Hito histórico: lograron rastrear el origen de la Peste Negra, la peor pandemia que azotó a la humanidad

Expertos alemanes y británicos en Antropología Evolutiva encontraron los orígenes de la primera cepa de la bacteria causante del mal. La enfermedad mató a 200 millones de personas en el siglo XIV

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"El triunfo de la Muerte" es una de las obras más conocidas del pintor flamenco Pieter Brueghel que retrata la llegada de la Peste Negra a Europa
"El triunfo de la Muerte" es una de las obras más conocidas del pintor flamenco Pieter Brueghel que retrata la llegada de la Peste Negra a Europa

La peste negra fue la pandemia más devastadora de la historia de la humanidad, que afectó a Europa y Asia en el siglo XIV y que alcanzó un punto máximo entre los años 1347 y 1353 cuando mató entre 80 y 200 millones de personas.

Los expertos historiadores calculan que esta enfermedad diezmó a la población europea, al causar la muerte de entre un 30 % y el 60 % de los habitantes de ese continente a causa de la bacteria Yersinia pestis. De acuerdo con el conocimiento contemporáneo, la pandemia irrumpió en primer lugar en Asia, para después llegar a Europa a través de las rutas comerciales. La epidemia llegó a Europa a través de la cuenca mediterránea, en 1346, transportada por barcos comerciales desde el Mar Negro, y se diseminó por Europa, Oriente Medio y el norte de África en un primer brote a gran escala que se alargó en una pandemia hasta principios del siglo XIX (en distintas oleadas) y que causó la muerte de más de la mitad de la población europea.

Ahora un equipo multidisciplinario de científicos logró situar el origen de la Peste Negra, la mayor pandemia de la historia, en la región de las montañas Tian Shan de Asia Central en la primera mitad del siglo XIV, despejando así uno de los mayores misterios de la ciencia, en un estudio que publica hoy la revista Nature. En este estudio, un grupo de científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania), de la Universidad de Tubinga (Alemania) y de la Universidad de Stirling (Reino Unido) rastreó los orígenes de la primera cepa de la bacteria causante de la Peste Negra, la Yersinia pestis, hasta la región del lago Issyk Kul, en el actual Kirguistán.

Una lápida grabada de una persona que murió a causa de la peste negra del cementerio Kara-Djigach en la actual Kirguistán (Crédito: P.-G. Borbone, MA Spyrou et al / Nature)
Una lápida grabada de una persona que murió a causa de la peste negra del cementerio Kara-Djigach en la actual Kirguistán (Crédito: P.-G. Borbone, MA Spyrou et al / Nature)

Un hito histórico

Muchas teorías ubicaban el origen de esta pandemia en lugares de Asia, como China o Mongolia, pero en este estudio los investigadores demostraron que el brote inicial se produjo en esta región de Asia Central, una zona atravesada por importantes rutas comerciales de la ruta de la seda en la Edad Media.

Este hallazgo fue posible gracias a la investigación de los restos humanos que se descubrieron en dos cementerios de esta región de Asia en unas excavaciones realizadas hace casi 140 años. Unas inscripciones halladas en las lápidas de estos nichos indicaban en lengua siríaca que los individuos enterrados allí murieron en los años 1338 y 1339 a causa de una epidemia desconocida. Los investigadores analizaron el ADN antiguo de estos restos humanos, así como datos históricos y arqueológicos de estas dos comunidades afectadas por esta misteriosa enfermedad, y certificaron la presencia de la bacteria Yersinia pestis. La epidemia desapareció y volvió a aparecer en oleadas, a lo largo de 500 años.

Hasta ahora, una de las pistas más mencionadas era China, pero ninguna prueba robusta permitía verificar esa teoría. “Siempre estuve fascinado por la peste negra, y uno de mis sueños era resolver el misterio de sus orígenes”, explicó el historiador especialista de catástrofes Phil Slavin, uno de los autores del estudio, en rueda de prensa. “Lo más importante no es solo que detectamos la bacteria Yersinia pestis en estos enterramientos, sino que, en términos de evolución, esa misma bacteria se encuentra en el origen de la pandemia de Peste Negra”, afirmó Slavin. “En otras palabras, es una cepa más antigua que la cepa de la Peste Negra de Europa. Para ser más precisos, es la cepa que coincide exactamente con el comienzo de la pandemia”, agregó.

