Las vacunas contra el COVID-19 se desarrollaron en un tiempo récord para ayudar a prevenir los cuadros graves y las muertes por la infección. Ya hay 12 autorizadas para uso de emergencia en el mundo, y han salvado millones de vidas desde que empezaron a aplicarse a fines de 2020. Como ocurre con otros inoculantes o con fármacos, pueden tener efectos secundarios. Pero hasta el momento los beneficios de aplicar las vacunas han sido muy superiores a los potenciales daños.
Investigadores de tres hospitales de Taiwán publicaron una investigación en la que sugieren que la aplicación de las vacunas contra el COVID-19 podría producir el aumento de la frecuencia del cuadro de incontinencia por la vejiga hiperactiva como efecto secundario. Sin embargo, especialistas en urología consultados por Infobae consideran que se deberían hacer más estudios que confirmen o descarten esa hipótesis.
La vejiga hiperactiva se produce cuando los músculos de la vejiga comienzan a contraerse involuntariamente. Eso ocurre aunque el volumen de orina almacenado en la vejiga sea bajo. Estas contracciones involuntarias crean una necesidad urgente de orinar.
Existen diversas afecciones que pueden contribuir a causar los signos y síntomas de la vejiga hiperactiva, como el ataque cerebrovascular, la diabetes, la esclerosis múltiple, los cambios hormonales durante la menopausia, tumores, cálculos, y el consumo excesivo de cafeína o el alcohol, entre otros factores.
“Nuestros resultados demostraron que después de la vacunación contra el COVID-19, hasta el 13,4% de los 889 participantes revelaron un deterioro de los síntomas del tracto urinario inferior de almacenamiento”, escribieron los investigadores de Taiwán. Además, la vejiga hiperactiva previa a la vacunación se asoció significativamente con un mayor riesgo de empeoramiento de los síntomas, especialmente la urgencia y la frecuencia urinaria, después de la vacunación con COVID-19, señalaron.
“Aunque se necesitan más estudios prospectivos para demostrar la asociación causal entre la vacuna y los síntomas urinarios después de la vacunación, sugerimos que los síntomas del tracto urinario inferior de almacenamiento se controlen estrechamente después de la vacunación contra la COVID-19, especialmente en aquellos que ya padecen síntomas de la vejiga hiperactiva, y que busquen asistencia médica si es necesario”, escribieron en el artículo que fue publicado en Journal of Clinical Medicine.
En Taiwán, se aplicaron las vacunas elaboradas por la Universidad de Oxford/ AstraZeneca, y las de ARN mensajero de Moderna y de Pfizer/BioNTech. También se autorizó el uso de emergencia en julio del año pasado de una vacuna desarrollada por Medigen Vaccine Biologics Corporation, que se llama “MVC COVID-19″.
Entre los efectos adversos más comunes por la vacunación se encuentra el dolor alrededor del lugar de la inyección o el brazo dolorido, y los síntomas generalizados, como la debilidad o la fatiga. Los investigadores que hicieron el estudio en Taiwán tuvieron en cuenta tres estudios anteriores relacionados con efectos adversos y síntomas del tracto urinario inferior. Pero como tenían limitaciones, quisieron analizar en profundidad cuáles eran los cambios en las personas a través de cuestionarios de urología ya validados.
Un total de 889 sujetos con respuestas completas fueron incluidos en los análisis finales. El 66,9% de los participantes eran mujeres. Ninguno se habían sometido a procedimientos urológicos en los últimos tres meses anteriores al cuestionario. Además, el 65,9% recibieron la vacuna de AstraZeneca-Oxford. El 29.2% recibió las vacunas de Pfizer-BioNTech, y Moderna. El 4,8% recibieron vacunas de subunidades proteicas desarrollada por Medigen Vaccine Biologics Corp..
Según los investigadores, después de la vacunación con COVID-19, hasta el 13,4% de los 889 participantes en su ensayo revelaron un deterioro de los síntomas del tracto urinario inferior de almacenamiento. Además, en los que ya tenían vejiga hiperactiva antes de recibir la vacunación se registró una asociación significativa con un mayor riesgo de empeoramiento de los síntomas, especialmente la urgencia y la frecuencia urinaria.
Consultado por Infobae, el doctor Gonzalo Vitagliano, del Departamente de urología del Hospital Alemán de Buenos Aires, opinó: “El estudio realizado en Taiwán sugiere que la vacunación podría aumentar los síntomas irritativos en las personas que ya tienen vejiga hiperactiva. Podría ser posible que agrave los síntomas, pero considero que el estudio tiene limitaciones. Se debería hacer un seguimiento a los participantes para ver si el efecto secundario persiste realmente”.
En tanto, José María Ocampo, miembro de la Sociedad Argentina de Urología, consideró también que había que ser cautos con respecto a los resultados del estudio en Taiwán. “Está comprobado que los beneficios de las vacunas contra el COVID-19 han superado ampliamente a los efectos secundarios. Con respecto a la posibilidad de que aumenten el riesgo de la vejiga hiperactiva en algunas personas, habría que hacer más estudios que confirmen o descarten la hipótesis”.
Además, Ocampo mencionó que algunas personas tienen cuadros de vejiga hiperactiva después de haber tenido la infección por el coronavirus. Es decir, como una secuela del COVID-19. “La vejiga hiperactiva como secuela después de la infección también merece atenderse en investigaciones clínica”, resaltó.
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