Las medidas de aislamiento, cuarentenas, y recomendaciones de que la gente no asista a los centros de salud salvo extrema necesidad -sobre todo durante 2020- habrán tenido su efecto positivo en la contención de la pandemia, pero con el tiempo se vio que complicaron el seguimiento de enfermedades crónicas, así como la adherencia a tratamientos y la detección precoz de algunas patologías.
Ahora, según alertó la ONU en un reciente informe, por primera vez en el siglo XXI, el número de niños no vacunados en todo el mundo aumentó considerablemente por segundo año consecutivo.
Se trata del mayor retroceso en las vacunas infantiles en 29 años, en lo que los expertos dicen que es una advertencia de “alerta roja” para la salud.
En días en que la Argentina confirmó un caso autóctono de sarampión luego de dos años de haber sido declarado país “libre” de esta enfermedad, los datos recopilados por Unicef y la Organización Mundial de la Salud encontraron que 24,7 millones de niños no recibieron su primera dosis de sarampión en 2021, 5,3 millones más que en 2019, mientras que 14,7 millones no recibieron su segunda vacuna.
Mientras tanto, el porcentaje de niños que recibieron tres dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP3), un marcador central para la cobertura de inmunización dentro y entre países, se redujo en cinco puntos porcentuales en dos años, al 81%. La cobertura de poliomielitis y VPH también disminuyó en todo el mundo.
La disminución, según los expertos, fue impulsada por la desinformación, el COVID-19 y las emergencias humanitarias, que obstaculizaron los despliegues de vacunación en todo el mundo.
Catherine Russell es la directora ejecutiva de Unicef, la agencia de la ONU enfocada en la salud infantil, y consideró que “esta es una alerta roja para la salud infantil”. “Estamos siendo testigos de la mayor caída sostenida en la inmunización infantil en una generación y las consecuencias se medirán en vidas”, destacó la especialista, para quien “el COVID-19 no es una excusa” para no acercarse a vacunar a los niños.
A lo que la jefa de defensa de Unicef Lily Caprani agregó: “Esta es una emergencia para la salud de los niños; tenemos que pensar en lo que está en juego de inmediato: la cantidad de niños que van a morir a causa de esto. No es dentro de unos años; es bastante pronto”.
En lo que va de 2022, hubo un aumento del 79% en los casos de sarampión notificados en todo el mundo, en comparación con el mismo período de 2021. Los expertos creen que parte de esta disminución es una “resaca de la pandemia” debido a que muchas campañas de vacunación se detuvieron o pospusieron por temor a una mayor propagación del virus.
Y también destacaron que los brotes provocados por la caída de las tasas de vacunación se enfrentan a un aumento preocupante de la desnutrición infantil, lo que genera un aumento alarmante de la mortalidad infantil.
Para la jefa de datos de salud de Unicef, Jennifer Raquejo, “la magnitud del problema es enorme”. Según dijo en declaraciones a The Telegraph, es necesario “buscar un compromiso enfocado para volver a la normalidad”, centrándose en el papel fundamental que desempeñan los trabajadores de atención médica de primera línea y trabajando en estrecha colaboración con los líderes de la comunidad para consolidar la confianza y difundir información confiable.
En opinión de Caprani, “las implicaciones de la amenaza son desproporcionadamente mayores en los países de bajos ingresos”.
El médico infectólogo pediatra Eduardo López (MN 37586) es jefe del Departamento de Clínica Pediátrica del Hospital Ricardo Gutiérrez y aseguró ante la consulta de este medio que “en realidad las coberturas de vacunación vienen atrasadas desde 2018, antes del COVID, pero lo que pasó es que en 2020 y 2021 disminuyeron mucho las tasas de vacunación debido a la pandemia”.
“Hoy la mayoría de las vacunas están por debajo de lo que se considera ‘nivel de protección’, que está entre el 90 y 95% según la vacuna -alertó el infectólogo-. Y hay algunas que, como se da una vez en la vida, tal el caso de la hepatitis A, si la cobertura ha bajado, esa vacuna es muy difícil de recuperarla si la gente no se acerca al vacunatorio”.
Ya un informe conjunto emitido en el mes de febrero de este año por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Unicef y la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) daba cuenta de que “el impacto de la pandemia por SARS-CoV-2 sobre las coberturas de vacunación fue muy significativo en todos los grupos etarios”. “En 2020 se registró un descenso promedio de 10 puntos en las coberturas nacionales de vacunación de todas las vacunas respecto al promedio 2015-2019 -destacaba el documento emitido por las organizaciones-. En el año 2020, ninguna vacuna del calendario nacional ha superado un valor del 80% de cobertura a nivel nacional, lo que implica un incremento sustancial de individuos susceptibles que, acumulados con los susceptibles de años previos, generan un escenario que predispone y favorece la aparición de brotes, reemergencia o reintroducción de enfermedades prevenibles por vacunación (EPV) que se encuentran controladas o eliminadas en nuestro país”.
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