La pandemia por el coronavirus tuvo múltiples impactos en la vida social y económica, y en el diagnóstico y la atención sobre otras enfermedades. Los confinamientos masivos y otras restricciones de movilidad desalentaron que las personas vayan a atenderse, y uno de los grupos más afectados son los que habían adquirido la tuberculosis, que es una infección causada por una bacteria. Como en el 2020 hubo pacientes que no pudieron ser diagnosticados y no recibieron el tratamiento, algunos hoy están graves.
“Al no acceder a un diagnóstico temprano, hoy estamos atendiendo casos gravísimos de personas con tuberculosis, tanto en adultos como en niños. Es un efecto colateral de la pandemia por el coronavirus. Hay una diferencia cualitativa en el estado de situación de los pacientes por la demora diagnóstica. Es terrible porque se trata de una enfermedad que se puede detectar tempranamente, tratarse y curarse”, dijo a Infobae el doctor Domingo Palmero, director del Instituto de Tisioneumonología “Prof. Dr. Raúl Vaccarezza”, que depende de la Facultad de Medicina de la UBA y uno de los centros de referencia de la tuberculosis en Argentina.
En 2020, Argentina registró una tasa de notificación por tuberculosis de 24 por 100.000 habitantes para el total de casos, un 14,8% más baja que la de 2019 (de 28,2 por 100.000), según el Boletín sobre Tuberculosis publicado por el Ministerio de Salud de la Nación. En el primer año de la pandemia solo se reportaron 10.896 casos, de los cuales 10.268 (94,2%) fueron casos nuevos o recaídas. El 60% de los pacientes tenían entre 15 a 39 años.
El 56,7% de los casos notificados en 2020 correspondían a varones. El 65% de los casos notificados fueron la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). La tasa de notificación total más alta se registró en la provincia de Salta. De acuerdo con la cartera de Salud nacional, hubo una reducción en las notificaciones.
“El impacto alcanzó a todos los grupos de edad, sexo y la mayoría de las jurisdicciones, con reducciones mayores al 60% entre ambos años. La magnitud y amplitud de la disminución sugieren diagnósticos de tuberculosis potencialmente perdidos o retrasados, lo que favorecería la continuidad en la cadena de transmisión del bacilo tuberculoso en la comunidad”, afirmaron los expertos del Ministerio.
En cambio, según la información provisoria de 2021, la notificación de casos de tuberculosis aumentó un 13,8% en relación al número de casos (1.422 notificaciones más que en 2020) y un 12,7% en relación con la tasa cada 100 mil habitantes, de 22,6 en 2020 a 25,5 en 2021. Es decir, que el reporte de casos de tuberculosis habría vuelto en 2021 al nivel de 2019, antes de que la pandemia avanzara. En 2020, se registraron 656 muertes por tuberculosis en la Argentina. Esta cifra es similar a la de 2019, con un descenso de solo 1,8% (12 casos).
Durante 2021 volvieron a aumentar las notificaciones de casos de tuberculosis al reanudarse gran parte de la movilidad en el país. Según el doctor Palmero, “la situación que ocurrió en la Argentina también ha sido registrada en otros países como informó la OMS. Ahora observamos una diferencia cualitativa porque la enfermedad evolucionó al no estar diagnosticada a tiempo y las personas no accedieron al tratamiento”, afirmó.
El tratamiento dura 6 meses con diferentes medicamentos orales. “Hay una pauta mínima de tratamiento y si el paciente lo cumple, se cura completamente”, explicó Palmero. “El diagnóstico debe ser lo más temprano posible para que no haya destrucción pulmonar. Cuando se llega tarde al tratamiento, puede haber secuelas en el pulmón e infecciones por otros patógenos. El paciente puede desarrollar insuficiencia respiratorias y morir por las secuelas de una tuberculosis avanzada”, añadió.
En la actualidad, el doctor Palmero remarcó que es importante hacer la búsqueda de las personas que han sido contactos estrechos con los pacientes, como los convivientes o los compañeros de trabajos. En estos casos, se hace un estudio a los contactos estrechos para detectar el bacilo de la tuberculosis si se han contagiado.
Con respecto a la prevención, se indica la vacuna BCG en niños, que previene la meningitis tuberculosa y otras formas. “Pero no sirve revacunar en la etapa adulta porque no da más protección. Por esto, es importante detectar los casos a tiempo como la persona sintomática respiratoria, que tiene tos y expectoración verde-amarillenta durante más de 15 días. También se necesita hacer un exhaustivo estudio de los contactos estrechos, para diagnosticar la infección en estadío muy temprano”, afirmó.
La tuberculosis es hoy la segunda causa de muerte por enfermedad infecciosa (después del COVID- 19) según la Organización Mundial de la Salud. Es causada por una bacteria, la Mycobacterium tuberculosis, que suele afectar a los pulmones. Puede propagarse cuando las personas enfermas de tuberculosis expulsan las bacterias al aire, por ejemplo, al toser. Esos microbios pueden quedar suspendidos en el aire en espacios cerrados sin ventilación.
Aproximadamente, el 90% de las personas que enferman de tuberculosis cada año viven en 30 países. La mayoría de las personas que desarrollan la enfermedad son adultos. En 2020, los hombres representaban el 56% de todos los casos de TB, las mujeres adultas el 33% y los niños el 11%.
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