Los estudios sobre el polen antiguo sugieren que la peste negra eludió a algunas regiones de Europa y devastó otras (Por Jonathan Corum | Fuentes: Adam Izdebski et al., Nature Ecology & Evolution. Se muestran las fronteras modernas)
Los estudios sobre el polen antiguo sugieren que la peste negra eludió a algunas regiones de Europa y devastó otras (Por Jonathan Corum | Fuentes: Adam Izdebski et al., Nature Ecology & Evolution. Se muestran las fronteras modernas)

Un Big Bang viral

El estudio apunta a que en algún momento del siglo XIV se produjo un acontecimiento que los investigadores denominan “Big Bang”, una diversificación masiva de las cepas de la peste, que asocian con la génesis de la primera gran oleada de Peste Negra en Europa entre 1346 y 1353. El equipo consiguió secuenciar los genomas completos de esa primera peste de los enterramientos de Kirguistán y descubrieron que estas cepas antiguas “se sitúan exactamente en el nodo de origen de este evento de diversificación masiva”, en palabras de Maria Spyrou, investigadora de la Universidad de Tubinga y también autora del trabajo.

Un centenar de las aproximadamente 400 lápidas tenían fechas precisas, entre 1338 y 1339. El epitafio mencionaba una elíptica “muerte por pestilencia” en siríaco. Esos indicios indicaban una sobremortalidad anormal en el seno de una comunidad, siete u ocho años antes de que la peste negra llegara a Europa. Para hallar la causa de los decesos, los investigadores obtuvieron el ADN de las dentaduras pertenecientes a siete esqueletos. “La pulpa dental es una pista apreciada, porque es una zona muy vascularizada que ofrece grandes probabilidades de detección de patógenos en la sangre”, explicó Spyrou. El ADN pudo ser secuenciado (un trabajo extremadamente difícil porque estaba muy fragmentado) y luego fue comparado con una base de datos que contenía el genoma de miles de bacterias.

Escudo de Plagas: La muerte coronada como vencedora. 1607-37, Augsburgo, Alemania.
Escudo de Plagas: La muerte coronada como vencedora. 1607-37, Augsburgo, Alemania.

Los científicos llegaron a la conclusión de que la antigua cepa de Asia Central que causó la epidemia de peste de 1338 y 1339 en Kirguistán saltó a los humanos desde las poblaciones de marmotas de esta región, que actúan como reservorios de la bacteria, y que después mutó en diferentes variantes que se expandieron por el mundo. “Esta cepa precede a este ‘Big Bang’, que fue un acontecimiento evolutivo fundamental, y cualquier acontecimiento de este tipo tiene que evolucionar de una cepa anterior”, precisó Slavin.

Obtener genomas de bacterias de la peste ancestrales de las que están detrás de la Peste Negra es “un gran avance”, dice Monica Green, historiadora medieval y académica independiente en Phoenix, Arizona. “Las lápidas son lo más cercano que jamás llegaremos a los ‘certificados de defunción’. Entonces sabemos que este linaje de Y. pestis existía entonces”. Pero está menos segura de la conclusión del estudio, de que el ‘big bang’ de la plaga ocurrió alrededor de la época de las muertes de Kirguistán en 1338-1339. Green ha planteado la hipótesis, sobre la base de evidencia genética, ecológica e histórica, que la expansión del Imperio Mongol en el siglo XIII catalizó la propagación y diversificación de las cepas de Y. pestis responsables de la Peste Negra posterior.

El investigador hizo una analogía con la pandemia de coronavirus: “Tenemos Alfa, Beta, Gamma, Delta, Ómicron… Ómicron evolucionó de Delta, y Delta evolucionó de Gamma. Quizás no sea la mejor comparación, pero lo que sabemos es que esta cepa precedió a la de la Peste Negra”. Precisamente la reciente pandemia de coronavirus, señala Slavin, contribuyó a aumentar el interés de la sociedad y de la comunidad científica por las enfermedades infecciosas y las epidemias causadas por microorganismos como virus y bacterias.

