Si bien los efectos del tabaco convencional sobre la salud están bien definidos, los datos sobre los dispositivos de vapeo, incluidos los de los cigarrillos electrónicos más populares que tienen altos niveles de nicotina, están menos establecidos. Los estudios previos de cigarrillos electrónicos han demostrado cambios fisiológicos inflamatorios y cardiopulmonares, mientras que los estudios crónicos han demostrado efectos extrapulmonares, incluidas alteraciones de los neurotransmisores en las vías de recompensa.
Ahora, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California (UC) en San Diego informaron que el uso diario de cigarrillos electrónicos basados en cápsulas altera el estado inflamatorio en múltiples sistemas de órganos, incluidos el cerebro, el corazón, los pulmones y el colon. Los efectos también varían según el sabor del cigarrillo electrónico y pueden influir en la forma en que los órganos responden a las infecciones, como, por ejemplo, al SARS-CoV-2.
El estudio, publicado en la revista eLife, es el primero en evaluar los dispositivos de marca JUUL y sus aromatizantes de manera multiorgánica. “Estos cigarrillos solo se han vuelto populares en los últimos cinco años, por lo que no sabemos mucho sobre sus efectos a largo plazo en la salud”, indicó Laura Crotty Alexander, autora principal del estudio, profesora asociada en la Facultad de medicina de UC San Diego y jefa de la sección de Cuidados Críticos Pulmonares en Veterans Affairs San Diego Healthcare System.
Actualmente, más de 12 millones de adultos en los Estados Unidos usan cigarrillos electrónicos, con las tasas más altas de uso entre los que tienen entre 18 y 24 años. A pesar de su popularidad, la investigación sobre los cigarrillos electrónicos se ha limitado en gran medida a estudios de uso a corto plazo, dispositivos más antiguos, como los de vapeo y líquidos electrónicos con concentraciones de nicotina significativamente más bajas que los sistemas modernos basados en vainas recargables.
El equipo de investigadores se centró en la marca de cigarrillos electrónicos más destacada hoy en EEUU, JUUL, y sus sabores más populares: menta y mango. Para modelar el uso crónico de cigarrillos electrónicos, se expuso a ratones adultos jóvenes a aerosoles JUUL con sabor tres veces al día durante tres meses. Luego, los investigadores buscaron signos de inflamación en todo el cuerpo.
Los autores vieron los efectos más sorprendentes en el cerebro, donde se elevaron varios marcadores inflamatorios. Se observaron cambios adicionales en la expresión de genes neuroinflamatorios en el núcleo accumbens, una región del cerebro crítica para la motivación y el procesamiento de recompensas. Los hallazgos plantean grandes preocupaciones, dijeron, ya que la neuroinflamación en esta región se ha relacionado con la ansiedad, la depresión y las conductas adictivas, lo que podría exacerbar aún más el uso de sustancias y la adicción. “Muchos usuarios de JUUL son adolescentes o adultos jóvenes cuyos cerebros aún se están desarrollando, por lo que es bastante aterrador saber lo que puede estar sucediendo considerando cómo esto podría afectar su salud mental y su comportamiento en el futuro”, advirtió Crotty Alexander.
La expresión de genes inflamatorios también aumentó en el colon, particularmente después de un mes de exposición al cigarrillo electrónico, lo que podría incrementar el riesgo de enfermedad gastrointestinal. Por el contrario, el corazón mostró niveles reducidos de marcadores inflamatorios. Los especialistas sugirieron que este estado de inmunosupresión podría hacer que el tejido cardíaco sea más vulnerable a la infección. Si bien los pulmones no mostraron signos de inflamación a nivel del tejido, se observaron numerosos cambios en la expresión génica en las muestras, lo que requiere un mayor estudio de los efectos a largo plazo de los cigarrillos electrónicos basados en cápsulas en la salud pulmonar, según expresan los científicos en su documento.
Los investigadores también encontraron que la respuesta inflamatoria de cada órgano variaba según el sabor de JUUL que se usara. Por ejemplo, los corazones de los ratones que inhalaron aerosoles de menta fueron mucho más sensibles a los efectos de la neumonía bacteriana en comparación con los que inhalaron aerosoles de mango. “Esto fue una verdadera sorpresa para nosotros -agregó Crotty Alexander-. Esto nos muestra que los mismos químicos del sabor también están causando cambios patológicos. Si alguien que usa con frecuencia cigarrillos electrónicos JUUL con sabor a mentol se infectara con COVID-19, es posible que su cuerpo responda de manera diferente a la infección”.
Cada órgano tiene su propio entorno inmunitario finamente ajustado, por lo que alterar ese equilibrio a través del uso de cigarrillos electrónicos podría provocar muchos efectos en la salud a largo plazo, escribieron los autores en la investigación. “Está claro que cada dispositivo y sabor de cigarrillo electrónico debe estudiarse para determinar cómo afecta la salud en todo el cuerpo”, concluyó Crotty Alexander.
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