La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) publicó imágenes y datos de la Luna, obtenidos por la sonda de la misión Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), nunca antes vistos.
La sonda, comandada por un grupo de investigadores de la NASA realizó un paseo diferente en nuestro satélite natural en el que logró filmar la variedad de características de la superficie lunar, con la ayuda de una cámara de alta resolución.
Los resultados se pueden ver en un vídeo denominado ‘Tour of the Moon 4K Redux’. Muchos de los lugares presentados en la grabación eran conocidos por los profesionales y aficionados de la ciencia espacial. Sin embargo, se han añadido algunos materiales que solo son visibles desde el espacio.
Además, el video incluye varios de los lugares donde aterrizaron las misiones Apolo. El equipo de la NASA ha incorporado “desde la composición mineral de la meseta de Aristarchus, las evidencias de agua en forma de hielo cerca del polo sur o el mapeado de la gravedad en y alrededor de la cuenca Oriental”, según han señalado desde la propia agencia espacial.
Desde la Tierra
Tomar fotos impactantes de la Luna no es algo destacado solamente desde esta nave LRO. Un nuevo y poderoso instrumento para captar imágenes espaciales nos ha dado la posibilidad de explorar de manera increíblemente detallada el lugar donde alunizó el Apolo 15, la novena misión tripulada que viajó a la Luna y que fue lanzada en 1971.
Para obtener las imágenes el aparato hace rebotar una potente señal de radar en la superficie lunar. Este nuevo instrumento ha logrado una resolución sin precedentes, logrando mostrar objetos tan pequeños como de 5 metros.
Diseñada para el Telescopio Green Bank en West Virginia por la empresa Raytheon Intelligence & Space, esta tecnología de prueba de concepto allana el camino para imágenes de radar aún más poderosas en el futuro, lo que potencialmente permite a los científicos estudiar objetos incluso tan lejanos como Neptuno.
La obtención de imágenes de la luna por radar no es una idea nueva. Se trata una herramienta extraordinariamente útil para revelar estructuras finas en la superficie y, en longitudes de onda más largas, incluso sondear a más de 10 metros por debajo de la superficie para observar variaciones en la densidad del regolito (aquí en la Tierra, esta tecnología puede ayudarnos a encontrar ruinas enterradas).
Pero el Observatorio Green Bank, el Observatorio Nacional de Radioastronomía y Raytheon Intelligence & Space están tratando de impulsar la tecnología aún más.
En una prueba en noviembre del año pasado, el nuevo transmisor envió una señal de radar a la Luna, apuntando específicamente al lugar de aterrizaje del Apolo 15, un pequeño parche de la Luna, en un disco de 3.474,2 kilómetros (2.158,8 millas) de diámetro, cientos de miles de kilómetros de distancia.
Esta señal, cuando se recuperó, fue recopilada por la Very Long Baseline Array; una colección de radiotelescopios en los Estados Unidos básicamente combinándose para crear un plato colector del tamaño de un continente.
El resultado es la imagen que se ve a continuación, en la cual se muestra una hendidura en la parte superior que corresponde a un cráter lunar llamado Hadley C, de unos seis kilómetros de ancho. Al lado, serpenteando, está el Hadley Rille, que los científicos creen que es un tubo de lava colapsado.
Si ya es impresionante el nivel de detalle, lo que venga en el futuro es prometedor y aún más notable. Con el éxito de estas pruebas el equipo trabajará en un transmisor todavía más potente: un sistema de radar de alta potencia de 500 kilovatios que les permitirá ver con mucho más detalle.
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