Con más de 16.000 casos de viruela símica reportados en 75 países del mundo desde principios de mayo de 2022, el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró el sábado que el brote de viruela símica es “una emergencia de salud pública de importancia internacional”. El 30 de enero de 2020, la OMS había tomado la misma decisión con respecto a la enfermedad COVID-19, cuando la infección por el coronavirus ya se había detectado en pacientes de China y en otros 15 países.
A pesar de que hoy la viruela símica y el COVID-19 son emergencias de salud pública a nivel global, los expertos médicos consideran que hay más chances de que se controle pronto a la primera. El COVID-19 ya afectó a más de 565 millones de personas y varias se han reinfectado, y ha causado la muerte de 6.373.739 personas. Pero hay investigadores científicos y médicos que observan diferencias entre ambas infecciones y su impacto.
En el caso de la viruela símica, el doctor Tedros dijo que a nivel mundial, el riesgo de viruela símica es moderado, excepto en la región europea. En Europa, el riesgo de la propagación de la viruela es alto. También señaló que “existe un claro riesgo de mayor propagación internacional, aunque el riesgo de interferencia con el tráfico internacional sigue siendo bajo por el momento”.
El doctor Hugh Adler, del Departamento de Ciencias Clínicas de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, en el Reino Unido, aclaró que la declaración de la OMS no significa que “la viruela símica sea una enfermedad grave o que cause altas tasas de mortalidad, ni que cumpla los criterios de una pandemia. Sí significa que este brote es extraordinario/sin precedentes, que está afectando a múltiples países y que se requiere una respuesta internacional coordinada”.
Al declararse como “emergencia de salud pública de importancia internacional”, según Adler, se sumó “peso político y urgencia a esta situación, para asegurar que este brote pueda ser priorizado cuando hay múltiples prioridades que compiten por la atención y los fondos gubernamentales”. El experto afirmó: “La OMS cree, al igual que yo, que este brote es controlable (es decir, que se puede evitar que se propague ampliamente entre la población) con medidas de salud pública que incluyan una campaña de vacunación concertada, pero que esta oportunidad se está cerrando rápidamente”.
En tanto, el doctor Tomás Orduna, jefe del Servicio de Patologías Regionales y Medicina Tropical del Hospital Muñiz de la ciudad de Buenos Aires y ex presidente de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero, dijo a Infobae: “No creo que la viruela símica tenga la expansión que tuvo la enfermedad COVID-19, pero sí vamos a seguir viendo nuevos casos. Por un tiempo -aunque no podemos predecir su duración-, habrá más casos y veremos cómo se puede trabajar fuertemente con los conocimientos actuales sobre la enfermedad”.
Entre las razones que se consideran que los casos reportados de viruela símica hasta ahora no presentan una amenaza seria para el público general es que se trata de un virus conocido. En cambio, en diciembre de 2019, el coronavirus aún no había sido descripto por la investigación científica.
El nombre de la enfermedad “viruela del mono” tuvo su origen en el descubrimiento inicial del virus en monos en un laboratorio danés en 1958. En 1970, se diagnosticó en un ser humano. Era un bebé de 9 meses en Zaire (que es la actual República Democrática del Congo). Desde entonces, la viruela del mono se volvió endémica en ese país y se ha extendido a otras naciones africanas, principalmente en África Central y Occidental. Por lo que se sabe cómo actúa el virus de la viruela símica y cómo se transmite.
Diferentes estudios han aportado pruebas que muestran que los principales vectores de la enfermedad son roedores y no son los simios. Según la OMS, la mayoría de los animales susceptibles de contraer la dolencia y después contagiar a las personas son roedores, como las ratas gigantes de Gambia, los lirones o los perros de las praderas. “No hay datos que indiquen que las poblaciones de monos nativos de nuestro país estén o hayan estado infectadas con el virus de la viruela símica”, aclaró Martín Kowalewski, quien también forma parte de la Asociación Argentina de Primatología y es investigador de Conicet en el Centro de Ecología Aplicada del Litoral y coordinador del Plan Nacional de Conservación de Primates del Ministerio de Ambiente de la Nación.
En el brote actual de viruela del mono, la mayoría de los pacientes son hombres que tienen sexo con otros hombres. Pero se sabe que puede afectar a las personas a cualquier edad y con diferentes orientaciones sexuales. No existe por el momento evidencia de que el virus haya mutado a una forma de transmisión sexual, que no era conocida hasta ahora.
