La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los expertos en infectología vigilan de cerca a la subvariante recombinante XE, que es la combinación entre dos sublinajes de Ómicron, el BA.1 (que predominó entre noviembre y febrero en el mundo) y la llamada ‘sigilosa’ BA.2 (que fue avanzando durante los últimos meses).
XE es la versión del coronavirus “más contagiosa de todas las conocidas hasta la fecha”, según indicó la OMS. Sin embargo, los especialistas en epidemiología señalan que, por el momento, no hay evidencia de que esta variante recombinante revista mayor gravedad en la enfermedad que se genera tras el contagio, ni tampoco se ha detectado que escape a la acción inmunizante de las vacunas.
Los virus cambian todo el tiempo, a menudo de formas que realmente perjudican sus posibilidades de supervivencia. Pero de vez en cuando, esas mutaciones pueden jugar a favor del virus. Los virus que estornudamos o tosemos pueden ser ligeramente diferente de los que nos infectaron. Eso es porque mutan, especialmente cuando su código genético está hecho de ARN, un primo cercano de nuestro ADN.
“XE no está demostrando ser más peligrosa, más patógena, es decir, no hace una enfermedad más grave. Sí es más contagiosa, de forma que hace que circule más frecuentemente el virus”, explicó José Manuel Bautista, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, y uno de los coordinadores del proyecto CovidLot de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) que registra y analiza datos epidemiológicos, en una entrevista con Infosalus.
“Como el virus se reproduce, hay errores al reproducir su código”, indicó por su parte el doctor Mike Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, en una sesión informativa de marzo. “La mayoría de esos errores dan como resultado un virus que no es competente o simplemente desaparece”.
La doctora Angela Rasmussen, viróloga de la Universidad de Saskatchewan, en Canadá, afirmó que “no hay razón para ponerse nervioso” y remarcó que XE es uno de los muchos recombinantes de Ómicron BA.1 y BA.2. “Como tal, por mucho que tenga éxito, seguirá siendo un sublinaje de Ómicron”. Delta contaba con más de 200 sublinajes de este tipo antes de ser desplazado por Ómicron. También señaló que “XE no es una letra griega que designe una nueva variante de interés. Es sólo una recombinación de Ómicron, la quinta identificada, después de XA, XB, XC y XD”. Aconsejó que hay que tomar las mismas precauciones para el COVID-19 en general.
Por su parte, Bautista, que también es secretario científico de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM). Y estimó que con XE sucederá algo similar a lo que ocurrió con Ómicron, ahora mismo la variante predominante en España, pero XE, al ser más contagiosa, terminará siendo la hegemónica en ese país, previsiblemente en un plazo de unos pocos meses.
“Mientras circule el virus, este se va a adaptar a los que infecta. La respuesta de los contagiados, con mascarillas y vacunas, es diferente, de forma que el virus se adapta a la situación hasta que de alguna forma se estabiliza y la enfermedad deja de ser grave, y sigue circulando de una forma más leve”, concluyó el especialista español.
¿Provoca los mismos síntomas?
Las primeras estimaciones de la OMS no indican que la nueva variante tenga síntomas diferentes a los generados por las variantes ya conocidas del SARS-CoV-2, ni tampoco que los cuadros que provoca revistan mayor gravedad.
De allí es que los especialistas coinciden en que la manera en que se manifiesta la infección en el organismo continua siendo, hasta el momento, fiebre, fatiga, secreción nasal, dolor de garganta y de cabeza.
No obstante, la agencia sanitaria internacional destacó que “continúa monitoreando y evaluando de cerca el riesgo para la salud pública asociado con las variantes recombinantes, junto con otros SARS-CoV-2, y proporcionará actualizaciones a medida que haya más evidencia disponible”.
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