El virus de la viruela símica se transmite de una persona a otra por contacto estrecho con lesiones en la piel, líquidos corporales, gotículas respiratorias y materiales contaminados como la ropa de cama. Desde abril pasado, ya se han diagnosticado 15.509 casos en más de 70 países de viruela símica. Se trata de un brote inusual para una enfermedad que había estado concentrada principalmente en algunas regiones de África desde que en 1970 se detectó la presencia del virus en un ser humano.
Un grupo de investigadores del Reino Unido, Israel, Alemania, Canadá, México, España, Suiza, Italia, Bélgica Francia, Holanda y Dinamarca, entre otros, publicaron el primer informe detallado sobre los síntomas de pacientes de 16 países que se han atendido entre mayo y junio pasado.
Fue difundido en la revista The New England Journal of Medicine (NEJM). “Las lesiones cutáneas genitales solitarias y las que afectan a las palmas de las manos y las plantas de los pies pueden conducir fácilmente a un diagnóstico erróneo de sífilis y otras infecciones de transmisión sexual, lo que a su vez puede retrasar la detección”, advirtieron los expertos en el trabajo.
El estudio identificó nuevos síntomas clínicos de la infección por viruela símica, un aspecto que ayudará al diagnóstico futuro y a frenar la propagación de la infección. Se llevó a cabo en respuesta a la amenaza sanitaria mundial emergente y es la mayor serie de casos reportada. Informó sobre 528 infecciones confirmadas en 43 lugares entre el 27 de abril y el 24 de junio de 2022. Incluyeron pacientes de la Argentina y México.
Los científicos informaron que la propagación del virus afecta de forma desproporcionada a los hombres que tienen sexo con hombres, ya que el 98% de las personas infectadas pertenecen a este grupo. Aunque la cercanía sexual es la vía de transmisión más probable en la mayoría de estos casos, los investigadores subrayan que el virus puede transmitirse por cualquier contacto físico cercano a través de grandes gotas respiratorias y potencialmente a través de la ropa y otras superficies.
También señalan que hay escasez mundial tanto de vacunas como de tratamientos para la infección. Por eso, la detección temprana de los casos, el aislamiento de los pacientes y el tratamiento de sostén de los síntomas hoy son claves. Según los investigadores, las intervenciones de salud pública dirigidas al grupo de alto riesgo podrían ayudar a detectar y frenar la propagación del virus. Reconocer la enfermedad, rastrear los contactos y aconsejar a las personas que se aíslen serán componentes clave de la respuesta de salud pública.
Muchos de los individuos infectados examinados en el estudio presentaban síntomas no reconocidos en las definiciones médicas actuales de la viruela del mono. Estos síntomas incluyen lesiones genitales únicas y llagas en la boca o el ano. Los síntomas clínicos son similares a los de las infecciones de transmisión sexual, como sífilis, y pueden llevar fácilmente a un diagnóstico erróneo.
Los expertos señalaron que een algunas personas, los síntomas anales y orales han provocado el ingreso en el hospital para tratar el dolor y las dificultades para tragar. Por eso es tan importante que se reconozcan estos nuevos síntomas clínicos y que se eduque a los profesionales de la salud para que puedan diagnosticar la enfermedad. “Un diagnóstico erróneo puede retrasar la detección y, por tanto, dificultar los esfuerzos para controlar la propagación del virus”, afirmaron.. Por lo tanto, el estudio permitirá aumentar las tasas de diagnóstico cuando las personas de los grupos de riesgo presenten los síntomas tradicionales de las infecciones de transmisión sexual.
Las medidas de salud pública -como la mejora de las pruebas y la educación- deben desarrollarse y aplicarse en colaboración con los grupos de riesgo para garantizar que sean apropiadas, no estigmatizantes y para evitar mensajes que puedan llevar el brote a la clandestinidad, comentaron.
La doctora Chloe Orkin, catedrática de Medicina del VIH en la Universidad Queen Mary de Londres, directora de la colaboración SHARE y una de las coautoras del trabajo publicado en The New England Journal of Medicine, afirmó: “Esta serie de casos verdaderamente global ha permitido a médicos de 16 países compartir su amplia experiencia clínica y muchas fotografías clínicas para ayudar a otros médicos en lugares con menos casos”.
Además, la doctora Orkin expresó que se ha demostrado que “las actuales definiciones internacionales de casos deben ampliarse para añadir síntomas que no se incluyen actualmente, como las llagas en la boca, en la mucosa anal y las úlceras simples. Estos síntomas concretos pueden ser graves y han provocado ingresos hospitalarios, por lo que es importante hacer un diagnóstico. La ampliación de la definición de caso ayudará a los médicos a reconocer más fácilmente la infección y así evitar que la gente la transmita. Dadas las limitaciones mundiales en el suministro de vacunas y antivirales para esta infección tropical desatendida y crónicamente infrafinanciada, la prevención sigue siendo una herramienta clave para limitar la propagación mundial de la infección humana por viruela del mono”.
El doctor John Thornhill, médico consultor en salud sexual y VIH y profesor clínico titular del Barts NHS Health Trust y de la Universidad Queen Mary de Londres, aclaró que “es importante destacar que la viruela del mono no es una infección de transmisión sexual en el sentido tradicional; puede adquirirse a través de cualquier tipo de contacto físico cercano. Sin embargo, nuestro trabajo sugiere que la mayoría de las transmisiones hasta ahora han estado relacionadas con la actividad sexual, principalmente, pero no exclusivamente, entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Este estudio de investigación aumenta nuestra comprensión de las formas de contagio y de los grupos en los que se propaga, lo que ayudará a la rápida identificación de nuevos casos y nos permitirá ofrecer estrategias de prevención, como las vacunas, a los individuos con mayor riesgo”.
De acuerdo con Thornhill, el trabajo permitió identificar las nuevas presentaciones clínicas en personas con viruela símica. “Si bien esperábamos diversos problemas cutáneos y erupciones, también descubrimos que una de cada diez personas tenía una única lesión cutánea en la zona genital, y que el 15% tenía dolor anal y/o rectal. Estas diferentes presentaciones ponen de manifiesto que las infecciones por viruela símica podrían pasar desapercibidas o confundirse fácilmente con infecciones comunes de transmisión sexual, como la sífilis o el herpes. Por lo tanto, sugerimos que se amplíen las definiciones actuales de los casos”.
Encontraron el virus en una gran proporción de las muestras de semen analizadas de personas con viruela símica. Sin embargo, “esto puede ser incidental, ya que no sabemos si está presente en niveles lo suficientemente altos como para facilitar la transmisión sexual. Se necesita más trabajo para entenderlo mejor”, afirmó Thornhill, que fue el primer autor del trabajo.
En tanto, según Keletso Makofane, coautor del trabajo y becario de Salud y Derechos Humanos en la Universidad de Harvard, el virus de la viruela símica “ha puesto a prueba la capacidad de nuestros sistemas de salud pública para responder con decisión y urgencia durante una emergencia. Es gratificante formar parte de un colectivo que ha trabajado intensamente para reunir y compartir información entre sí y con la comunidad mundial de la salud pública”.
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