Una cintura delgada no es sólo un ideal estético previo al verano, los expertos coinciden en que, sin obsesionarse, también debe ser considerada como un parámetro saludable. La razón radica en que la grasa acumulada en la zona abdominal es la grasa visceral, que es perjudicial para la salud porque está asociada al aumento del colesterol y los triglicéridos, y además, condiciona la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y la trombosis.
La Organización Mundial de la Salud advierte que la epidemia de obesidad es un problema de salud pública global. Lo novedoso es que no sólo la acumulación excesiva de grasa puede ser perjudicial para la salud, también importa cómo está distribuido ese peso en el cuerpo.
Alguien que tiene kilos en exceso lo puede tener distribuido de modo periférico, esto es en brazos, piernas, muslos; o de modo central, en el abdomen. Hasta ahora, uno de los indicadores más difundidos para evaluar el peso saludable de una personas era el índice de masa corporal (IMC), que resulta de dividir el peso por altura por altura. Se utiliza como indicador nutricional desde principios de 1980 y, a pesar de que no hace distinción entre los componentes grasos y no grasos de la masa corporal total, es uno de las medidas más usadas.
Este año el Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Atención (NICE) de Reino Unido, alentó a la población a tomar una cinta métrica y calcular el perímetro de la cintura para prevenir y reducir el riesgo de futuras enfermedades. Según los expertos, un perímetro de cintura menor a la mitad de la altura, es la fórmula perfecta para una buena salud.
“Nuestro comité encontró que un claro beneficio de usar la relación cintura-altura es que las personas pueden medirla fácilmente, interpretar los resultados y buscar consejo médico si corren un mayor riesgo para la salud”, expresó el doctor Paul Chrisp, director del Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Atención británico.
Las indicaciones preliminares de la guía actualizada señalan que la grasa abdominal conlleva riesgos específicos para la salud y que una manera efectiva y sencilla de controlar esos riesgos es que las personas midan su contorno abdominal en sus propias casas.
Un ejemplo: una mujer de 1,63 metro de altura (5 pies y 4 pulgadas) con una circunferencia de cintura de 74 centímetros (29 pulgadas) tendría una proporción saludable, pero 82 centímetros (32 pulgadas) la llevarían al rango no saludable. Un hombre que mide 1,78 metro de altura (5 pies y 10 pulgadas) correría mayores riesgos para la salud con perímetro abdominal de 91 centímetros (36 pulgadas).
Según las indicaciones de los especialistas del Reino Unido, la proporción saludable de cintura a altura debe ser de 0,4 a 0,49. En esos parámetros no habría riesgos para la salud. Una proporción de 0,5 a 0,59 condiciona a las personas a mayor riesgo de desarrollar enfermedades, mientras que 0,6 o más implica riesgos para la salud.
El Instituto NICE indicó que usar la relación cintura-altura, junto con el IMC, puede ayudar a proporcionar una estimación práctica de la “adiposidad central”, esto es la acumulación de grasa alrededor del abdomen. Estos datos ayudan a evaluar y predecir los riesgos para la salud, como la diabetes tipo 2, la presión arterial alta o enfermedades cardiovasculares.
Los expertos del Reino Unido agregaron la relación cintura-altura a su nueva guía después de analizar la evidencia de varios estudios que mostraron que, junto con el IMC, podría usarse para evaluar y predecir condiciones relacionadas con el peso en todas las etnias y sexos.
Mientras tanto, en la comunidad científica sigue un largo debate sobre el valor del IMC, por ser una medida menos precisa del peso saludable en aquellos que son extremadamente musculosos. Esto se debe a que el IMC no tiene en cuenta la masa muscular, la densidad ósea, la composición corporal general, lo que significa que los atletas con bajos niveles de grasa corporal a menudo se clasifican como obesos.
“El aumento de grasa en el abdomen aumenta el riesgo de una persona de desarrollar varias enfermedades que limitan la vida, incluida la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardíaca. La relación cintura-altura es una medida simple y fácil de usar que identifica a las personas que corren un mayor riesgo de salud y se beneficiarían del apoyo para controlar el peso para mejorar su salud”, explicó la profesora Rachel Batterham, especialista en obesidad, diabetes y endocrinología y miembro del comité que confeccionó la guía.
Pedir permiso antes de hablar del peso
“Es importante que los profesionales de la salud soliciten autorización del paciente antes de cualquier discusión relacionada con el sobrepeso, la obesidad y la adiposidad central, y que los discutan de manera sensible y positiva”, advirtieron los expertos británicos.
Esto es importante porque el estigma asociado con la obesidad tiene efectos negativos en la salud mental y física de las personas, lo que puede conducir a un mayor aumento de peso y hacer que los pacientes tengan menos probabilidades de relacionarse con los profesionales de la salud.
Seguir leyendo: