Completar las actividades de la vida diaria a menudo requiere la ejecución secuencial de acciones en un orden específico. Una gran cantidad de investigación se ha centrado en cómo los humanos adquieren habilidades motoras secuenciales utilizando paradigmas experimentales bien establecidos junto con diferentes técnicas de imagen para estudiar los procesos que conducen a la mejora de las habilidades.
Uno de estos paradigmas, conocido como la tarea secuencial de golpeteo con los dedos (tapping), se ha utilizado en los últimos años debido a su similitud con ciertas actividades que requieren una mayor destreza, como tocar el piano o escribir en una computadora.
Se caracteriza por un cambio en el equilibrio entre velocidad y precisión, en el que la velocidad de ejecución de la secuencia del motor aumenta sin sacrificar la precisión. Se ha invertido mucha investigación en descubrir cómo los humanos adquieren habilidades motoras secuenciales, con la mayoría de los estudios centrados en adultos jóvenes sanos.
Los estudios que involucran a personas mayores muestran que cuanto más se envejece, más difícil es y toma más tiempo aprender nuevas habilidades motoras, lo que sugiere una disminución en la capacidad de aprendizaje relacionada con la edad. “Dado que el aprendizaje es crucial para adaptarse continuamente y mantenerse integrado en la vida diaria, mejorar estas funciones deterioradas ayudará a mantener la calidad de vida a medida que envejecemos, especialmente en vista del aumento constante en la esperanza de vida que se observa en todo el mundo”, explicó Friedhelm Hummel, quien ocupa la Cátedra Defitech de Neuroingeniería Clínica en la Escuela de Ciencias de la Vida de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza (EPFL).
En una nueva investigación, publicada en Science por Hummel, junto al estudiante de doctorado Pablo Maceira-Elvira, reveló que la estimulación cerebral transcraneal puede mejorar el deterioro relacionado con la edad en el aprendizaje de nuevas habilidades motoras.
La investigación utilizó la forma común de evaluar qué tan bien una persona aprende nuevas habilidades motoras, el tapping. Se trató de escribir una secuencia de números de la forma más rápida y precisa posible. La tarea es popular en los estudios porque simula actividades que requieren una gran destreza, al tiempo que proporciona una medida objetiva de “mejora”, definida en cómo una persona aumenta su velocidad sin perder precisión.
Los científicos se refieren a esto como un “cambio en el equilibrio” entre velocidad y precisión, y constituye una característica clave del aprendizaje. Una de las formas en que el cerebro logra este cambio es agrupando las acciones motoras individuales en los llamados trozos motores: estructuras cerebrales que emergen espontáneamente que reducen la carga mental de una persona, mientras optimizan la ejecución mecánica de la secuencia motora.
“Los fragmentos motores emergen de manera confiable cuando los adultos jóvenes entrenan en la tarea de dar golpecitos con los dedos, pero estudios previos muestran fragmentos motores faltantes o deficientes en los adultos mayores”, explicó Maceira-Elvira.
El estudio primero entrenó y probó grupos de adultos jóvenes y mayores en el aprendizaje de una nueva secuencia de tareas de golpeteo con los dedos, y reveló diferencias fundamentales entre los dos. Los adultos jóvenes aprendieron la tarea de dar golpecitos con los dedos de manera más eficiente al priorizar la mejora de la precisión durante su primera sesión de entrenamiento y al concentrarse en mejorar su velocidad a partir de entonces.
Esto condujo a un cambio en la compensación entre velocidad y precisión, lo que permitió que emergieran piezas de motor eficientes desde el principio. “Los adultos mayores mostraron una disminución del aprendizaje rápido en línea y ausencia del aprendizaje fuera de línea. En otras palabras, mientras que los adultos jóvenes muestran aumentos drásticos en el rendimiento al principio del entrenamiento y mejoran de la noche a la mañana, los adultos mayores mejoran a un ritmo más moderado e incluso empeoran de la noche a la mañana”, indicó Maceira-Elvira. Por el contrario, los adultos mayores mejoraron su precisión gradualmente a lo largo del entrenamiento, generando fragmentos motores eficientes solo después de una práctica más extensa.
Se ha llevado a cabo una amplia investigación sobre nuevas neurotecnologías que pueden restaurar el deterioro del aprendizaje en las personas mayores. “Estudios recientes han demostrado que podemos mejorar la adquisición de habilidades motoras mediante la aplicación de estimulación cerebral no invasiva a la corteza motora, con la estimulación de corriente continua transcraneal anódica (atDCS) atrayendo el interés académico y comercial en los últimos años debido a su discreción, portabilidad y asequibilidad”, contó Hummel.
En el estudio actual, los investigadores aplicaron atDCS a los participantes y descubrieron que ayudó a los adultos mayores a mejorar su precisión considerablemente antes en el entrenamiento y en un patrón similar al observado en los adultos jóvenes. “La estimulación aceleró el cambio en el equilibrio entre velocidad y precisión y permitió una aparición más temprana de fragmentos motores eficientes, con el 50% de los adultos mayores generando estas estructuras durante la primera sesión de entrenamiento”, explicó Maceira-Elvira.
“El estudio sugiere que atDCS puede, al menos parcialmente, restaurar la adquisición de habilidades motoras en personas con mecanismos de aprendizaje disminuidos, al facilitar el almacenamiento de información relevante para la tarea, reducir rápidamente la carga mental y permitir la optimización de la ejecución mecánica de la secuencia”,
“Estos estudios se suman a una mejor comprensión de los déficits relacionados con la edad en la adquisición de habilidades motoras y ofrecen una estrategia novedosa para restaurar estos déficits de forma no invasiva”, precisó Hummel. “Estos hallazgos abren nuevas oportunidades de estrategias de intervención ajustadas a la fase de aprendizaje específica para restaurar los déficits debidos al envejecimiento saludable o a un trastorno neurológico como el accidente cerebrovascular”, concluyó.
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