede no ser suficiente para contener la propagación. Las recientes recomendaciones francesas han aconsejado la vacunación de todos los hombres que tienen sexo con hombres con múltiples parejas”, escribieron.
En tanto, investigadores del Instituto de Medicina Tropical en Bélgica advirtieron que aún no está claro si las infecciones asintomáticas o los casos no diagnosticados son los que “están alimentando a la epidemia de viruela”. Para aclararlo, hicieron un análisis retrospectivo de 224 muestras que se habían recolectado en mayo pasado para el tamizaje de infecciones de transmisión sexual y encontraron pruebas de infección asintomática por viruela del mono en tres hombres.
El hallazgo fue publicado en la revista Nature Medicine por la científica Irith De Baetselier y colaboradores. Señalaron que “la transmisión viral en ausencia de síntomas perceptibles podría explicar por qué el autoaislamiento al inicio de los síntomas ha sido insuficiente para detener la epidemia hasta ahora. En conclusión, el hallazgo de varios casos de viruela del mono que permanecían sin diagnosticar al principio de la epidemia implica que se debe intensificar la búsqueda de casos”.
Hasta ahora la recomendación es que la persona diagnosticada con la viruela debe aislarse en su hogar, excepto si requiere internación hospitalaria, hasta que las costras de las lesiones en la piel se caigan. En cambio, las personas que han sido sus contactos estrechos de los casos confirmados no se aíslan mientras no presenten síntomas. Pero deben estar en seguimiento por 21 días desde el último día de contacto con la persona con la infección.
Tras la publicación de los estudios sobre los asintomáticos en Francia y Bélgica, la directora nacional de epidemiología e información estratégica del Ministerio de Salud, Analía Rearte, dijo a Infobae que “todo está en evaluación. Se está viendo cuál es el impacto de ese tipo de transmisión”. En la Argentina, ya hay 80 casos notificados de viruela símica.
Desde el Instituto ANLIS/Malbrán, el bioquímico y jefe del Servicio de Microscopia Electrónica, Adrián Lewis, contó que están diseñando un estudio prospectivo para evaluar si hay también casos asintomáticos en la Argentina. Se hará en la ciudad de Buenos Aires. “Hasta el momento todos los casos confirmados en la Argentina tenían síntomas”, precisó en diálogo con Infobae. “La idea del estudio es verificar si hay casos asintomáticos para saber si es necesario ampliar la búsqueda del virus Monkeypox más allá de los casos definidos como sospechosos”.
Lewis ha estado trabajando en la identificación de los primeros casos de viruela en el país desde mayo pasado y ha investigado los poxvirus como el de la viruela símica durante más de 20 años. Junto con otros colaboradores, Lewis es el primer autor de un trabajo publicado recientemente en Emerging Infectious Diseases, la revista de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos. Allí informaron sobre cómo estudiaron 9 casos sospechosos de Argentina y Bolivia. El virus Monkeypox estaba solo en 3 personas.
“En nuestro trabajo, destacamos que en Sudamérica se está produciendo un notable aumento de los casos de la enfermedad mano-pie-boca de una manera atípica. A diferencia del síndrome clásico, este año esa enfermedad está afectando a adultos jóvenes y se presenta en regiones inusuales del cuerpo, incluidas las zonas genitales. Por lo cual, podría confundirse fácilmente con la viruela del mono”, comentó Lewis.
¿Qué rol jugarían los asintomáticos en el brote epidémico de viruela símica?, le preguntó Infobae a Lewis. “Más allá de que ya existan los estudios de Francia y Bélgica, me parece que es un tema que merece ser más estudiado. Podría estar ocurriendo que la infección produzca lesiones leves que no son percibidas por las personas o son confundidas con otros problemas de salud”, contestó.
Ana Laura Cavatorta, investigadora en virología del IBR del Conicet y la Universidad Nacional de Rosario y miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Virología, comentó a Infobae: “A partir de los estudios retropectivos realizados en Bélgica y en Francia, en los cuales se detectó la presencia del virus en muestras derivadas de pacientes que nunca manifestaron el desarrollo de síntomas compatibles con la enfermedad, se sugiere la posibilidad de que haya un mayor número de individuos asintomáticos con viruela del mono que los notificados al momento. Esto realmente pasó a ser una preocupación. Aún no queda claro si las infecciones asintomáticas o no diagnosticadas podrían estar alimentando esta epidemia. Sin embargo, hay que considerar que aún resta seguir investigando en mayor profundidad estos casos para sumar así mayor evidencia”.
“Es importante recordar a la población que hoy debe estar alerta con síntomas como fiebre, ganglios inflamados, dolor de cabeza, decaimiento, y lesiones en la piel, que aparecen después de haber tenido contacto estrecho o relaciones sexuales con personas que hayan confirmado o que sospechen que tienen la viruela, independientemente de la edad y orientación sexual. Si detectan esos síntomas deben consultar al sistema de salud rápidamente y así se evita la transmisión a otras personas”, agregó la doctora Cavatorta.
Más allá de que los asintomáticos pueden ser un punto en común entre la viruela símica y el COVID-19, Cavatorta señaló una diferencia. “Los casos asintomáticos por viruela símica no representarían una proporción tan alta como la que ocurre con las personas infectadas por Ómicron este año. Hay que tener en cuenta el contexto epidemiológico actual con una alta cobertura de vacunación contra el COVID-19 que favorece que haya más asintomáticos. Es decir, son personas que están inmunizadas, pero se contagian y no llegan a desarrollar síntomas ni cuadros graves. Los casos asintomáticos de COVID-19 podrían motorizar la aparición de brotes esporádicos”.
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