A medida y rediseñadas: los 3 escenarios que abrirá la próxima generación de vacunas contra el COVID-19

Los desarrollos bivalentes prometen proteger contra Ómicron y la cepa original. También se avanza con una vacuna nasal. ¿Podrían ser anuales los refuerzos? Qué opinan los expertos

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Las diferentes variantes virales que surgieron dejaron al descubierto la necesidad de "actualizar" las formulaciones disponibles (DPA)
Las diferentes variantes virales que surgieron dejaron al descubierto la necesidad de "actualizar" las formulaciones disponibles (DPA)

En una carrera contra el tiempo -y contra el SARS-CoV-2 que no daba tregua- mujeres y hombres de ciencia dieron las primeras respuestas tendientes a poner fin a la pandemia al lograr la autorización de emergencia de las primeras vacunas para prevenir los cuadros graves y muertes por COVID-19.

Era diciembre de 2020, y el virus que había detenido al mundo ya se había cobrado más de un millón y medio de vidas en todo el mundo.

No había tiempo que perder. Y si bien esas primeras formulaciones mostraron su eficacia al reducir la mortalidad en las siguientes oleadas de la pandemia que siguieron a la primera, los especialistas comenzaron a notar que frente a las nuevas variantes del virus que surgieron luego, la protección no era la misma. Y de allí la necesidad de aplicar refuerzos a la población cada cuatro meses, hecho que no ocurrió ni ocurre con ninguna otra vacuna conocida hasta el momento.

Sin embargo, las diferentes variantes virales que surgieron producto de la natural evolución de la pandemia, dejaron al descubierto la necesidad de “actualizar” las formulaciones para dar respuesta a los nuevos artilugios que halló el coronavirus para infectar.

Hasta el momento, se aprobaron 38 vacunas en todo el mundo para prevenir el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, y otras 195 candidatas en diferentes etapas de desarrollo se encuentran en estudio en todo el mundo (Reuters)
Hasta el momento, se aprobaron 38 vacunas en todo el mundo para prevenir el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, y otras 195 candidatas en diferentes etapas de desarrollo se encuentran en estudio en todo el mundo (Reuters)

“Hemos estado vacunando todo este tiempo con una primera generación de vacunas, diseñadas para la variante Wuhan, hoy esa variante tiene muy poca similitud con las variantes que hoy circulan”, dijo en su conferencia de prensa semanal este jueves el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, y explicó que estas dosis si bien protegen contra la enfermedad grave y mortal, no pueden evitar que el virus infecte y dé inicio a la enfermedad, por eso “es que hay que estar dando refuerzos permanentes, porque cuando bajan los anticuerpos, el virus vuelve a entrar con más facilidad”.

Probablemente en los próximos meses, ya que están en evaluación un conjunto de vacunas nuevas, “que sería una segunda generación de vacunas, con diferentes estrategias: algunas de aplicación local o nasal con otra lógica técnica, otras vacunas que son para un conjunto de variantes que se parezcan más a las que circulan ahora, y otras que son las consideradas pancovid, que usan diferentes zonas del virus ya no sólo la proteína espiga, para que sea más estable la inmunidad”, ahondó el funcionario.

¿Qué tipos de vacunas se están estudiando?

Las vacunas contra el COVID-19 se pueden dividir en cuatro clases: virus completo, vector viral, basada en proteínas y de ARN mensajero (Getty)
Las vacunas contra el COVID-19 se pueden dividir en cuatro clases: virus completo, vector viral, basada en proteínas y de ARN mensajero (Getty)

Hasta el momento, se aprobaron 38 vacunas en todo el mundo para prevenir el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, y otras 195 candidatas en diferentes etapas de desarrollo se encuentran en estudio en todo el mundo.

Las vacunas contra el COVID-19 se pueden dividir en cuatro clases: virus completo, vector viral, basada en proteínas y de ARN mensajero. Las vacunas de virus completo generan inmunidad utilizando un virus SARS-CoV-2 completo, aunque debilitado, llamado inactivado o atenuado. Hay dos candidatas más en esta categoría en ensayos clínicos en los EEUU.

En tanto las de vectores virales son una variación de este enfoque. En lugar de usar el coronavirus completo, usan una versión modificada de un adenovirus inofensivo que transporta partes de la proteína de pico del coronavirus. Las vacunas de Johnson & Johnson y AstraZeneca son algunas de las que utilizan esta tecnología; y hay otras 15 en estudio en los EEUU.

Las vacunas a base de proteínas usan sólo la proteína del pico o parte de la proteína del pico para generar inmunidad. Cinco formulaciones que utilizan esta plataforma están siendo sometidas a ensayos clínicos.

Y por último las vacunas basadas en ácidos nucleicos están hechas de material genético, como ADN o ARN, que codifica la proteína de punta del coronavirus.

Hay 17 vacunas de ARN y dos de ADN en ensayos clínicos en los EEUU, algunas de ellas utilizan el material genético de variantes más nuevas, incluidas versiones actualizadas de las vacunas Moderna y Pfizer.

