Más de 578 millones de personas han sido diagnosticadas con la infección por el coronavirus. Uno de cada 8 pacientes sufren diferentes secuelas, como fatiga, niebla mental o dificultad para respirar, entre otras, que se engloban como síndrome del COVID Prolongado o de larga duración. Muchos buscan un tratamiento, mientras aún todo está en estudio, pero ya algunos pacientes son víctimas de ofertas que ponen en riesgo su salud y pierden su dinero.
Si bien se están llevando a cabo más de 70 ensayos clínicos en el mundo, según la base Clinical Trials de los Estados Unidos para probar la eficacia y la seguridad de potenciales intervenciones, como fármacos, suplementos, meditación, cannabidiol (derivado de la planta de cannabis), yoga y tai chi, falta tiempo para contar con los resultados que demuestren si realmente pueden ser útiles. Por afuera de los ensayos clínicos controlados, se están haciendo las ofertas de médicos y clínicas que se aprovechan de la desesperación de las personas afectadas por el COVID de larga duración para encontrar soluciones.
Como informó Infobae el 15 de julio, hay personas con COVID Prolongado que viajan a atenderse en clínicas privadas de Chipre, Alemania y Suiza que les ofrecen procedimientos del filtrado de la sangre y a fármacos anticoagulantes, según reveló una investigación de Madlen Davies en la revista The BMJ. Se sabe que esas intervenciones no tienen pruebas que los respalden. Shamil Haroon, profesor clínico de atención primaria en la Universidad de Birmingham, en el Reino Unido, advirtió que el tratamiento “experimental” sólo debería realizarse en el contexto de un ensayo clínico.
“No es de extrañar que personas que antes eran muy funcionales y que ahora están debilitadas, no pueden trabajar y no pueden mantenerse económicamente, busquen tratamientos en otros lugares. Es una respuesta completamente racional a una situación como ésta. Pero la gente podría arruinarse al acceder a estos tratamientos, cuya eficacia es limitada o nula”, comentó Haroon.
También en los Estados Unidos hay médicos que están promoviendo el uso del fármaco ivermectina para COVID Prolongado sin pruebas que demuestren sus beneficios para ese síndrome, según informó Stat. El fármaco no cuenta con la indicación para ese trastorno por la autoridad regulatoria nacional de medicamento, que es la FDA.
Para no caer en ofertas peligrosas, hay 5 claves que una persona con síntomas de COVID Prolongado y sus seres queridos deberían tener en cuenta hoy, según expertos en medicina basada en la evidencia y en bioética:
1- Aún no hay un tratamiento específico para COVID Prolongado (o Long COVID) aprobado
“En primer lugar, hay que tener en cuenta que aún no hay un tratamiento específico que haya demostrado ser efectivo y seguro para COVID Prolongado en el mundo”, señaló a Infobae Juan Franco, médico de familia e investigador del Instituto de Medicina General de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf en Alemania. Se trata de un síndrome nuevo y su presentación puede ser muy variable entre los afectados. Algunas personas pierden el olfato por unas semanas, pero la mayoría lo recupera. En cambio, hay otras personas que tienen síntomas muy debilitantes, con muchos problemas respiratorios y otras complicaciones. “Es muy heterogéneo el pronóstico de los pacientes con COVID Prolongado. Por lo cual, se aconseja consultar al médico o médica de cabecera para que los pacientes sean evaluados y puedan saber en qué situación están”, enfatizó el doctor Franco.
2- No todo trastorno posterior al COVID-19 se desarrolla por haber tenido la infección
“También es importante no atribuir al COVID-19 toda enfermedad que se desarrolle después de la infección. Por ejemplo, un problema cardiovascular puede estar asociado al COVID-19 pero no siempre”, agregó Franco. “Algunas clínicas de Alemania, Chipre y Suiza que fueron denunciadas por la investigación de The BMJ cobran una alta cantidad de dinero por intervenciones que son invasivas y que pueden provocar daño como hemorragias. Es importante que los pacientes eviten ese tipo de clínicas supuestamente especializadas. Es mejor consultar al médico de cabecera”, resaltó.
3- Se recomienda analizar las ofertas de intervenciones con personas de confianza
“Si una persona tiene una condición que no se entiende bien y no tiene un tratamiento establecido, esa situación puede generarle desesperación. Y si está en una situación desesperada, tomar decisiones sola puede no ser una buena idea. Mi sugerencia es buscar alguien de confianza para tomar decisiones conjuntas”, señaló el doctor Ignacio Mastroleo, filósofo e investigador del Conicet y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y forma parte del grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ha publicado documentos sobre las pautas éticas que se deben considerar en cuanto al uso de emergencia de intervenciones no probadas fuera de los ensayos clínicos.
4 - Las anécdotas de pacientes no son prueba de eficacia de una intervención
Algunas anécdotas de otras personas con el trastorno puede ser cautivantes. Pero una anécdota no implica que una intervención se encuentra probada en su eficacia y seguridad. “Sugiero dudar de las anécdotas y de otras fuentes de información no validadas”, afirmó Mastroleo.
En tanto, Luis Ignacio Garegnani, director del Centro Cochrane Asociado del Instituto Universitario Hospital Italiano de Buenos Aires, comentó a Infobae que hoy “la evidencia actual sobre el COVID Prolongado sigue siendo bastante heterogénea en los pacientes. Se están planificando investigaciones en marcha que están tratando de encontrar las características principales del cuadro. Se busca estudiar más a fondo la evaluación y el manejo de los pacientes con síntomas persistentes de COVID”.
5- Prestar atención a quién es la persona que promueve las intervenciones
En algunos casos, como los de Estados Unidos o las clínicas de Suiza, Alemania y Chipre, las intervenciones no probadas están siendo promovidas por personas que tienen títulos de médicos. Pero Mastroleo recomendó “dudar de las y los profesionales que no siguen un código de ética y que por ejemplo que no tienen reparos en criticar “al sistema” o a otras/os profesionales. Puede haber incertidumbre en lo que respecta a un buen tratamiento pero no lo hay en lo que respecta a qué es un/a buen/a profesional”.
Elegir un buen profesional de la salud “es acaso lo más importante en estas situaciones de desesperación e incertidumbre. La sugerencia principal es evitar a las personas que por mala intención o negligencia explotan las situaciones de desesperación que producen las enfermedades o condiciones para las que no hay tratamientos probados seguros y efectivos, como el COVID de larga duración”, dijo Mastroleo.
Los profesionales de la salud deberían tener en cuenta que existen guías de ética internacionales para el uso de intervenciones no probadas fuera de ensayos clínicos, tanto en situaciones normales, como la Declaración de Helsinki (párrafo 37) como en situaciones de emergencia (por ejemplo, las guías éticas de OPS sobre el uso de emergencia durante COVID-19). “El profesional de la salud debería enfocarse en saber si el uso de una intervención no probada está justificado, y si existe una revisión ética y regulatoria, un proceso de consentimiento y una recopilación de datos apropiada. Hemos aprendido y podemos aprender de nuestras experiencias”, afirmó Mastroleo.
La Organización Panamericana de la Salud publicó un documento (se accede gratis aquí) en el que menciona las lecciones que está dejando la pandemia del coronavirus y que permitirían mejorar el sistema de salud con respecto al uso de emergencia de intervenciones no probadas fuera de ensayos clínicos.
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