Hace 41 años empezaba a propagarse otra pandemia en el mundo: la del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). En 1996, se inició el uso de medicamentos que permiten controlar la infección: se calcula que gracias al desarrollo de esos tratamientos y a su acceso se han salvado 16,2 millones de vidas desde 2001. Pero durante las últimas dos décadas, empezaron a encontrarse casos de pacientes que logran la remisión sostenida de la infección después de haber recibido la medicación para VIH o después de haber accedido a un trasplante por otra enfermedad. También existen dos casos reportados de personas en el mundo que, sin recibir el tratamiento ni un trasplante, consiguieron una remisión sostenida de la infección.
La remisión sostenida de la infección está siendo investigada por los investigadores científicos de diferentes países para comprender mejor la interacción entre el virus y el organismo humano, y para contribuir al desarrollo de mejores tratamientos. Pero que existan esos casos de pacientes en remisión sostenida no significa que las personas con VIH tengan que dejar el tratamiento.
Una de las dos últimas novedades es el caso de la paciente Barcelona. Se trata de una mujer de 59 años que recibió el diagnóstico de la infección por el VIH y accedió al tratamiento antirretroviral e inmunomodulatorio, incluyendo 8 semanas de ciclosporina. Luego el tratamiento se suspendió, y así ha estado 15 años sin recibido.
“Ella tiene un virus en su cuerpo que es viable, pero su propio sistema inmunológico tiene la capacidad de controlarlo completamente sin que pueda producirse y rebotar al cabo de muchísimos años. Eso es mucho más posible de imaginar que se pueda extrapolar a muchas de las personas con VIH”, dijo en un video institucional el médico argentino Juan Ambrosioni, que formó parte del estudio de la paciente en el Hospital Clínic de Barcelona. El resultado del estudio es presentado esta semana en la 24ª edición de la Conferencia Internacional del Sida en Montreal, Canadá.
Consultada por Infobae, la científica y médica Natalia Laufer, especialista en enfermedades Infecciosas e investigadora en el Instituto INBIRS (que depende del Conicet y la UBA), comentó a Infobae: “La paciente Barcelona es el caso de una persona que tenía el VIH, recibió el tratamiento farmacológico y logró controlar la infección. Es decir, se suspendió el tratamiento y la mujer siguió sin la necesidad de volver a recibir el tratamiento. Se trata de una remisión de la infección”, explicó a Infobae. En estos casos se llaman pacientes “controladores post-tratamiento”.
Otro caso de interés fue presentado en la conferencia de Montreal: es el paciente de mayor edad hasta la fecha ha conseguido remisión de la infección por el VIH después de recibir un trasplante de células madre para la leucemia.
Si bien el trasplante estaba diseñado para tratar la leucemia del paciente, que ahora tiene 66 años, los médicos también buscaron un donante que fuera naturalmente resistente al virus. Es una estrategia que primero funcionó en el llamado “paciente de Berlín”, Timothy Ray Brown, en 2007.
El hombre de 66 años es el cuarto caso en haber remitido tras haber recibido un trasplante y es conocido como el paciente de la “Ciudad de la Esperanza” por el centro estadounidense en Duarte, California, donde fue tratado.
Había recibido el diagnóstico de la infección por el VIH en 1988 y recibió también terapia antirretroviral. Tras la presentación del caso en la conferencia en Canadá, Sharon Lewin, presidenta electa de la Sociedad Internacional de Sida, dijo que el caso proporciona “esperanza constante... e inspiración” para las personas con VIH y la comunidad científica en general, aunque es poco probable que el trasplante sea un opción para la mayoría de los casos debido a los riesgos del procedimiento.
¿Qué implican los diferentes casos de pacientes en remisión sostenida? Isabel Cassetti, médica, directora de Helios Salud y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, respondió a Infobae: “El tratamiento para la infección por el VIH mejoró notablemente la sobrevida y la calidad de vida de las personas. Durante estos últimos años, se han encontrado diferentes casos de pacientes en remisión sostenida por diferentes vías. Una de ellas ha sido el hecho de que personas con VIH necesitaron un trasplante de médula por leucemias o linfomas, y luego se produjo una remisión de la infección. Ya se han reportado 4 casos en el mundo, incluyendo al paciente de Ciudad de la Esperanza, de los Estados Unidos. Sin embargo, un trasplante de médula no se puede hacer a todas las personas con VIH como estrategia de tratamiento. Por eso, ahora se están desarrollando terapias génicas basadas en el conocimiento obtenido a partir esos casos”.
Además, señaló Cassetti, “se han corroborado también remisiones sostenidas después de suspensión del tratamiento antirretroviral, como el caso de la paciente Barcelona, que ahora se dio a conocer. Son poblaciones específicas, que están bajo investigación. No significa que los pacientes tengan que abandonar el tratamiento”. El año pasado, Cassetti y su equipo presentó el caso de la paciente C, quien había recibido el diagnóstico del VIH en 1997 y fue tratada con la enfermedad muy avanzada, desde sus inicios. Recibió el tratamiento con terapias antirretrovirales combinadas por unos años, que luego suspendió y se mantuvo con virus indetectable en sangre por 12 años sin ningún tratamiento.
Otra situación es el caso de las personas que logran la remisión sin recibir fármacos. La doctora Cassetti resaltó que menos del 1% de la población de personas con VIH adquieren la infección y consiguen remisión sin acceder al tratamiento. Hasta ahora se han reportado los casos de dos pacientes -una de California, Estados Unidos, y la otra de Argentina, la paciente Esperanza- que han logrado remisión sostenida sin acceder a la medicación.
El caso de la paciente Esperanza fue investigado por el equipo de Laufer, y se considera que podría ayudar a entender mejor qué pasa en el sistema inmune del organismo cuando queda afectado por el VIH. Solo recibió el tratamiento con antivirales durante el embarazo para asegurarse que no hubiera ninguna posibilidad de transmisión vertical a su bebé, que nació sin el virus. Ese caso fue difundido en la revista especializada Annals of Internal Medicine del 16 de noviembre de 2021.
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