La cordillera de Tian Shan, donde los investigadores han encontrado cepas modernas de bacterias causantes de plagas relacionadas con las antiguas de Kirguistán.
La cordillera de Tian Shan, donde los investigadores han encontrado cepas modernas de bacterias causantes de plagas relacionadas con las antiguas de Kirguistán.

Este fue uno de los mayores focos de debate de la historia, especialmente ahora con el COVID”, concluye Slavin. Además, añadió que aunque estos hallazgos “acaban con todas esas especulaciones sobre los orígenes de la Peste Negra, también nos plantean nuevas preguntas” sobre el contexto en el que se desarrolló este primer brote.

No solamente hemos hallado el ancestro de la muerte negra, sino también el de las cepas de peste que circulan actualmente por el mundo” añadió Johannes Krause del Instituto Max Planck. Los roedores que viven actualmente en esa región de Tien Shan son portadores de una cepa de la bacteria muy cercana a las de las víctimas humanas de 1338-1339. La peste no ha podido ser erradicada por el momento: miles de personas contraen esta enfermedad, en particular en Asia central. En las montañas del Tien Shan las marmotas constituyen el principal reservorio animal de la enfermedad. Sin embargo, gracias a los antibióticos y al desarrollo de la higiene, la pandemia es un fenómeno limitado.

El mapa de la mortalidad de la Peste Negra

Conocer cuál fue el origen de la pandemia más mortífera de la historia era un anhelo de la ciencia. Con unos 500 años asolando el planeta, la Peste Negra se había convertido un objetivo pendiente. El COVID-19 le dio un nuevo impulso a esta búsqueda histórica y, en 2022, se sucedieron una serie de descubrimientos que llevaron luz sobre el desarrollo y avance de esta enfermedad.

Gracias a la paleoecología, los científicos pudieron reconstruir el mapa de la mortalidad de la Peste Negra
Gracias a la paleoecología, los científicos pudieron reconstruir el mapa de la mortalidad de la Peste Negra

En marzo de este año, un grupo internacional de científicos creó el primer mapa de la mortalidad de la Peste Negra. Según el documento publicado en la revista Nature Ecology and Evolution, el ataque de la enfermedad en la humanidad no fue homogéneo. “Hemos descubierto que la considerada peor pandemia de la historia tuvo un impacto devastador en algunas regiones, como Escandinavia o Francia, mientras que en otras, como en Irlanda o la Península Ibérica, el impacto fue mucho más discreto”, afirmó Reyes Luelmo, investigadora en el grupo de arqueología medioambiental del Instituto de Historia del CSIC.

Los expertos pudieron determinar este mapa que evidencia la letalidad de la “muerte negra” gracias al análisis de polen y esporas fosilizadas que recabaron en toda Europa. Gracias a estas partículas, los científicos pudieron reconstruir tanto la historia de la flora local como la evolución de los humanos y sus actividades. Pero eso no es todo, ya que, incluso, pueden determinar cómo se relacionó el ambiente con la civilización.

(Crédito: Hans Sell, Michelle O'Reilly y AI / Naturaleza Ecología y Evolución - Nat Ecol Evol)
(Crédito: Hans Sell, Michelle O'Reilly y AI / Naturaleza Ecología y Evolución - Nat Ecol Evol)

Una forma que encontraron los científicos de conocer la mortalidad es la cantidad de polen fosilizado que encontraron en las regiones. Según señalaron, cuanto mayor retroceso de la población, mayor avanzan los bosques y la cantidad de polen aumenta. “Supuestamente, una epidemia con tal caída demográfica habría provocado por entonces que los bosques se recuperaran ante un menor impacto humano sobre ellos y, en paralelo, que tanto la agricultura como la ganadería sufrieran una notable deceleración o incluso cese absoluto”, aseguró José Antonio López, investigador del Instituto de Historia del CSIC en un comunicado.

Este estudio, que también lideró el Instituto Max Planck y contó con el aporte de casi una veintena de científicos de 19 países, logró confirmar una alta mortalidad en: Escandinavia, Francia, el suroeste de Alemania, Grecia y el centro de Italia (se condice con una elevada reforestación de los campos abandonados); al tiempo que en algunas zonas de Europa central y oriental y partes de Europa occidental, incluidas Irlanda y la península ibérica la letalidad no habría alcanzado los mismos niveles.

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