En Patagonia está la mayor colonia de loros barranqueros del mundo, pero enfrenta tres problemas que alteran su población

Un equipo de científicos investiga la colonia de loros y cacatúas desde hace más de 24 años. Según contaron a Infobae, hay riesgos de transmisión de enfermedades por un basural cercano. Cuáles son las soluciones

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En la colonia de aves de Villa El Cóndor, en Río Negro, hay 74.000 ejemplares adultos de loros barranqueros/ Guillermo Harris /WCS Argentina
En la colonia de aves de Villa El Cóndor, en Río Negro, hay 74.000 ejemplares adultos de loros barranqueros/ Guillermo Harris /WCS Argentina

Una imagen de un loro o de una cacatúa generalmente remite a ambientes tropicales. Pero lo cierto es que la colonia más grande de loros y cacatúas del planeta se encuentra en la costa atlántica de la Patagonia argentina. Más precisamente, se ubica en la localidad de El Cóndor, en la provincia de Río Negro, y los 74.000 ejemplares adultos con sus crías que la componen no la están pasando bien.

Los antecesores de los loros actuales se originaron en el supercontinente Gondwana hace más de 270 millones de años. Cuando ese supercontinente se separó, se “llevó” también a los loros que evolucionaron hasta formar las especies que se conocen hoy, incluyendo a los loros barranqueros, que están distribuidos principalmente en la Argentina y Chile.

Investigaciones científicas en el lugar que ya llevan 24 años indican que la asombrosa colonia en la Patagonia hoy corre peligro por tres motivos. Sufre el impacto del fenómeno de La Niña que reduce la cantidad de alimento disponible para loros y cacatúas. Hay personas (y un Estado que lo permite) que construyen infraestructuras sobre los acantilados, que son los espacios donde las aves habitan y excavan sus nidos.

Además, como tercera causa pero no menos importante, los loros y cacatúas están en riesgo porque hay un basural a cielo abierto cercano que podría ser fuente de enfermedades para los animales. Ese problema también podrían afectar a los seres humanos.

En Villa El Cóndor, los loros habitan en acantilados con areniscas blandas/Guillermo Harris (WCS Argentina)
En Villa El Cóndor, los loros habitan en acantilados con areniscas blandas/Guillermo Harris (WCS Argentina)

“Es una bomba de tiempo sanitaria”, advirtió el científico argentino Juan Masello, doctor en ciencias naturales e investigador en la Universidad de Giessen en Alemania, quien desde 1998 coordina el proyecto de Investigación y Conservación Loro Barranquero. El investigador junto con otros expertos en biología y conservación están preocupados por la situación actual de la colonia.

Hace 50 años, la colonia más grande de loros y cacatúas estaba en otro lugar de la Argentina: en las costas del río Quequén Salado, en la provincia de Buenos Aires, y contenía 45.000 nidos. “Tristemente, el Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires roció los nidos con el plaguicida Endrin durante 1972 a 1974. Esas prácticas provocaron la drástica reducción de la colonia que fue la más grande. Ahora contiene menos del 10% de los nidos que solía tener”, recordó Masello.

También se intentó hacer la misma práctica en Villa El Cóndor un tiempo después, pero “afortunadamente no tuvo el mismo efecto que en Quequén Salado. Sin embargo, en 1998 y 1999 encontramos pichones con malformaciones que probablemente fueron causada por el uso del plaguicida”, señaló. En la actualidad, la colonia de aves que se encuentra en El Cóndor -que es una localidad balnearia a más de 900 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires- tiene 37.000 nidos. Se extiende a lo largo de 18 kilómetros.

“El loro barranquero generalmente nidifica en acantilados y barrancas tanto de arenisca como de tierra, cuya altura es mayor a los 4 metros. Excavan sus nidos en las capas más blandas de los acantilados”, detalló el investigador. Por lo tanto, no todos los acantilados son adecuados”, afirmó. Requieren de cierta arenisca blanda.