Tres claves de las nuevas vacunas

Hay 17 vacunas de ARN y dos de ADN en ensayos clínicos en los EEUU (Efe)
Hay 17 vacunas de ARN y dos de ADN en ensayos clínicos en los EEUU (Efe)

1- ¿Refuerzos anuales?

En los últimos días se dio a conocer que una versión actualizada de la vacuna COVID del laboratorio Moderna produce un aumento de ocho veces en los niveles de anticuerpos contra la variante Ómicron, según los primeros resultados de los ensayos, lo que aumenta las esperanzas de un refuerzo una vez al año para proteger contra la enfermedad.

La vacuna es la primera formulación “bivalente” que combina la protección contra Ómicron y la cepa original de coronavirus, y es la principal candidata de la compañía para los próximos programas de refuerzo de otoño.

El doctor Paul Burton, director médico de Moderna, dijo que la nueva vacuna elevó los niveles de anticuerpos hasta tal punto que un refuerzo al año podría ser suficiente, a menos que una variante sustancialmente diferente requiera que la vacuna se rediseñe nuevamente.

Consultado por Infobae, el médico infectólogo Roberto Debbag (MN 60253) analizó que “el mundo va por nuevas vacunas, llamadas ‘a medida’ o ‘a lo sastre’, que son los datos que hay desde el laboratorio Moderna, que anunció que tiene una vacuna bivalente, es decir, contra la variante de Wuhan y Ómicron y en menos concentración de vacuna”. Según destacó el especialista, “esto está dirigido a que la aplicación de refuerzos posiblemente sean anuales”.

La inyección de refuerzo “bivalente” modificada de Moderna (mRNA-1273.214) fue diseñada para apuntar en una sola inyección tanto a la variante Ómicron como a la versión original del coronavirus. Por eso, para Quirós, “cuando esas nuevas vacunas estén disponibles podrá reevaluarse la estrategia de vacunación y quizás pasar a una sola aplicación anual de vacuna contra el coronavirus, en 2023″.

2- Más eficacia

"Lo que están haciendo los laboratorios que tienen vacunas de ARN mensajero es combinar el ARN de la vacuna clásica con la variante Ómicron para producir una vacuna bivalente"
"Lo que están haciendo los laboratorios que tienen vacunas de ARN mensajero es combinar el ARN de la vacuna clásica con la variante Ómicron para producir una vacuna bivalente"

En la mirada del médico infectólogo pediatra Eduardo López (MN 37586), “las vacunas actuales tienen la dificultad de que con tres dosis la eficacia para la variante Ómicron y sus sublinajes, que son las que circulan en el 90% en el AMBA, tienen eficacia del 80% y en general baja rápidamente”.

“De allí que se requieren varias dosis para tener un grado de protección, y es por eso que insistimos que el individuo que hoy tiene dos dosis no está protegido contra un caso grave de COVID”, destacó el especialista ante la consulta de este medio.

Y tras destacar que “lo que están haciendo los laboratorios que tienen vacunas de ARN mensajero es combinar el ARN de la vacuna clásica con la variante Ómicron para producir una vacuna bivalente”, López resaltó que “de esta manera se busca que el organismo fabrique anticuerpos tanto contra la cepa original como contra Ómicron, lo que va a lograr que los títulos de anticuerpos sean mucho más específicos y de mayor cantidad contra la variante Ómicron y sus sublinajes”.

Para él, “las demás vacunas -tanto las de virus inactivado como las de vector viral- frente a estas variantes están quedando rezagadas en su eficacia, que para Ómicron no supera el 30 - 40%”. “Ese tipo de plataformas son más difíciles de actualizar, y no hay datos de que estén intentando hacer esto”, enfatizó.

En cuanto al aumento de la protección de su nueva vacuna, según informó Moderna en una reciente publicación, “con la dosis de refuerzo de mRNA-1273.214 se aumentaron los anticuerpos neutralizantes frente a Ómicron en aproximadamente ocho veces más al criterio de referencia. También se cumplieron los criterios de valoración primarios de no inferioridad frente al SARS-CoV-2 ancestral”.

3- Evitar el contagio

"Esta nueva generación de vacunas ya no sólo evitarán la enfermedad grave, sino que además, podrían directamente evadir el contagio" (Reuters)
"Esta nueva generación de vacunas ya no sólo evitarán la enfermedad grave, sino que además, podrían directamente evadir el contagio" (Reuters)

La variante altamente contagiosa Ómicron, identificada por primera vez en Sudáfrica en noviembre de 2021, comenzó a propagarse rápidamente a fines del año pasado y actualmente es la variante dominante en todo el mundo. Este nuevo linaje del coronavirus logró evadir parte de la protección conferida por las vacunas originales debido a mutaciones en la proteína pico a la que se dirige la inyección.

De allí que como beneficio adicional no menor, “esta nueva generación de vacunas ya no sólo evitarán la enfermedad grave, sino que además, podrían directamente evadir el contagio”, según adelantó el ministro Quirós.

“Este modelo de incorporar Ómicron a la vacuna original es lo que se pretende llamar ‘vacunas de segunda generación’, pero es clave que exista un alto nivel de vacunación de la población, si no, siempre el riesgo de que el virus mute y aparezcan variantes que escapen a estas vacunas como ocurrió con las primeras”, evaluó López.

