El prestigioso especialista en medicina del viajero Robert Steffen y colegas de Suiza, Alemania, Estados Unidos y Holanda escribieron y publicaron: “Hay una creciente preocupación por la propagación geográfica y el resurgimiento de la viruela del mono”. Se basaban en una exhaustiva revisión de estudios científicos y reportes sobre el tema, y aconsejaron que “a la luz del actual contexto de amenazas pandémicas, no debe subestimarse la importancia para la salud pública de la viruela del mono”. Eso fue el 11 de febrero pasado, y durante este mes de mayo ya se confirmaron 131 casos de personas diagnosticadas con la viruela del mono en países en los que la enfermedad no es endémica, fuera de África. Hay también más de 100 casos sospechosos en estudio, incluyendo uno en la Argentina.
El brote actual de casos en 23 países sorprendió hasta al mismo Steffen. “Advertimos que los casos de viruela del mono podían crecer, pero no pensamos que iba a ser tan inmediato”, dijo al ser entrevistado por Infobae. El experto contó qué se sabe sobre el pasado del virus, cuáles serían los factores que contribuyen al aumento de casos tanto en África como en otras regiones del mundo y su futuro.
Steffen es profesor de la Universidad de Zurich, en Suiza. Fue presidente de la Sociedad Internacional de Medicina del Viajero. Durante su juventud, se entrenó inicialmente como cirujano de vuelo y luego -tras diferentes instancias de perfeccionamiento- pasó a ser investigador en paludismo o malaria, diarrea del viajero, y recientemente ha sido líder en trabajos sobre la enfermedad del virus Ébola y COVID-19.
- Después de la publicación de su estudio en febrero sobre viruela del mono, ¿el mundo debería haber prestado más atención?
Cada vez se consideraba más a la viruela del mono como “una nube oscura en el horizonte” o incluso como una bomba de tiempo al tener en cuenta el rápido aumento de la incidencia de la infección en África y el creciente número de casos exportados desde los países endémicos. Con mis colegas, nos propusimos advertir a la comunidad científica para que se preparara. Publicamos el artículo en la revista PLOS Neglected Tropical Diseases. Sin embargo, no pulsamos el botón de alarma, ya que el peligro del aumento de casos de viruela del mono, incluso para nosotros, no parecía tan inminente. Además, sería un engaño creer que por un solo artículo de revisión todas las autoridades sanitarias tomaran inmediatamente medidas en unas semanas.
- ¿Por qué la viruela del mono se expande ahora por el mundo?
Aún no se entiende del todo. La hipótesis más probable es que algún viajero haya importado la infección sin que se le haya diagnosticado y, como sus síntomas no eran graves, haya transmitido el virus a otras personas sin saberlo. Sin embargo, hay que esperar a obtener información detallada sobre la cadena de acontecimientos, dónde han estado los pacientes y en contacto con quién.
- ¿Qué precauciones debería tomar la sociedad en general?
En este momento, hay un riesgo muy limitado para la sociedad en general. Pero es primordial crear conciencia en los grupos que tienden a tener contactos sexuales casuales para reducir o incluso esperar que se detenga la propagación.
- ¿La viruela del mono se podría transmitir a través de relaciones sexuales?
Sí. Definitivamente, es un contacto cercano, pero también los besos pueden dar lugar a la transmisión del virus de la viruela del mono. Es necesario que la concientización sobre el riesgo de la enfermedad. Las medidas estándar de control de la infección son primordiales, y esto se aplica principalmente a los trabajadores sanitarios que atienden a los pacientes y a otros contactos cercanos. También se puede ofrecer la vacunación a las personas de más riesgo y a las que puedan haber estado expuestas al virus.
En el trabajo que el profesor Steffen publicó con junto con investigadores de otros países -incluyendo a Bernard Hoet, que forma parte de la empresa biotecnológica Bavarian Nordic, que produce la única vacuna para la viruela del mono-, se detallaron cómo fue el origen y el cambio en la frecuencia de brotes de la viruela. Hicieron una revisión de 48 estudios revisados por pares y 18 reportes.
El nombre de “viruela del mono” tuvo su origen en el descubrimiento inicial del virus en monos en un laboratorio danés en 1958. En 1970, se diagnosticó en un ser humano. Era un bebé de 9 meses en Zaire (que es la actual República Democrática del Congo). Desde entonces, la viruela del mono se volvió endémica en ese país y se ha extendido a otras naciones africanas, principalmente en África Central y Occidental.
Fuera de África, los primeros casos de viruela del mono notificados se produjeron en 2003. Ese año se produjo un brote de 47 casos confirmados o probables en los Estados Unidos, tras la exposición a perros de la pradera infectados, que habían adquirido el virus de la viruela del mono de animales exóticos infectados importados desde Ghana. En los últimos años, hubo varios casos de viruela del mono asociados a viajes, todos ellos tras exposiciones en Nigeria. Hubo un caso en Israel en 2018, uno en Singapur (2019) y tres en el Reino Unido (2018 y 2019). Un cuarto caso en el Reino Unido (2018) fue el resultado de la transmisión en el hospital a un trabajador sanitario.
