El COVID-19 ya afectó a más de 497 millones de personas en el mundo y se llevó la vida de 6,1 millones. Entre los que sobrevivieron, la infección por el coronavirus pasó sin consecuencias. Pero algunas personas sufren secuelas, como niebla mental, que se engloban en el cuadro de COVID de larga duración, y cada día se están descubriendo más impactos. La última novedad es que hay más pruebas que demuestran que incluso los hombres que desarrollan cuadros leves de COVID-19 pueden padecer alteraciones en su fertilidad.
El nuevo estudio se realizó en el Centro Internacional Jaslok-FertilTree, del Departmento de Genética y Reproducción Asistida de Centro de Investigación y Hospital Jaslok de la India. Fue publicado en la revista especializada ACS Omega de la Sociedad Estadounidense de Química.
Liderados por la científica Firuza Parikh, el estudio consistió en el análisis de los niveles de proteínas en el semen de hombres que se han recuperado del COVID-19. Se trató de un estudio piloto, que contó con el financiamiento del Hospital Jaslok. Los resultados sugieren que incluso una enfermedad leve o moderada podría cambiar los niveles de proteínas relacionadas con la función reproductiva masculina.
Aunque la infección afecta principalmente al sistema respiratorio, el coronavirus -y la respuesta del organismo ante su ingreso- también daña otros tejidos. Las pruebas recientes indican que la infección por COVID-19 puede reducir la fertilidad masculina, y el virus se ha detectado en los órganos reproductores masculinos.
Firuza Parikh y Rajesh Parikh, del Hospital Jaslok, Sanjeeva Srivastava, del Instituto Indio de Tecnología, y sus colegas se preguntaron si la infección por COVID-19 podría tener efectos a largo plazo en el sistema reproductor masculino. Para averiguarlo, decidieron comparar los niveles de proteínas en el semen de hombres sanos y de aquellos que habían padecido previamente casos leves o moderados de COVID-19.
Los investigadores analizaron muestras de semen de 10 hombres sanos y 17 hombres que se habían recuperado recientemente de COVID-19. Ninguno de los hombres, cuya edad oscilaba entre los 20 y los 45 años, tenía antecedentes de infertilidad. El equipo descubrió que los hombres recuperados tenían un recuento y una movilidad de esperma significativamente reducidos, así como menos espermatozoides de forma normal, que los hombres que no habían tenido COVID-19.
Cuando los investigadores analizaron las proteínas del semen mediante cromatografía líquida-espectrometría de masas en tándem, encontraron 27 proteínas en niveles más altos y 21 proteínas en niveles más bajos en los hombres recuperados de COVID-19 en comparación con el grupo de control. Muchas de las proteínas estaban implicadas en la función reproductiva. Dos de las proteínas relacionadas con la fertilidad, la semenogelina 1 y la prosaposina, estaban presentes en menos de la mitad de sus niveles en el semen del grupo recuperado de COVID-19 que en el semen de los controles.
Estos resultados sugieren que el coronavirus tiene efectos directos o indirectos en la salud reproductiva masculina que persisten después de la recuperación, dicen los investigadores de la India. Resaltaron que su trabajo también podría revelar información sobre la fisiopatología de la reproducción humana en los hombres recuperados.
Sin embargo, reconocieron que deberían realizarse estudios más amplios para confirmar estos resultados, y que debería incluirse un grupo de control de hombres que se hayan recuperado recientemente de otras enfermedades similares a la gripe para garantizar que los resultados sean específicos del COVID-19.
Desde fines de 2020, cuando se empezó a poner en marcha la vacunación contra el COVID-19 en el mundo, también circularon mitos sobre los inoculantes ligados a la infertilidad. Sin embargo, está demostrado las vacunas no causan disfunción eréctil ni infertilidad masculina. En cambio, lo que lo que sí es cierto es que la infección por el coronavirus aumenta el riesgo de tener esos trastornos.
Antes, médicos e investigadores de la Universidad de Miami habían arrojado nueva luz sobre este tema. Revelaron implicaciones potencialmente de gran alcance para los hombres de todas las edades, incluidos los más jóvenes y los de mediana edad que desean tener hijos.
Según contó Ranjith Ramasamy, director del Programa de Urología Reproductiva de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami, se analizaron los tejidos de las autopsias de los testículos de seis hombres que murieron por la infección. El virus apareció en los tejidos de uno de los hombres y en tres apareció una disminución del número de espermatozoides. A otro paciente, que sobrevivió a la infección por COVID-19, se le realizó una biopsia de testículo unos tres meses después de que desapareciera su infección inicial por COVID-19. La biopsia mostró que el coronavirus seguía en sus testículos.
“Nuestro equipo también descubrió que el COVID-19 afecta al pene. Un análisis del tejido del pene de dos hombres que recibieron implantes de pene mostró que el virus estaba presente entre siete y nueve meses después de su diagnóstico de COVID-19. Ambos hombres habían desarrollado una grave disfunción eréctil, probablemente porque la infección había reducido el suministro de sangre al pene”, afirmó el científico que publicó el trabajo en la revista The World Journal of Men´s Health. Uno de los hombres del estudio de Miami sólo tenía síntomas leves de COVID-19. El otro había sido hospitalizado. Esto sugiere que incluso las personas con un caso relativamente leve del virus pueden experimentar una disfunción eréctil grave después de la recuperación.
¿Qué deberían hacer los hombres que han tenido COVID-19 tras la difusión de los hallazgos científicos? “Aparentemente el coronavirus alteraría la motilidad de los espermatozoides, como también ocurre con otras infecciones. Cada espermatozoide tarda 73 días en madurar y es muy vulnerable a infecciones y otros factores. Pero hay que tener en cuenta que no se daña en forma permanente”, respondió a Infobae el médico andrólogo de la clínica especializada en fertilidad WeFIV en Argentina, Omar Layus. “Los hombres que tuvieron COVID-19 y que quieran tener un hijo solo tienen que seguir con la búsqueda. Si después de un lapso de tiempo el embarazo no llega, se puede hacer la consulta médica”, agregó.
Se sabe que otros virus invaden los testículos y afectan a la producción de esperma y a la fertilidad. Los investigadores que estudiaron los tejidos de los testículos de seis pacientes que murieron a causa del virus SARS en 2006 descubrieron que todos ellos presentaban una destrucción celular generalizada, con pocos o ningún esperma. También se sabe que los virus de las paperas y del Zika pueden entrar en los testículos y causar inflamación. Hasta el 20% de los hombres infectados por estos virus tendrán una producción de esperma deteriorada.
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