La falsa sensación que la epidemia se fue. El COVID-19 nunca se fue. El aumento de los indicadores en las últimas semanas anticipa que, de no tomar en serio lo que está sucediendo, puede repetirse la misma sorpresa que ocurrió ante la irrupción de la variante Ómicron. Sin embargo, los epidemiólogos europeos estiman que, con una alerta temprana, podría ser una reaparición temporal.
En Francia, el presidente del Consejo de Orientación de la Estrategia de Vacunación, Alain Fischer, fue claro al respecto: “Sí, podemos decir que es la séptima ola”. En España, los datos publicados el viernes no dejan lugar a dudas de que se enfrenta una octava oleada del coronavirus, si se toma a la ola “oculta” de abril y mayo como la séptima.
No obstante, algunos elementos sugieren cierto optimismo: la temporada de verano o la inmunidad generalizada alcanzada por vacunas o infecciones previas por coronavirus. Sin embargo, otros aspectos pueden ser motivo de preocupación como la altísima capacidad de difusión de las subvariantes BA.4 y BA.5 y la disminución de la protección de las vacunas después de 4-5 meses desde el último refuerzo.
La situación es bastante similar en el resto de los países del viejo continente: demuestra que a pesar de la contundencia de la variante Ómicron, con picos récords de contagios hace unos meses, esa ola no desactivó totalmente la epidemia. No es suficiente la barrera inmunológica. Los científicos habían pronosticado que habría una nueva variante, y esta información parece estar ratificandose.
Otra coincidencia es la necesidad de la reorientación de la estrategia sanitaria a este regreso. Ómicron sigue reinando pero se está diversificando. Después de la aparición del sublinaje BA.2, las subvariantes BA.4 y especialmente BA.5 están ganando terreno en toda Europa. El primer país afectado, el que dio el aviso, fue Portugal. En ese país peninsular, la ola de mayo parece estar cayendo, contrastando con el resto.
Estas subvariantes se están propagando más rápido. Si bien BA.5 no parece más virulento, su escape inmunológico parece tan alto, tanto frente a las vacunas como a la reinfección.
Hay un factor que tambien marcan varios expertos: la reducción del número de hisopados realizados y de las actividades de vigilancia, lo que podría comprometer la capacidad de detección de nuevas mutaciones del virus, con el riesgo de que los sistemas de salud acaben nuevamente bajo presión, un amenaza nuevamente presente.
Hace días, el diario Financial Times analizó los datos relativos a contagios y hospitalizaciones por coronavirus, demostrando que las hospitalizaciones han aumentado en varios países europeos, indicando particularmente lo que sucede en Francia y el Reino Unido, donde BA.5 avanza a pasos agigantados.
En Francia se ha vuelto a alcanzar el hito de los 100.000 casos positivos detectados en un día. Y el promedio de siete días es de 58.000 casos diarios informados. Un aumento del 44% en comparación con la semana anterior. A principios de mes, el promedio había caído por debajo de los 20.000 casos por día.
También al otro lado del Canal de la Mancha, las infecciones están aumentando considerablemente: han aumentado en más del 40% en una semana, según las últimas cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas británica (ONS). Alrededor de 1,4 millones de personas se infectaron entre el 6 y el 11 de junio, en comparación con las 990.000 de la semana anterior.
En Italia , el reporte oficial confirma un cambio de tendencia con un aumento de la curva de contagios: del 8 al 14 de junio hubo un aumento de contagios (160.751 frente a 121.726) y muertes (416 frente a 392), respecto a la semana anterior. Por el contrario, descienden las hospitalizaciones ordinarias (4.199 frente a 4.342) y cuidados intensivos (183 frente a 219).
Ya se describió a Ómicron, como un extraño linaje, un avatar del SARS-CoV-2, cuya influencia global se volvería hegemónica, debido a su muy conocida habilidad para diferenciarse de sus antecesoras por sus numerosas mutaciones. Cuando se detectó en Sudáfrica en noviembre de 2021, en su versión BA.1, que arrasó Europa en diciembre, ya llevaba una cincuentena, frente a la histórica cepa de Wuhan.
Desde entonces, sus sucesivas versiones han ido adquiriendo nuevas, en particular BA.2, y ahora BA.4 y BA.5. Sin embargo, estos últimos “serán ultra mayoritarios en unas tres semanas”, como describe para Francia en el diario Le Monde, Mahmoud Zureik, profesor de epidemiología y salud pública en la Universidad de Versailles-Saint-Quentin (Yvelines).
Haberse infectado con otra variante de Ómicron, no parece ser una barrera. Al menos, tres estudios recientemente publicados investigaron esta situación. Un estudio sudafricano, sin revisar y publicado el 24 de abril , sugiere que los anticuerpos de personas no vacunadas contagiadas con BA.1 neutralizan BA.4 y BA.5 unas 7,5 veces menos. Claramente, una persona infectada con Ómicron a principios de año no está completamente protegida contra el riesgo de reinfección con BA.4 o BA.5, especialmente si no está vacunada.
De momento, los hospitales, aunque en muchos países aún viven las consecuencias de la crisis sanitaria que generó el coronavirus, no muestran que los ingresos los estén tomando por sorpresa. Aunque, las admisiones a cuidados convencionales y cuidados intensivos empiezan a moverse. Por ejemplo, en Francia, y si bien el número de camas Covid en cuidados intensivos continúa desmoronándose ligeramente, el número de pacientes hospitalizados ya no desciende.
¿Deberíamos preocuparnos por eso? El profesor Fischer habla de una “recuperación epidémica moderada” y recuerda la eficacia de las vacunas contra las formas graves de la enfermedad. Sin embargo, la intensidad de la ola y sus daños dependerán de la capacidad de responder, rápidamente y retomando las pautas de protección ya conocidas.
Por estas horas, los funcionarios sanitarios europeos, comienzan a debatir y definir como avanzar con los refuerzos de vacunas, en especial para aquellos que recibieron su última dosis hace seis meses. El segundo debate se debe a la intensificación de las relaciones sociales, en especial por el verano europeo, dado el abandono del pase de vacunación, las mascarillas y muy a menudo los gestos de barrera.
El fin de la obligación de llevar mascarilla en el transporte público está especialmente en el punto de mira. Pocos son los países del continente que aun establecen su uso obligatorio. Por ejemplo, la Federación Francesa de Hospitales que representa a los hospitales públicos, está a favor de su reintroducción en ese pais.
Hay, sin embargo, un punto en el que todos están de acuerdo: reactivar la campaña de vacunación para que los adultos mayores o personas con morbilidades en especial para el segundo refuerzo (o “cuarta dosis”) sin esperar a la caída. Otro punto, es la reactivación de los puntos para hisopados. Los infectólogos están seguros que los datos actuales de infecciones son muy preliminares, dado que los pruebas han dejado de efectuarse con la periodicidad de hace unos meses. Abrir nuevamente espacios para hacer chequeos, efectuar la logística, será un desafío para resolver en las próximas semanas.
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