Villa El Cóndor es una localidad con balneario para la gente. Pero la urbanización se ha extendido y afecta a la colonia de aves (@marcosgomez)
Villa El Cóndor es una localidad con balneario para la gente. Pero la urbanización se ha extendido y afecta a la colonia de aves (@marcosgomez)

Los loros barranqueros necesitan beber agua varias veces por día y se alimentan principalmente de los brotes, semillas, bayas y frutos del Monte. Los acantilados de tamaño grande y con la consistencia adecuada, el agua dulce cercana y los parches de Monte relativamente saludables que existen en El Cóndor y sus cercanías con los departamentos de Adolfo Alsina, Conesa, Pichi Mahuida, en la provincia de Río Negro, y el partido de Patagones, en la provincia de Buenos Aires, han posibilitado que esa zona fuera ideal para que se forme la colonia de loros y cacatúas en Patagonia Norte.

“Me sorprenden por su rol de ingenieros ecosistémicos”, resaltó Juan Failla, que forma parte del proyecto de investigación de los loros barranqueros junto con Masello. “Los loros literalmente construyen ambientes para otra docena de aves, incluidos su predadores como el halcón peregrino y los chilangos. Y me asombra cada atardecer repletos de miles de loros sobrevolando el faro más antiguo en funcionamiento de Argentina: son patrimonios históricos y naturales en perfecta combinación”, comentó.

Los investigadores detallaron bien los tres factores que afectan a la colonia de loros y cacatúas. El fenómeno climático de La Niña -que está asociado a un enfriamiento de las aguas del Océano Pacífico ecuatorial- genera sequías extremas que reducen la disponibilidad de alimento en el Monte.

En los años en que se desarrolla un fenómeno fuerte de La Niña, generalmente los loros barranqueros no encuentran suficiente alimento. Como consecuencia, la población de loros barranqueros de El Cóndor se ha reducido en años de La Niña de los típicos 37.000 nidos activos a 21.000 nidos activos, una reducción del 43%. Y esta drástica reducción se dio muy rápido.

En los años en que se desarrolla un fenómeno fuerte de La Niña, generalmente los loros barranqueros no encuentran suficiente alimento/  NASA JPL/Bill Patzert
En los años en que se desarrolla un fenómeno fuerte de La Niña, generalmente los loros barranqueros no encuentran suficiente alimento/ NASA JPL/Bill Patzert

Durante La Niña que se desarrolló entre 2020 y 2021 murieron 1.400 loros barranqueros adultos como mínimo. “La información sobre cuántos individuos hay actualmente en la colonia estará disponible luego del próximo censo que planeamos realizar durante la temporada reproductiva 2022-2023, si es que conseguimos los fondos necesarios”, comentó Masello.

También están los otros factores de origen humano que afectan a la colonia de loros y cacatúas. Hace 20 años aproximadamente, la localidad Villa El Cóndor se extendía hasta unos 400 metros de distancia de la colonia de aves. En esa época se podían encontrar 7.600 nidos de loro barranquero entre la Primera y Segunda bajadas de El Faro (es decir, el primer kilómetro de la colonia).

En cambio, en 2019, cuando la Villa El Cóndor creció en urbanización y llegó hasta la colonia, tanto por la costa como por detrás del primer kilómetro, ese número se redujo a 5.000 nidos, una reducción del 34%. Es decir, “la urbanización creciente en El Cóndor, la construcción de infraestructuras sobre el acantilado, como el estacionamiento sobre la Segunda Bajada de El Faro, y el basural a cielo abierto, están afectando muy negativamente a los loros”, afirmó Masello.

Con respecto al basural cercano a la colonia, allí se juntan roedores, que pueden tener enfermedades. Los roedores son cazados por los chimangos, que a su vez nidifican en la colonia de loros. “Las enfermedades de los roedores podrían fácilmente llegar a la colonia de loros y cacatúas. Por supuesto, no se trata de ser alarmistas. Pero existe una cierta probabilidad de riesgo y no sabemos cuándo podría afectar a los loros y a otras aves que nidifican en el acantilado, como las golondrinas negras”, precisó el científico.

En un basural cercano a la colonia de aves, hay roedores que podrían transmitir enfermedades a los loros y a las golondrinas negras, entre otros animales/Mauricio Failla
En un basural cercano a la colonia de aves, hay roedores que podrían transmitir enfermedades a los loros y a las golondrinas negras, entre otros animales/Mauricio Failla

Pero hay soluciones basadas en la investigación científica -que contó con el apoyo de la organización ambientalista WCS Argentina- y que se podrían poner en marcha para cuidar a la colonia de aves y también prevenir la transmisión de enfermedades a la población. Después de todo, la salud animal y la salud humana en un planeta interconectado es una sola:

Crear un área natural protegida

Para el doctor Masello, “se debería urgentemente proteger el acantilado donde está la colonia. Desde 2004 recomendamos crear un Área Natural Protegida, que contemple los usos tradicionales de bajo impacto que realiza la comunidad, incluido el turismo de playa y la pesca deportiva desde costa, creada con participación provincial, municipal y de la comunidad”. Si la creación del área natural se realizara, se ayudaría la conservación de su biodiversidad y “transformaría esa región costera en un polo de turismo de la naturaleza de jerarquía internacional y generaría nuevas alternativas de desarrollo”.

