La infección por el coronavirus puede producir cuadros graves que requieren hospitalización en algunos grupos de personas, y las razones sobre por qué las afecta tanto están en estudio aún. En los Estados Unidos, una investigación precisó los factores genéticos y condiciones médicas que favorecen el aumentos del riesgo de desarrollar cuadros graves.
El trabajo se hizo a partir de un análisis de los datos del Programa del Millón de Veteranos de los Estados Unidos. Reveló vínculos genéticos entre la gravedad de la COVID-19 y ciertas condiciones médicas que son factores de riesgo conocidos para la COVID-19 grave. Los resultados fueron presentados por Anurag Verma, del Centro Médico para Veteranos Corporal Michael Crescenz de Filadelfia, y sus colegas en la revista de acceso abierto PLOS Genetics.
Algunas personas con COVID-19 padecen la enfermedad de forma más grave que otras. Investigaciones anteriores han identificado ciertas variantes en genes humanos específicos que se asocian a que una persona experimente una COVID-19 más grave. Algunas de estas variantes también pueden estar asociadas a otras condiciones médicas que ya se conocen bien; la identificación de estas variantes compartidas podría mejorar la comprensión de la COVID-19 e iluminar posibles nuevas vías de tratamiento.
Para identificar las variantes compartidas, Verma y sus colegas utilizaron un conjunto de datos sin precedentes de información genotípica vinculada a los datos de las historias clínicas electrónicas de más de 650.000 veteranos estadounidenses. Llevaron a cabo un tipo de análisis conocido como estudio de asociación de todo el fenotipo (PheWAS, por sus siglas en inglés) para examinar los vínculos entre las variantes que se encuentran a menudo en los veteranos que experimentaron COVID-19 grave y las variantes asociadas con una amplia selección de condiciones médicas.
El análisis reveló que ciertas variantes asociadas con la COVID-19 también están asociadas con factores de riesgo conocidos para la COVID-19. Se encontraron vínculos particularmente fuertes para las variantes asociadas con la embolia venosa y la trombosis, así como con la diabetes tipo 2 y la cardiopatía isquémica, dos factores de riesgo conocidos de COVID-19.
El análisis también halló vínculos genéticos entre la COVID-19 grave y la neutropenia para los veteranos con ascendencia africana e hispana. Esos vínculos no aparecieron para los de ascendencia europea.
Entre las afecciones respiratorias, la fibrosis pulmonar idiopática y la enfermedad pulmonar alveolar crónica compartían vínculos genéticos con la COVID-19 grave, pero otras infecciones respiratorias y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) no. Algunas variantes asociadas a la COVID-19 grave también se asociaron a un menor riesgo de padecer enfermedades autoinmunes, como la psoriasis y el lupus.
Para los investigadores científicos, los resultados ponen de manifiesto la necesidad de sopesar cuidadosamente diversos aspectos del sistema inmunitario a la hora de desarrollar nuevos tratamientos. A pesar de algunas limitaciones del método PheWAS, estos hallazgos podrían ayudar a profundizar en el conocimiento de COVID-19 y orientar el desarrollo de nuevos tratamientos.
Tras llevar a cabo la investigación, el doctor Verma explicó: “El estudio demuestra el valor y el impacto de los grandes biobancos que vinculan las variaciones genéticas con los datos de la historia clínica electrónica en la respuesta de salud pública a las pandemias actuales y futuras. El Programa de Veteranos es una de las cohortes más diversas de los Estados Unidos. Tuvimos una oportunidad única de analizar miles de afecciones documentadas antes de la pandemia de COVID-19. Obtuvimos información sobre la arquitectura genética de los factores de riesgo de la COVID-19 y la complicación de la enfermedad”.
“Algo que nos llamó la atención fue el elevado número de afecciones inmunomediadas que compartían la arquitectura genética con las manifestaciones graves de COVID-19″, agregó la coautora Katherine Liao. “La naturaleza de las asociaciones sacó a la luz cómo el virus del SARS-CoV2 presiona sobre un punto en el sistema inmunitario humano y su constante acto de equilibrio para combatir la infección y, al mismo tiempo, mantener el suficiente control para que no se convierta también en un proceso autoinmune, atacándose a sí mismo”, comentó.
Las variantes que se habían asociado a una mayor gravedad del COVID-19 se ubicaban en el locus ABO, el término que designa la posición de un gen en un cromosoma. Esas variantes resultaron estar también asociadas a la mayoría de las demás afecciones. Los pacientes con estas variantes tenían un 33 por ciento más de probabilidades de padecer afecciones como la embolia venosa y la trombosis, ambas relacionadas con coágulos de sangre.
Cuando se analizaron 67 afecciones respiratorias diferentes, 11 tuvieron asociaciones significativas con variantes en el locus MUC5B. Las personas con variantes en esta localización tenían casi tres veces más probabilidades de padecer alveolitis fibrosa idiopática, una enfermedad caracterizada por la acumulación de tejido cicatricial en los pulmones.
Sin embargo, algunas de las variantes genéticas asociadas a un empeoramiento de la COVID-19 se asociaron en realidad a no padecer algunas afecciones, incluidas algunas respiratorias y autoinmunes. Las variantes en el locus de CRHR1 se asociaron con una disminución del 16 por ciento en las probabilidades de padecer fibrosis pulmonar, que también causa cicatrices en los pulmones, y las variantes en el locus de TYK2 redujeron las probabilidades de que un paciente tuviera psoriasis o lupus.
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