Los pacientes que se someten a hemodiálisis se enfrentan a un doble riesgo del síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2). Primero, la necesidad de asistir a diálisis crea una mayor probabilidad de exposición a la infección; en segundo lugar, como grupo con comorbilidad y respuestas inmunitarias alteradas, la infección es más grave una vez adquirida. Como consecuencia, en estos pacientes existe un alto riesgo relativo de muerte en todos los grupos de edad.
Aunque se ha demostrado que las vacunas inducen respuestas inmunitarias sólidas y protegen a las personas contra la infección en la población general, los pacientes en hemodiálisis generalmente han sido excluidos de estos ensayos. Ahora, en un análisis de pacientes con insuficiencia renal que recibían diálisis que se habían infectado con el SARS-CoV-2, un grupo de investigadores liderados por especialistas del Imperial College de Londres detectaron que quienes estaban vacunados tenían un riesgo menor de experimentar una COVID-19 grave. Los hallazgos, que se publicaron en Clinical Journal of the American Society of Nephrology, reiteraron los beneficios de la vacunación contra la COVID-19 en esta población de pacientes.
Varios estudios previos ya habían demostrado que las personas en hemodiálisis tienen respuestas inmunitarias deficientes a las vacunas contra la COVID-19, pero pocos estudios han descrito la eficacia de la vacunación contra la COVID-19 en dichos pacientes. Para investigar, Debasish Banerjee, especialista de St. George’s University Hospitals NHS Foundation Trust de Londres y sus colegas del Imperial College realizaron un estudio observacional multicéntrico de pacientes que estaban recibiendo hemodiálisis en Londres y a quienes se les hacían pruebas regulares de COVID-19 durante el período de implementación de la vacuna con BNT162b2 de Pfizer-BioNtech y AZD1222 de AstraZeneca.
La infección por SARS-CoV-2 se identificó en 1.323 pacientes de diferentes etnias (asiáticos/otros 30 %, de raza negra 38 % y blancos 32 %), incluidos 1047 (79 %) no vacunados, 86 (7 %) después de la primera dosis y 190 (14%) después de la segunda dosis de vacunación. Entre los principales hallazgos los especialistas detectaron que la mayoría de los pacientes que dieron positivo tuvieron un curso leve de COVID-19, pero 515 (39 %) fueron hospitalizados y 172 (13 %) fallecieron. La edad avanzada, la diabetes y la inmunosupresión se asociaron con una mayor gravedad de la enfermedad.
Después de los ajustes, la vacunación previa de dos dosis se asoció con un 75% menos de riesgo de ingreso hospitalario y un 88% menos de riesgo de muerte en comparación con la ausencia de vacunación.
Además de la eficacia clínica, el efecto de la vacunación también se puede medir por la inmunogenicidad: la capacidad de una vacuna para inducir respuestas inmunitarias celulares y de anticuerpos en los pacientes. Aunque está un paso alejado del resultado clínico, la caracterización inmunitaria proporciona una comprensión más mecánica de la protección, y las respuestas se pueden medir a nivel individual, lo que podría indicar un riesgo individual.
Varios estudios han informado respuestas de anticuerpos reducidas en pacientes en diálisis, “pero la inmunogenicidad deficiente no implica una eficacia clínica más baja, que se basa en la comparación con miembros no vacunados del mismo grupo vulnerable”, afirmaron los autores en su documento.
Los especialistas no observaron pérdida de protección contra la COVID-19 en pacientes mayores de 65 años, o con un tiempo cada vez mayor desde la vacunación, y tampoco diferencias entre los tipos de vacunas. “COVID-19 sigue siendo común en pacientes en diálisis, causando ingresos hospitalarios y muerte, pero afortunadamente es más leve con dos dosis de la vacuna”, afirmó Banerjee-. Si bien la pandemia de COVID-19 cambia constantemente, lo que hace que los estudios de vacunas sean un desafío, también brinda nuevas oportunidades para examinar su efectividad desde muchos ángulos diferentes”.
En marzo último, un amplio estudio realizado por la Universidad de Toronto, en Canadá, entre personas con insuficiencia renal que están siendo sometidas a diálisis también mostró que quienes habían recibido dos dosis de la vacuna contra el COVID-19 de ARN mensajero tenían un 69% menos de probabilidades de infectarse de la enfermedad y un 83% menos de posibilidades de tener un cuadro grave en caso de contraerla.
El análisis realizado, que fue publicado en JASN, la revista de la Asociación Americana de Nefrología, indicó también que no hubo diferencias significativas en la eficacia de la vacuna entre los grupos de edad o el modo de diálisis.
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