La trombosis venosa profunda se produce cuando se forma un coágulo de sangre (o también se lo llama trombo) en una o más venas profundas del cuerpo, generalmente en las piernas. La trombosis venosa profunda puede causar dolor o hinchazón de piernas, pero también puede ocurrir sin síntomas. Ese trastorno se produce por diferentes factores, y ahora hay más pruebas que demuestran que cuando una personas se contagia el coronavirus aumenta cinco veces del riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda.
Las causas principales de la trombosis venosa profunda son el daño a una vena en una cirugía o un traumatismo e inflamación por infecciones o lesiones. Con la pandemia, se sumó el COVID-19 como uno de los factores de riesgo que pueden desencadenar esa trombosis.
El hallazgo se hizo a través de una investigación en Suecia. También se descubrió que el COVID-19 aumenta 33 veces en el riesgo de un coágulo de sangre potencialmente mortal en el pulmón en los 30 días después de infectarse, según sugieren los datos.
Los resultados fueron publicados en la revista especializada British Medical Journal (BMJ). Ayudan a explicar el aumento de la incidencia y las muertes por coágulos de sangre desde el inicio de la pandemia en diferentes países.
También ayudan a contextualizar el pequeñísimo aumento del riesgo de coágulos sanguíneos asociado a la vacunación contra el Covid-19. “El grado de complicaciones asociado a Covid-19 es mucho más fuerte y dura mucho más tiempo que lo que podríamos estar recibiendo después de la vacunación”, dijo el doctor Frederick Ho, profesor de salud pública en la Universidad de Glasgow, que no participó en la investigación, pero hizo un comentario editorial en la misma revista.
Las secuelas del COVID-19 no solo pueden desarrollarse en personas con cuadros graves en la fase aguda de la infección. “Incluso las personas con síntomas leves que no necesitan ser hospitalizadas podrían tener un pequeño aumento del riesgo de [coágulos de sangre]”, advirtió el doctor Ho.
Aunque investigaciones anteriores habían sugerido que contraer el COVID-19 se asociaba a un mayor riesgo de coágulos sanguíneos, no estaba claro durante cuánto tiempo se mantenía este riesgo, ni si las infecciones leves también aumentaban el riesgo de las personas.
Para resolver estas incertidumbres, Anne-Marie Fors Connolly, de la Universidad de Umeå, en Suecia, y sus colegas midieron el riesgo de trombosis venosa profunda, embolia pulmonar -un coágulo de sangre en el pulmón- y varios tipos de hemorragias, como las gastrointestinales o la rotura de un vaso sanguíneo en el cerebro, en más de un millón de personas que habían confirmado el diagnóstico de COVID-19 por testeos, y en más de 4 millones de individuos no infectados.
Tras la investigación, los científicos identificaron un aumento de 33 veces en el riesgo de embolia pulmonar, un aumento de cinco veces en el riesgo de trombosis venosa profunda (TVP) y un aumento de casi dos veces en el riesgo de hemorragia en los 30 días posteriores a la infección. El riesgo de embolia pulmonar se mantuvo durante los seis meses posteriores a la infección, y el de hemorragia y TVP durante dos y tres meses.
Aunque los riesgos eran mayores en los pacientes con una enfermedad más grave, incluso aquellos con COVID-19 leve tenían un riesgo tres veces mayor de trombosis venosa profunda y siete veces mayor de embolia pulmonar. No se encontró un mayor riesgo de hemorragia en los que experimentaron infecciones leves.
“La embolia pulmonar puede ser mortal, por lo que es importante ser consciente [de este riesgo]”, dijo Connolly. “Si de repente te encuentras con falta de aire, y no se te pasa, [y] te has infectado con el coronavirus, entonces podría ser una idea buscar ayuda, porque encontramos este riesgo aumentado hasta seis meses”.
El doctor Ho sostuvo que los resultados seguían siendo relevantes incluso en este momento de la pandemia con el predominio de la variante de preocupación Ómicron, ya que las vacunas actuales eran muy eficaces contra el COVID-19 grave, pero las infecciones en personas inmunizadas son comunes, incluso después de una tercera dosis de una vacuna.
Un estudio anterior, que se había llevado a cabo en Inglaterra, reveló que la incidencia y la mortalidad por tromboembolismo se había duplicado desde el inicio de la pandemia en 2020, en comparación con los mismos períodos de 2018 y 2019. El mismo estudio informó de aumentos comparables entre los individuos sin COVID-19.
“A pesar del potencial de nuevas variantes de preocupación, la mayoría de los gobiernos están eliminando las restricciones y cambiando su enfoque para determinar la mejor manera de vivir con el COVID-19. Este estudio nos recuerda la necesidad de permanecer atentos a las complicaciones asociadas incluso a la infección leve por el virus Sars-CoV-2, incluyendo coágulos de sangre”, alertó el doctor Ho en su editorial en la revista BMJ.
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