En diciembre de 2021, el intendente de Viedma, Pedro Pesatti hizo el anuncio de que iba a crear un área natural protegida municipal. “Nosotros creemos que sería una decisión en la dirección correcta y esperamos que se transforme pronto en realidad. Pero hasta el día de hoy la colonia sigue solo bajo el cuidado de la naturaleza y de muchos vecinos voluntariosos”, sostuvo el científico.

“La colonia de loros barranqueros de El Cóndor reúne en un lugar a más del 70% de la población de la especie. Lo más sensato y lógico sería cuidarla. Como ocurre con Punta Tombo en Chubut o la Isla Pingüino en Santa Cruz”, señaló en diálogo con Infobae el biólogo y divulgador científico Alejandro Balbiano. “Las aves encontrarán su comida y medicina, y existirán menos conflictos con los cultivos humanos de la región”, dijo. También Balbiano subrayó que la creación de áreas naturales “es un motor para el desarrollo turístico, que a su vez genera empleos de calidad y crecimiento de las economías regionales. Todo debería venir acompañado del desarrollo de infraestructura, servicios y promoción”.

Los expertos consideran que debería crearse un área natural protegida donde está la colonia de loros y cacatúas. También debería protegerse el ambiente de Monte cercano/Mauricio Failla
Los expertos consideran que debería crearse un área natural protegida donde está la colonia de loros y cacatúas. También debería protegerse el ambiente de Monte cercano/Mauricio Failla

Proteger las áreas de Monte que aún quedan en zonas cercanas

“Es imprescindible proteger el Monte que queda en la región: Adolfo Alsina, Conesa, Pichi Mahuida, Patagones”. Se deberían evitan más desmontes y crear Áreas Naturales Protegidas, y replantar especies del Monte en lugares donde ya fuera desmontado. “Hubo pasos en la dirección correcta, pero necesitan de más apoyo y continuidad en el tiempo”. En diciembre de 2021, se inauguró un Centro de Valoración del Monte Nativo, que está destinado a la educación y a producir plantines de especies autóctonas para repoblar campos devastados por la tala de chañares o piquillines. “Si bien esta es una iniciativa excelente, necesita de apoyo a largo plazo para alcanzar sus objetivos y de la creación, en paralelo, de Áreas Naturales Protegidas que aseguren la conservación del Monte”, explicó Masello.

Cerca de la colonia de loros, también se encuentra el estuario del río Negro, que debería protegerse para que la calidad del agua sea buena para futuras generaciones/Guillermo Harris (WCS Argentina)
Cerca de la colonia de loros, también se encuentra el estuario del río Negro, que debería protegerse para que la calidad del agua sea buena para futuras generaciones/Guillermo Harris (WCS Argentina)

Tomar medidas para cuidar al estuario del río Negro

Se deberían desarrollar los medios de protección del estuario del río Negro, que provee el agua que usan tanto los pobladores como los animales. “Sin medidas de protección concretas que aseguren la persistencia de agua de calidad para las generaciones futuras y para la flora y fauna de la región, no se podrá asegurar el futuro ni de los humanos ni de los loros barranqueros”, comentó Masello.

En tanto, consultado por Infobae Daniel Paz Barreto, especialista en conservación y docente de la Universidad Nacional de Río Negro, dijo: “En la crisis por la pérdida de biodiversidad, cada acción de conservación territorial es importante. Es clave proteger a la colonia de loros de El Cóndor, como una parte intrínseca del bioma Monte en el que está inserta la villa marítima y la ciudad capital de Río Negro, Viedma. Por otra parte, la colonia también está relacionada con la identidad de los pobladores locales, que se reconocen en el ambiente en el que se desarrollan. La potencial desaparición de la colonia de loros y cacatúas no solo empobrecería la diversidad biológica y los procesos naturales sino también la identidad territorial de los pobladores”.

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