“Si bien la Organización Mundial de la Salud ha informado que la mayoría de los casos se han reportado en varones en contacto estrecho con otros hombres a partir de relaciones sexuales, se debe tener en cuenta que la viruela símica se trata de una patología que puede afectar a cualquier persona, más allá de su orientación sexual, su identidad de género y su edad”, aclaró el doctor Orduna.
Al ser un virus ya conocido, durante las décadas pasadas se han desarrollado vacunas y tratamientos. Como el virus de la viruela símica está estrechamente relacionado con el que causa la viruela humana, la vacuna contra esa infección -que fue erradicada- también ha mostrado ser efectiva para las dos enfermedades. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), como tratamiento para la viruela símica, existen fármacos como el cidofovir, el ST-246 y una inmunoglobulina que pueden ser indicados para viruela símica.
También existe una vacuna para la viruela llamada JYNNEOSTM (también conocida como Imvamune o Imvanex) y que es producida por la farmacéutica danesa Bavarian Nordic. En África, hubo estudios que revelaron que esa vacuna era al menos 85% efectiva para prevenir la viruela símica. Además, hay otra vacuna contra la viruela, la ACAM2000, fabricada por Emergent Product Development, que las autoridades médicas también creen que ofrece cierta protección. Se usó en un brote reportado en 2003 en EE.UU.
La OMS señala que algunas personas que recibieron vacunas contra la viruela humana pueden tener también ciertos niveles de inmunidad, aunque en muchos países esta vacunación se suspendió hace casi 40 años cuando la enfermedad se consideró erradicada. Por el momento, las vacunas para viruela símica solo están autorizadas para personas mayores de 18 años consideradas de alto riesgo de contraer la enfermedad en algunos países.
“Por el momento las vacunas y los tratamientos no están disponibles en América Latina. Todos los seres humanos somos susceptibles al virus de la viruela símica. La población tiene que consultar ante los síntomas de la viruela símica y hacer reposo en aislamiento. Hasta el momento, no hubo cuadros graves en la mayoría de los casos”, comentó el doctor Orduna a Infobae, quien participó como coautor en un trabajo publicado en la revista The Lancet Regional Health.
Según la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido, la viruela símica no se propaga fácilmente entre las personas, como otras infecciones, como por el ejemplo el COVID-19. En brotes previos, una persona infectada transmitía el virus, como promedio, a entre cero y una persona, por lo que los niveles de contagio han sido muy reducidos.
Para propagarse el virus necesita un contacto muy cercano, a veces de piel con piel, con un individuo que esté infectado para contagiarse. De acuerdo con la OMS, la tasa de letalidad de la viruela del simio ha variado de entre 0 y 11% en la población general y ha sido mayor entre los niños pequeños.
La propagación de la viruela del mono puede ocurrir cuando una persona entra en contacto cercano con un animal, seres humanos o materiales contaminados con el virus, que ingresa al cuerpo a través de la piel rota (aunque no sea visible), el tracto respiratorio o las membranas mucosas (ojos, nariz o boca).
Antes del brote de 2022 y fuera de África, en los últimos años se habían reportado casos de viruela símica en Estados Unidos, Reino Unido, Israel y Singapur. En el Reino Unido, donde se detectó el primer caso del brote actual, se registraron también pacientes con la enfermedad en 2018, 2019 y 2021.
Sin embargo, los organismos de salud de varios países han comentado que seguirán muy de cerca la evolución de nuevos casos, porque aún no se puede afirmar de forma categórica que la transmisión del virus de la viruela símica sea igual en los casos de años anteriores. Nunca antes se habían registrado tantos casos de viruela símica en el mundo de manera simultánea y sin que se estableciera un potencial vínculo entre las personas infectadas con viajes a África.
Para controlar la transmisión -recomendó Orduna- se debe difundir que “las prácticas sexuales entre hombres que tienen sexo con hombres o son bisexuales, a nivel individual o grupal, con múltiples parejas o contactos, son las situaciones de alto riesgo identificadas en la casi totalidad de los pacientes. El contacto íntimo con una persona que tiene la infección puede favorecer la transmisión. Por lo tanto, se debería trabajar con agrupaciones del colectivo LGBTQ+ para dar información fidedigna y así orientar sobre cómo prevenir la infección. Ninguna persona con fiebre, lesión en la piel, u otro síntoma debería tener relaciones sexuales, sino que debe consultar al médico y respetar el aislamiento hasta su recuperación”.
SEGUIR LEYENDO: