El dolor de garganta lo llevó a hacer la primera consulta médica. Hizo otras dos más. También tuvo fiebre, dolor de cabeza y dolor el cuello. Pero no encontraba una explicación. Hasta que 7 días después del inicio de los síntomas hizo una cuarta consulta en una clínica y fue internado: tenía viruela del mono. Así empezó el primer caso de un paciente con viruela símica en la Argentina sin antecedente de viaje al exterior reportado en la revista especializada Medicina (Buenos Aires). Hasta el momento, en el país ya se han notificado 37 casos.
El paciente, cuya identidad no fue revelada, tiene 36 años. Había asistido a un encuentro donde había tenido contactos con parejas ocasionales diez días antes de que empezaran los síntomas, en mayo pasado. En la clínica donde hizo la cuarta consulta, en la ciudad de Buenos Aires, un equipo de profesionales de la salud evaluó sus síntomas y le hizo un examen médico. Se le hizo una tomografía y se le tomó muestras de las lesiones en la piel que tenía en la cara.
Esas muestras sirvieron para hacerle una prueba de PCR en el Instituto ANLIS/Malbrán, donde se detectó la presencia del virus de la viruela símica. Si bien comparte las características clínicas de los pacientes del actual brote, el caso “alerta sobre otras posibles formas de presentación que requieren para su diagnóstico un alto nivel de sospecha”, escribieron en el artículo los profesionales de la salud que atendieron al paciente. Ellos son: Andrea Duarte, María Victoria Iannantuono, Marina Pérez, Mariano Masciocchi, Silvio Payaslian, y María Celia Cuesta.
En diálogo con Infobae una de las médicas y coautora del trabajo, María Celia Cuesta, quien es miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, contó que hoy puede resultar difícil el diagnóstico de la viruela porque se trata de una infección nueva en el país y no todos los pacientes tienen los síntomas clásicos. “En el caso que reportamos, el paciente tenía un tipo de faringitis con exudado, que no ha sido frecuentemente reportado en otros países”, comentó la doctora Cuesta.
Se necesitó que el paciente fuera internado para el control del dolor de la faringe y el cuello. “El paciente fue muy colaborador. Sabía que su caso podía ser motivo de sorpresa porque era una infección nueva en el país. Durante su internación, controlamos la situación de sus ganglios porque existía la posibilidad de que necesitara un drenaje, pero finalmente eso no ocurrió. Como la mayoría de los casos, fue autolimitada. Es decir, el paciente se curó solo sin tratamiento”, detalló la médica.
En comparación con los brotes de otros años que se habían registrado en algunas naciones de África, hay diferencias en cuanto al tiempo de aparición de las lesiones por la viruela. “En reportes de otros países también se está observando que hay un desarrollo asincrónico de las lesiones en la piel. Esto hace que el paciente pueda tener lesiones que están en el momento final -cuando se caen como costras- y al mismo tiempo otras que están empezando en otra parte del cuerpo”, agregó.
Al día 17 del inicio de los síntomas, el equipo médico realizó otro test por PCR en muestras de exudado de la garganta y semen del paciente. En ambos casos, las pruebas resultaron positivas para el virus de viruela símica. “Detectamos el virus de la viruela en semen, como también ha ocurrido en otros pacientes de otros países. Pero eso no significa aún que el semen pueda transmitir el virus. Está aún en debate si la viruela símica puede considerarse una enfermedad de transmisión sexual. Hoy es más probable que la transmisión se dé a través del contacto con la piel de otra persona que ya tenga lesiones por la infección”, afirmó Cuesta.
A partir de ese caso, la doctora Cuesta reconoció que tuvieron que aprender sobre una nueva enfermedad y adoptar nuevos protocolos, como también se hizo con la emergencia del COVID-19. “La circulación del virus de la viruela implica que haya un alto nivel de sospecha por parte de los profesionales de la salud para poder realizar un diagnóstico precoz y que se implemente el aislamiento adecuado de los pacientes para evitar la diseminación hospitalaria y comunitaria”, comentó Cuesta. “La viruela es una infección que puede ser adquirida por cualquier persona, más allá de la edad, la orientación sexual, la identidad de género o la etnia”, resaltó.
“El caso reportado en la revista Medicina (Buenos Aires) debería servir para dar un alerta en la comunidad médica. Es para que los profesionales de la salud estén atentos a los diferentes síntomas que pueden tener los pacientes. No es un diagnóstico que tengamos presente habitualmente”, dijo a Infobae Pablo Scapellato, jefe de la unidad de infectología del Hospital Santojanni y profesor de la Universidad Favaloro, quien no participó en el estudio.
Desde el 23 de julio pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el brote mundial de viruela símica es una emergencia de salud pública de importancia internacional. Según el Ministerio de Salud de la Nación, la infección “se transmite de persona a persona mediante contacto directo con alguien con viruela símica, que tiene lesiones en piel o mucosas, en particular el contacto sexual, pero también mediante contacto cara con cara, piel con piel, boca con boca o boca con piel”.
Cuando se menciona “contacto directo de cualquier tipo”, incluye besos, sexo oral y sexo vaginal o anal con otra persona que tenga el virus de la viruela. “Cualquier persona con lesiones nuevas e inusuales en la piel o en las mucosas debe evitar el contacto estrecho (sexual y no sexual) con su entorno hasta que se descarte el diagnóstico”, recomendó la cartera de Salud. La viruela puede parecerse a otras enfermedades como la varicela, el herpes y la sífilis. En la Argentina, la mediana de edad de los casos de viruela es de 36 años con un mínimo de 24 años y un máximo de 48 años. Hasta ahora todos los casos confirmados correspondieron al sexo masculino.
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