Es que, según explicó el infectólogo, “con las nuevas vacunas se estaría atacando al virus circulante, esto es, la variante Ómicron y sus sublinajes, por lo que si se vacuna a la mayor cantidad posible de población, se estará limitando la capacidad del virus de reproducirse y mutar”.

Además, López aseguró que “probablemente se requieran menos dosis, ya que esta nueva vacuna de Moderna contiene 50 microgramos en vez de 100 como la anterior”. Los datos de estudios como el de Moderna serán fundamentales para la toma de decisiones de los funcionarios. También se espera que Pfizer y su socio BioNTech publiquen pronto los resultados del estudio sobre su dosis rediseñada contra Ómicron.

La esperanza de las vacunas nasales

Lo ideal es evitar que el virus se propague justo en el lugar en el que las personas se infectan: la cavidad nasal (Getty)
Lo ideal es evitar que el virus se propague justo en el lugar en el que las personas se infectan: la cavidad nasal (Getty)

En tanto se espera que Pfizer y su socio BioNTech publiquen pronto los resultados del estudio sobre su dosis de ARN mensajero rediseñada contra Ómicron, una alternativa que evalúan los expertos es lograr reducir las infecciones por completo, así como la propagación del virus.

Las vacunas disponibles actualmente se inyectan en los músculos del brazo y son altamente capaces de combatir el virus una vez que las personas están infectadas. Pero no tienen tanto éxito en evitar que las personas se infecten en primer lugar. Para lograr esto, lo ideal es evitar que un virus se propague justo en el lugar en el que las personas se infectan: la cavidad nasal.

Por esta razón, grupos de científicos, incluida Akiko Iwasaki, profesora de inmunobiología en la Escuela de Medicina de Yale, están trabajando en vacunas nasales contra el COVID-19. “En el mejor escenario, una vacuna nasal podría ingresar a la capa de la mucosa dentro de la nariz y ayudar al cuerpo a producir anticuerpos que detengan el virus antes de que tenga la oportunidad de adherirse a las células de las personas. Este tipo de inmunidad se conoce como inmunidad esterilizante”, escribió la especialista en un artículo para The New York Times.

Según Iwasaki, al atrapar a los virus justo en el sitio de la infección, los anticuerpos inducidos por las vacunas nasales pueden darle al organismo una ventaja para combatir el virus antes de que cause síntomas. “Las vacunas nasales no sólo podrían estar mejor equipadas para prevenir infecciones, sino que también pueden desarrollar el mismo tipo de protección del sistema inmunológico que otras vacunas, e incluso más fuerte, porque la memoria inmunológica estaría en la puerta de entrada del virus. Estas vacunas pueden desarrollar células B de memoria que ofrecen una protección alta y producen anticuerpos más rápidos y mejores para infecciones futuras y células T de memoria, que ayudan a matar las células infectadas y apoyan la producción de anticuerpos”, detalló la experta.

"Con las nuevas vacunas se estaría atacando al virus circulante, esto es, la variante Ómicron y sus sublinajes" (Getty)
"Con las nuevas vacunas se estaría atacando al virus circulante, esto es, la variante Ómicron y sus sublinajes" (Getty)

Y si bien López consideró que “se encuentran en una etapa muy experimental” y dijo no creer que antes de “seis u ocho meses haya alguna novedad” respecto de esta alternativa, Debbag destacó que “las vacunas nasales, que bloquean la entrada del virus a nivel local demostraron ser tan inmunogénicas dándolas por esa vía a pocos segundos de la inhalación como la inyectable”. “Esa es otra línea de investigación”, apuntó.

“Y por otro lado -agregó el infectólogo- están las vacunas recombinantes proteicas, de las que hay algunos avances en el mundo y en la Argentina se estudia una que se llama Arvac de la que ya comenzó la fase I de investigación y ya se habla de muy buenos pronósticos, según los datos preliminares. Son vacunas específicamente diseñadas para las nuevas variantes circulantes”.

En una columna de opinión publicada recientemente en el diario The Guardian, el prestigioso científico Eric Topol, fundador y director del Scripps Research Translational Institute, profesor de medicina molecular y vicepresidente ejecutivo de Scripps Research de Estados Unidos profundizó: “El concepto de una vacuna pan-β-coronavirus o pan-sarbecovirus es atractivo y ha sido perseguido por laboratorios académicos de todo el mundo durante los últimos dos años. Se han descubierto decenas de anticuerpos neutralizantes amplios (bnAbs), que tienen una alta probabilidad de proteger contra cualquier variante futura. Pero hay casi un vacío en el desarrollo y prueba de una vacuna basada en estos bnAbs. Tales vacunas están claramente a nuestro alcance, pero la falta de inversión en una iniciativa de alta prioridad y velocidad nos está frenando”.

En su mirada, “una combinación de vacunas nasales u orales, más y mejores medicamentos y una vacuna contra el coronavirus a prueba de variantes probablemente catalizaría una salida definitiva de la pandemia”.

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