Muchos fumadores han intentado diversas estrategias para abandonar esta adicción que, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a unas 1.300 millones de personas en todo el mundo. Aunque algunos crean que se relaciona con la voluntad, lo cierto es que dejar al hábito del tabaquismo no es sencillo. Incluso, en aquellos que son conscientes de que ellos y quienes los rodean inhalan el humo, que provoca un mayor riesgo de sufrir cardiopatías, enfermedades respiratorias, oncológicas y cerebrovasculares.
Sin embargo, es esencial abandonar esta hábito. Es que, cuando se consigue dejarlo, los beneficios son casi inmediatos: se recupera el olfato y el gusto, aumenta la capacidad respiratoria, se reduce el cansancio, es más fácil conciliar el sueño y mejora la circulación. Incluso, decaen los riesgos de desarrollar enfermedades severas.
“Desde el inicio de la pandemia, muchas personas fumadoras intentaron dejar de fumar o reducir el consumo de cigarrillos y muchos pacientes recurrieron a diferentes métodos o formas para reducir el riesgo de contagio de COVID-19″, señaló el doctor Guillermo Espinosa, coordinador del Grupo Antitabaquismo del Hospital Italiano (GRANTAHI).
“Se puede dejar de fumar, individualmente o con ayuda. No suele ser fácil, pero sí es algo que muchos pacientes logran. Salir de una adicción de muchos años genera una gran alegría y satisfacción. Hoy existen profesionales que pueden orientar y acompañar en el proceso de dejar de fumar”, recalcó el experto.
De todos modos, la posibilidad de reincidencia semanas o meses después de haber dejado la adicción es muy frecuente: “Aunque la tasa de fumadores viene en descenso en los últimos años, siguen siendo muchos y, lamentablemente, por situaciones que trajo la pandemia u otras, se observa una elevada tasa de recaídas en aquellos pacientes que habían logrado dejar de fumar”, indicó Espinosa.
Según la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, el 50% de los fumadores intentó dejar su adicción en el último tiempo. Pero, sin apoyo médico y/o terapéutico, solo el 4% de los intentos funcionan. En tanto, especialistas del Hospital Italiano destacaron la relevancia para la salud de abandonar el tabaco, tanto para personas que consumen unos pocos cigarrillos por día, como para quienes fuman con intensidad.
Cuáles son los 6 beneficios de dejar de fumar
1. Se recupera el olfato, el gusto y de la capacidad física
2. Mejora la circulación sanguínea
3. Disminuye el riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular (ACV)
4. Se reduce el cansancio físico
5. Disminuye el dolor en las piernas
6. Mejora la autoestima y la calidad de vida
Los mejores tratamientos para dejar de fumar
Pese a que algunos productos se presentan como una solución mágica, no todos los métodos para abandonar el tabaco son efectivos y algunos hasta pueden ocasionar daños a la salud, tal como ocurre con el cigarrillo electrónico. Es por eso que 25 expertos de 13 sociedades médicas de la Argentina revisaron estudios científicos y elaboraron recomendaciones, las cuales fueron recopiladas por el Ministerio de Salud de la Nación y publicadas en una guía de práctica clínica de “Tratamiento de la adicción al tabaco”.
Según los especialistas, hay 6 tratamientos farmacológicos eficaces para los mayores de 18 años que consumen entre 10 y 20 cigarrillos por día, cuatro de los cuales son eficaces para dejar de fumar se encuentran dentro del grupo de las terapias de reemplazo de nicotina. La estrategia de esta terapia se basa en aportar nicotina en forma de goma de mascar (chicles), parches, spray nasales, y grageas (o comprimidos dispersables de nicotina), siendo que varios estudios científicos señalaron que la terapia de reemplazo puede casi duplicar las probabilidades de dejar de fumar exitosamente.
En el caso del parche de nicotina, se recomienda su uso durante 8 a 12 semanas desde la fecha en que se definió dejar de fumar, ya que incrementa la tasa de cesación y es de venta libre. Para el chicle de nicotina, en tanto, se usa una dosis de 2 miligramos que se puede adoptar durante 8 a 12 semanas y también es de venta gratuita. Según advirtieron, para adoptar este tratamiento se recomienda realizar una consulta médica para revisar el estado dental y posibles contraindicaciones. En tanto, los comprimidos dispersables de nicotina proporcionan una dosis de 1 miligramo y son de venta libre, y se lo puede recibir como tratamiento durante 8 a 12 semanas y la técnica es dejar que se disuelvan en la boca.
Por otro lado, para aquellos fumadores con alta dependencia, los especialistas sugieren el uso del espray nasal de nicotina, el cual es un tratamientos de 12 semanas y es efectivo para aumentar la tasa de cesación. Solo se expende con receta médica y está destinado para las personas con “alta dependencia”, es decir para los que fuman de más de 20 cigarrillos por día o necesitan fumar dentro de los primeros 30 minutos tras despertarse por la mañana. Además, los expertos señalaron que el spray se debe usar con precaución por el riesgo de desarrollo de dependencia.
Otras terapias de reemplazo se basan en dos fármacos, que son eficaces en adultos que fuman más de 10 cigarrillos por día. El primero es un antidepresivo denominado bupropión, que se debe usar en dosis de 150 o de 300 miligramos por día en tratamientos de 8 a 12 semanas. El tratamiento se debe iniciar al menos una semana antes del “Día D” en el que se deja de fumar. El sexto tratamiento con validez de eficacia -que cuenta con el consenso de los expertos- es la vareniclina, que se consume en dosis de 1 a 2 miligramos por día durante las 12 semanas del tratamiento.
El mito del cigarrillo electrónico
Aunque existen decenas de productos que se ofrecen como “ideales” para dejar de fumar, no tienen evidencia de eficacia. Uno de los más promocionados es el cigarrillo electrónico. “No se recomienda usar al cigarrillo electrónico para dejar de fumar porque implica el riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar grave. No es efectivo para la cesación tabáquica”, subrayó el doctor Alejandro Videla, presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y jefe del Servicio de Neumonología y Clínica del Sueño del Hospital Universitario Austral.
Videla fue uno de los expertos que elaboraron la guía del Ministerio de Salud argentino bajo la coordinación general de la médica Brunilda Casetta y la revisión general de Mario Virgolini y Graciela Abriata del Ministerio de Salud y Dolores Breit, del Hospital de Niños Pedro de Elizalde. Según indicaron, si practican el vapeo, la persona persiste en la dependencia de la nicotina a través de un producto diferente al cigarrillo.
“Aun cuando usen cigarrillos electrónicos sin nicotina, hay estudios que demuestran que los fabricantes sí les incluyen nicotina y mantienen la dependencia del comportamiento de fumar. El 80% de los usuarios de cigarrillos electrónicos son también consumidores de los cigarrillos convencionales”, resaltó el experto. Y concluyó: “Esta estrategia es altamente cuestionable dada la existencia de efectos adversos potencialmente mortales en personas jóvenes, existiendo la alternativa de cesación total y de tratamientos farmacológicos efectivos y seguros”.
Seguir leyendo: