El 61% de la población mundial ya recibió el esquema primario de vacunación contra el COVID-19 y el 25% accedió a dosis de refuerzo. En algunos países, como Israel, Chile, Argentina, Italia, Corea del Sur, Reino Unido, entre otros, han habilitado este año la aplicación de un segundo refuerzo para extender la protección de la inmunización contra el riesgo de que las personas desarrollen cuadros graves, especialmente los grupos más vulnerables.
Tras realizar una investigación, científicos del Reino Unido evaluaron cuál era la protección que aporta la cuarta dosis de refuerzo. Encontraron que la cuarta dosis puede aumentar las defensas inmunitarias del organismo más allá del pico alcanzado tras la tercera dosis.
En el caso del Reino Unido se ofrece actualmente una segunda dosis de refuerzo -a menudo una cuarta dosis de la vacuna- a los mayores de 75 años, a las personas mayores que viven en residencias y a los mayores de 12 años que están inmunodeprimidos.
“Hemos demostrado que una cuarta dosis de las vacunas contra el COVID-19 puede producir un refuerzo sustancial tanto de los anticuerpos como de la inmunidad celular cuando se administran más de seis meses después de la tercera dosis”, dijo el profesor Saul Faust, que dirigió el ensayo y es director del centro de investigación clínica NIHR Southampton. Publicaron el estudio en la revista Lancet Infectious Diseases.
Los investigadores llevaron adelante el ensayo llamado Cov-Boost. En la publicación informaron cómo midieron las respuestas inmunitarias de 166 participantes que recibieron una cuarta dosis de la vacuna siete meses -en promedio- después de haber recibido una inyección del inoculante de ARN mensajero Pfizer/BioNTech como tercera dosis. Todos los participantes habían recibido inicialmente dos dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech o dos dosis de la vacuna de la Universidad de Oxford/AstraZeneca.
La mitad de los participantes en el estudio fueron asignados al azar para recibir una dosis completa de la vacuna de Pfizer/BioNTech como cuarta vacuna, mientras que los demás recibieron media dosis de la vacuna Moderna. No se relacionó ningún acontecimiento adverso grave con las vacunas.
El equipo analizó los datos de 133 participantes y descubrió que 14 días después de recibir la cuarta vacuna, los anticuerpos se multiplicaron por 1,6 entre los que recibieron la vacuna de Pfizer/BioNTech y por más de dos entre los que recibieron la media dosis de Moderna, en comparación con los 28 días posteriores a la tercera dosis, cuando los niveles de anticuerpos aún estaban en su punto máximo. Los aumentos se observaron en los mayores y menores de 70 años.
Además, los niveles de anticuerpos y de las células T -que también forman parte de la memoria del sistema inmune- aumentaron sustancialmente entre el día anterior a la cuarta vacunación y los 14 días posteriores para ambos tipos de cuarta dosis.
“Nuestros resultados sobre la inmunogenicidad también concuerdan con las escasas pruebas observacionales sobre la eficacia de la vacuna disponibles en Israel, que indican una mayor protección contra la infección sintomática y la enfermedad grave a partir de una cuarta dosis de refuerzo”, escribieron los investigadores en el trabajo.
El profesor Faust añadió que los que tenían una respuesta inmunitaria poco disminuida antes de la cuarta dosis sólo obtuvieron un aumento limitado de sus respuestas inmunitarias como resultado del refuerzo, con resultados similares para otros que tenían un historial reciente de una infección por el coronavirus. “Esto indica que puede haber un techo, un nivel máximo de anticuerpos con los efectos de la respuesta de las células T”, dijo.
Consultada por Infobae, la doctora Daniela Hozbor, investigadora del Conicet en el Instituto de Bioquímica y Biología Molecular, dependiente del Departamento de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata y el CONICET, “el estudio que se hizo en el Reino Unido es muy interesante. Evaluaron la seguridad y la eficacia de la cuarta dosis de la vacuna contra el COVID-19″. Se aplicó con un intervalo de 7 dosis posterior a la tercera dosis.
“En términos de seguridad, la cuarta dosis resultó ser segura sin reacciones adversas graves. En cuanto a efectividad, aumentó la respuesta de los anticuerpos contra la proteína Espiga del coronavirus. En el caso de la vacuna Pfizer/BioNTech, la respuesta de anticuerpos aumentó 1,6 veces, y en el caso de la vacuna Moderna, más de dos veces. También la cuarta dosis aumentan la respuesta celular. Sin dudas, la cuarta dosis aporta beneficios para las personas que las reciben”, dijo la doctora Hozbor. El estudio es importante porque aporta evidencias científicas para que las autoridades sanitarias tomen decisiones en el futuro, según la científica.
En muchos países, la cuarta dosis solo se da en grupos priorizados. El doctor Faust señaló que corresponde al Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización del Reino Unido decidir si debe ofrecerse un segundo refuerzo de forma más generalizada. Algunos expertos, como Adam Finn, profesor de pediatría de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, habían sugerido que, en las circunstancias actuales, las personas jóvenes y sanas no deberían recibir la cuarta dosis.
Sin embargo, el profesor Danny Altmann, inmunólogo del Colegio Imperial de Londres, afirmó que la variante Ómicron del coronavirus seguía representando una grave amenaza, y añadió que el nuevo estudio publicado en la revista Lancet Infectious Diseases demostraba el valor añadido de una cuarta dosis.
“El hecho de que nuestras vacunas de primera generación disminuyan rápidamente y ofrezcan una protección bastante permeable hoy en día, no sugiere que debamos rendirnos y no tener más refuerzos”, dijo al diario The Guardian. “Al contrario, [dado que] muchos de nosotros, incluso con niveles aparentes de anticuerpos elevados, mostramos en realidad [muy poca] neutralización protectora de Ómicron, es aún más urgente utilizar [una cuarta] dosis -en todos los grupos de edad- para volver a elevar los niveles hasta el rango de protección”.
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