En medio de la actual pandemia por el coronavirus, hay un brote por la viruela del mono, un pariente mucho menos peligroso de la viruela, en países que no eran endémicos para esa enfermedad. Ya se han notificado ante la Organización Mundial de la Salud 780 casos confirmados en 27 países no endémicos. Aunque según el registro de OurWorldInData, que lleva los reportes en tiempo real, ya llegarían a 919 afectados. Dentro del total de casos confirmados, hay 58 pacientes en Canadá, 24 en los Estados Unidos (según informaron los CDC), 2 en la Argentina y 1 en México. Hasta el momento no se reportaron muertes. Si bien los expertos sostienen que el brote no pasaría a ser una pandemia, se están encontrando dificultades en el diagnóstico temprano y en el rastreo de las personas que han sido contactos estrechos de las personas afectadas por la viruela.
El brote con pacientes con viruela del mono se empezó a detectar a principios de mayo y ya hubo diferentes trabajos publicados por los médicos que los han atendido en el Reino Unido, Portugal, Estados Unidos y Australia. Los primeros casos de la enfermedad empezaron a aparecer en Europa y otros lugares fuera de África Central y Occidental, donde es endémica. Como la mayoría de los pacientes de viruela del mono no han viajado recientemente a zonas endémicas, indica que el virus se está propagando de persona a persona en zonas no endémicas.
Los síntomas de la enfermedad no siempre han sido similares a los cuadros que se dan en zonas endémicas. Según el último reporte de la OMS, “la presentación clínica de los casos confirmados ha sido variable. Muchos casos de este brote no presentan el cuadro clínico clásico de la viruela del mono. En los casos descritos hasta ahora en este brote, los síntomas de presentación comunes incluyen lesiones genitales y peri-anales, fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos y dolor al tragar. Aunque las úlceras orales siguen siendo una característica común en combinación con la fiebre y la inflamación de los ganglios linfáticos, la distribución anogenital local de la erupción (con lesiones vesiculares, pustulosas o ulceradas) a veces aparece primero sin extenderse sistemáticamente a otras partes del cuerpo”.
En el caso del brote que se detectó en mayo, la agencia sanitaria señaló se ha encontrado “una presentación inicial de una erupción genital o peri-anal en muchos casos”. Ese síntoma sugiere que “el contacto físico cercano es la vía probable de transmisión durante el contacto sexual”. También se han descrito casos en los que las pústulas aparecen antes que los síntomas como fiebre y en los que las lesiones se encuentran en diferentes fases de desarrollo, dos características atípicas de la forma en que se ha presentado históricamente la viruela del mono.
Aparte de los pacientes internados con fines de aislamiento, se han notificado pocas hospitalizaciones. “Las complicaciones que han llevado a la hospitalización han sido la necesidad de proporcionar un tratamiento adecuado del dolor y la necesidad de tratar infecciones secundarias”, aclararon.
Por otra parte, esta semana se conoció el análisis de los primeros pacientes con viruela del mono en el Reino Unido, cuando solo se habían confirmado 86 casos en ese país. Pero la Agencia de Seguridad Sanitaria ya notificó que ese país superó los 300 casos, y pidió a las personas que presentan una erupción con ampollas que se pongan en contacto con una clínica de salud sexual.
En el trabajo que fue publicado por la revista Eurosurveillance, por investigadores de diferentes agencias relacionadas con la salud humana y animal del Reino Unido. Allí, informan sobre el rastreo de contactos estrechos con los afectados. Identificaron 3 incidentes vinculados con el brote de casos. Los contactos de los casos relacionados con los dos de los incidentes eran principalmente pasajeros del mismo vuelo que el caso relacionado con el viaje. También hubo trabajadores sanitarios que estuvieron expuestos antes de que se reconociera que los pacientes eran casos sospechosos de viruela del mono.
