Un estudio realizado por científicos españoles pertenecientes al Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC), de Barcelona, señaló que el calentamiento global provoca una aceleración en el ciclo del agua del planeta. Con lo cual, estimaron una intensificación de las tormentas en los continentes y una aceleración del deshielo en los polos, debido al aumento de las lluvias. Es más, según se desprende del trabajo publicado en la revista Scientific Reports, los expertos, además, prevén fuertes consecuencias climáticas.
“Aproximadamente, el 85% de la Evaporación (E) y el 77% de la Precipitación (P) ocurren sobre el océano. Ambos procesos producen cambios en la salinidad de la superficie del mar (SSS), que conducen a anomalías positivas (evaporación) y negativas (precipitación). En un escenario de calentamiento global, se espera que el ciclo global del agua se intensifique y es motivo de gran preocupación, por sus profundos impactos socioeconómicos en todo el mundo”, afirmaron en el documento.
En ese sentido, aseguraron que aún existe cierta controversia sobre si la salinidad está cambiando al mismo ritmo que el ciclo del agua. “Las diferencias entre la salinidad de la superficie del mar (SSS) y la salinidad cercana a la superficie (NSS) se deben a la estratificación vertical de las capas superiores del océano”, indicaron. En ese sentido, aseguraron que existe “una clara intensificación del ciclo del agua que no está tan claramente presente en los datos de SSS” y señalaron que “el calentamiento global está induciendo una estratificación creciente en áreas de océanos abiertos”.
“La aceleración del ciclo del agua tiene implicaciones tanto en el océano como en el continente, donde las tormentas podrían ser cada vez más intensas. Esta mayor cantidad de agua circulando en la atmósfera también podría explicar el aumento de lluvias que se está detectando en algunas zonas polares, donde el hecho de que llueva en lugar de nevar está acelerando el deshielo”, afirmó la autora principal del estudio, Estrella Olmedo.
Asimismo, los expertos destacaron que el incremento en la evaporación del agua de los mares y océanos, generado por el aumento de la temperatura en el planeta, provocará que circule más agua en la atmósfera en forma de vapor. El 90% de este finalmente volverá al mar en forma de lluvia (precipitación), mientras que el 10% lo hará sobre los continentes.
El viento como estratificador
Pero esto no es todo, según el estudio realizado por científicos barceloneses habría una caída en el viento registrado en algunas regiones del océano. Esta situación impulsa una estratificación de la columna de agua. Es decir que el agua no se mezcla en sentido vertical, con lo cual provocaría, además, la aceleración del ciclo del agua.
En palabras de Antonio Turiel, otro de los autores del estudio, “donde el viento ya no es tan fuerte, el agua superficial se calienta, pero no intercambia calor con el agua de abajo, lo que permite que la superficie se vuelva más salina que las capas inferiores y permite observar el efecto de la evaporación con mediciones satelitales”. Esta situación, según explicó, evidencia que “la atmósfera y el océano interactúan de una forma más fuerte de lo que imaginábamos, con importantes consecuencias para las zonas continentales y polares”.
“Hemos podido ver que la salinidad superficial está mostrando una intensificación del ciclo del agua que la salinidad del subsuelo no. Específicamente, en el Pacífico hemos visto que la salinidad superficial disminuye más lentamente que la salinidad del subsuelo y, en esta misma región, observamos un aumento de la temperatura superficial del mar y una disminución de la intensidad de los vientos y de la profundidad de la capa de mezcla”, agregó Olmedo.
Según los expertos, esta circulación está relacionada con la densidad del agua (vinculada con su temperatura y salinidad), es por eso que estas modificaciones generan importantes consecuencias en el clima global. “Los modelos oceánicos deben estandarizar la asimilación de los datos de salinidad satelital, ya que la información que brindan complementa los datos in situ, y esto es crucial, especialmente en el momento actual de crisis climática, donde los cambios se están produciendo mucho más rápido que antes”, señaló Turiel.
Los expertos destacaron, además, el uso de satélites para determinar la salinidad de la superficie del océano, los cuales lograron detectar la aceleración del ciclo del agua y la estratificación en regiones muy extensas del océano. Asimismo, destacaron el trabajo de investigadores en el área de algoritmos y análisis de datos, pertenecientes al Barcelona Expert Centre (BEC), adscrito al ICM-CSIC.
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