Hasta el momento del estudio publicado en febrero, todos los casos que se habían detectado desde 2003 en adelante fuera de África, excepto uno, fueron el resultado de una transmisión confirmada o sospechosa de animal a humano. Esta excepción fue una transmisión de persona a persona en el Reino Unido. Entre los factores o comportamiento de riesgo para contraer la viruela del mono, se indicaron: dormir en la misma habitación o cama, vivir en el mismo hogar o beber o comer del mismo plato de otra persona afectadas por la infección. También dormir al aire libre o en el suelo o vivir cerca del bosque o visitarlo se identificaron como factores que aumentan el riesgo de exposición a los animales y el consiguiente riesgo de transmisión de animal a humano de la viruela del mono.
Según la investigación de Steffen, hubo un aumento de más de 10 veces en los casos confirmados, probables y/o posibles de viruela del mono en las últimas 5 décadas, desde 48 casos en la década de 1970 hasta 520 casos en la década de 1990 en África. Los aumentos en las dos últimas décadas pueden tener un sesgo por las cifras procedentes de la República Democrática del Congo, el país con más casos notificados. A partir del año 2000, ese país empezó a notificar principalmente el número de casos sospechosos.
El trabajo mencionó casos reportados en el Reino Unido y Estados Unidos el año pasado. “Curiosamente, la infección importada al Reino Unido en mayo de 2021 y a los Estados Unidos en julio de 2021 se produjo en un momento en el que los casos notificados de viruela del mono en Nigeria estaban en un nivel muy bajo. Sólo se habían notificado a las autoridades 32 casos sospechosos de la enfermedad desde principios de 2021″, escribieron.
Los investigadores han debatido mucho sobre las razones del aumento de los casos de viruela del mono desde 1970 en adelante. Una de las hipótesis es la disminución de la inmunidad en la población humana. Pero también la deforestación puede ser un factor o incluso puede actuar en la potenciación. Otro posible factor que puede influir en más casos podría ser la evolución genética del virus de la viruela del mono.
El virus de la viruela del mono está estrechamente relacionados con el virus de la viruela humana. En la época en la que la viruela hacía estragos, no se registraron casos de viruela del mono. Esto pudo deberse a que la atención se centró en la viruela y a que la presentación de ambas enfermedades es similar o a que la falta de confirmación del virus en del laboratorio hizo suponer que se trataba de viruela humana. Los datos históricos han demostrado que la vacunación contra la viruela protegía aproximadamente en un 85% contra la viruela del mono. Tras el éxito de la campaña de vacunación contra la viruela, la enfermedad fue declarada erradicada en 1980 por la Asamblea Mundial de la Salud, y se suspendió la vacunación masiva.
- ¿Se podría producir una nueva pandemia a partir de los brotes de viruela del mono en 2022?, preguntó Infobae al profesor Steffen.
Muchos expertos consideran que el brote de viruela del mono actual no dará lugar a una pandemia. Los principales argumentos son que, según los conocimientos actuales, se necesita un contacto muy estrecho para la transmisión. Tampoco la viruela del mono se transmite por aerosoles. Se afirma que sólo los pacientes sintomáticos son infecciosos, pero los síntomas pueden ser muy discretos y algunos creen que la transmisión puede producirse justo antes de que los primeros síntomas sean evidentes. Por último, disponemos de vacunas eficaces. Pandemia o no, hasta cierto punto es una cuestión semántica. En primer lugar y sobre todo, ciertamente no hay ninguna razón para creer que un drama similar a la pandemia de COVID-19 nos amenace. Pero según la definición de “propagación mundial de una nueva enfermedad” o “una epidemia que se produce en todo el mundo y que afecta a un gran número de personas” podría ser considerado una pandemia. Sabemos que tres encuentros recientes de hombres que mantienen relaciones con otros hombres se han convertido en eventos de superpropagación y hay más programados en Europa en las próximas semanas.
El domingo pasado la agencia ONUSIDA informó que “una proporción significativa” de los casos recientes de viruela del mono se han identificado entre homosexuales, bisexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Pero -aclaró- la transmisión es más probable a través del contacto físico cercano con un enfermo de viruela del mono y puede afectar a cualquier persona más allá de su etnia u orientación sexual. Los primeros síntomas de la infección son fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, dolor de espalda, inflamación de los ganglios linfáticos, escalofríos y agotamiento. Una vez que hay fiebre, suele aparecer una erupción, concentrada en la cara, las manos y los pies antes de extenderse a otras zonas del cuerpo.
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