Por el contrario, muchos contactos en el tercer incidente estaban en la comunidad. Hubo una media de cuatro y un máximo de 25 contactos comunitarios, familiares cercanos o sexuales por caso confirmado en este incidente. Se identificaron 356 contactos comunitarios, en los siguientes entornos: 83 domésticos (23%), 78 sexuales (22%), 89 de amigos/espacio compartido (25%), 82 en el lugar de trabajo (23%) y 24 de atención sanitaria comunitaria (7%). En los casos conocidos, el 61% de los contactos eran hombres, el 48% tenían entre 20 y 39 años y el 33% entre 40 y 59 años.
Pero los investigadores reconocen que han tenido limitaciones para hacer el estudio en profundidad. “En algunos casos, la identificación del número real de contactos sexuales fue difícil debido a contextos como el sexo en grupo”, escribieron. De los 78 contactos sexuales de los que se informó en el tercer incidente, sólo el 28% tenían nombres o datos de contacto. Contaron que varios pacientes con viruela del mono se negaron a compartir los detalles personales de sus contactos sexuales, o informaron de múltiples contactos anónimos. “Esto puso en tela de juicio la acción de salud pública y los cálculos de la tasa de ataques secundarios”, advirtieron.
“Aunque el objetivo debe seguir siendo la eliminación, el éxito de la salud pública requerirá un esfuerzo internacional concertado para: identificar los casos y sus contactos; implicar a las comunidades en la búsqueda de casos y la prevención; y abordar las lagunas de conocimiento, incluido el papel del contacto sexual en el mantenimiento de este brote, y si esto se explica por la transmisión piel a piel, respiratoria o sexual. Además, la evaluación de los riesgos para la salud pública y la comunicación serán fundamentales debido a las dificultades asociadas al rastreo de los contactos en las redes sexuales declaradas por los casos”, afirmaron Roberto Vivancos y otros investigadores del Reino Unido.
También científicos de la Universidad Monash y Melbourne publicaron en Eurosurveillance un reporte del primer caso de un paciente con viruela del mono en Australia que había estado en Europa. “La presentación inicial de una erupción en el pene en nuestro paciente sugiere que el contacto físico cercano durante el contacto sexual fue la vía de adquisición”, afirmaron en el trabajo.
“La presentación clínica en nuestro paciente fue atípica, en primer lugar por la presencia de la erupción exclusivamente en el lugar del contacto sexual 3 días antes de desarrollar la fiebre y, en segundo lugar, tras la diseminación de la erupción, por la preponderancia de las lesiones en una distribución central con las menores lesiones presentes en la cara y las extremidades. Desgraciadamente, el rastreo de los contactos de las parejas sexuales ocasionales, que eran la fuente probable de la viruela del mono, no fue posible debido a la falta de información sobre los contactos”, escribieron los investigadores. El rastreo de contactos es necesario para identificar tempranamente a las personas que podrían haber adquirido la infección y hacerles un seguimiento médico.
Además, el equipo de James McMahon y colaboradores en Australia consideraron que “la viruela del mono debe considerarse en el diferencial de una erupción genital vesicular o pustulosa y requiere un diagnóstico rápido y una respuesta de salud pública. Esto incluye el rastreo de los contactos cercanos y la consideración de intervenciones como el aislamiento y la profilaxis posterior a la exposición con la vacuna contra la viruela, si está indicada”.
En el reporte, los científicos de Australia le agradecieron al paciente por haber dado su consentimiento y “haber permitido compartir los detalles de su caso en beneficio de la comunidad clínica y de investigación y de otras personas que puedan experimentar la infección por viruela del mono”.
En los Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades también difundieron el primer análisis de los casos de pacientes con viruela del mono. “Se están investigando los contactos; entre los 13 pacientes que han identificado contactos, hay 56 de riesgo alto, 117 de riesgo intermedio y 235 de riesgo bajo o incierto. Se recomienda vigilar a los contactos en busca de signos y síntomas compatibles con la viruela del mono (por ejemplo, fiebre, escalofríos, linfadenopatía y erupción cutánea) durante los 21 días siguientes a la última exposición”, afirmaron los expertos.
Los CDC instaron a los centros de atención médica y hospitales a estar alertas cuando detecten pacientes con enfermedades eruptivas que pueden ser consistentes con la viruela del mono, independientemente del género u orientación sexual, antecedente de viajes internacionales o factores de riesgo específicos para la viruela del mono.
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