Los antibióticos son medicamentos que se utilizan para prevenir y tratar infecciones bacterianas. La resistencia a los antibióticos (RAM) ocurre cuando las bacterias cambian en respuesta al uso de estos medicamentos. Es una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo en la actualidad, puede afectar a cualquier persona, de cualquier edad, en cualquier país. Ocurre naturalmente, pero el mal uso de los antibióticos en humanos y animales está acelerando el proceso.
El nuevo Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos de la Organización, denominado GLASS por sus siglas en inglés, ha revelado la presencia generalizada de resistencia a los antibióticos en muestras de 500 000 personas de 22 países en las que se sospechaban infecciones bacterianas. A nivel mundial, se estima que 700 000 personas mueren cada año debido a infecciones resistentes a los antimicrobianos, según cifras de la Organización Mundial de la Salud. Esta situación será la primera causa de muerte en el año 2050.
Stephen Baker es el científico de la Universidad de Cambridge que está batallando contra este desafío. Es Director de investigación en el Departamento de Medicina de la entidad, miembro senior de investigación de Wellcome y de Wolfson College. Se ha especializado en las enfermedades infecciosas y ha tenido una acción importante durante la pandemia. Desde niño dice que tenía una fascinación sombría por la caca. Ya egresado, pasó 12 años en Vietnam investigando las bacterias que causan la diarrea. Stephen cree que es probable que las bacterias resistentes a los antibióticos sean la principal causa de muerte de la humanidad en el futuro. Pero dice que si seguimos haciendo ciencia, tenemos esperanza. En charla telefónica exclusiva con Infobae explica que “los antibióticos son una tecnología del siglo pasado. Es hora de pensar en lo que viene”.
-¿Cuál es el escenario que vislumbra?
-La resistencia a los antimicrobianos es un desafío mundial que se estima que matará a 10 millones por año para 2050 a menos que encontremos formas de detener su progresión. Afectará a todos. No estamos lejos de la posición en la que las condiciones por las que iría al hospital ya no podrán ser tratadas con ningún antibiótico disponible. Como muestra, el SARS-Cov2 demostró que las enfermedades infecciosas no respetan fronteras. Podemos importarlos fácilmente en nuestra persona y transmitirlos a otros individuos. Si producimos soluciones químicas para matar estos organismos, desarrollarán resistencia; este es un fenómeno natural. La magnitud del problema y la forma en que se está manejando es muy similar al cambio climático. La gente sabe que esto tiene el potencial de ser devastador para la humanidad en los próximos años, pero no pueden organizarse para determinar qué se debe hacer al respecto. Los mecanismos están obsoletos y necesitan una revisión.
-¿Es un proceso que se puede ralentizar?
-Sí. Podemos hacer esto usando menos antibióticos, usando diferentes variedades de ellos y mezclando ambas cosas. Esto nos dará algo de tiempo. Por otra parte la microbiología es una de las principales áreas prioritarias dentro del sistema de salud pública, y garantizar su predominancia dentro sistemas de vigilancia nacionales e internacionales colabora en mantener alertas tempranas que permiten acciones veloces.
-Y entonces, ¿qué?
-A largo plazo, necesitamos obtener una mayor comprensión de cómo podemos prevenir la resistencia, desarrollar nuevas formas de matar microorganismos y encontrar mejores estrategias para prevenir enfermedades. Es preciso que se multipliquen las inversiones para acelerar estos programas de investigación. Necesitamos una solución del siglo XXI. La razón por la que podemos ser optimistas sobre el futuro es por la ciencia. En el momento en que dejamos de financiar y llevar a cabo investigaciones esenciales, tenemos un problema. Todavía nos enfrentamos a grandes desafíos en forma de voluntad económica y política, pero estoy seguro de que la ciencia encontrará las soluciones que necesitamos. La comunidad necesita adoptar cambios en la investigación y publicación científicas, tener enfoques menos incentivados por las carreras personales, por la forma en que difundimos la información y una propensión a investigar nuevas formas de comunicar los hallazgos fuera de esta estructura tradicional. Comprometerse con un rango de diferentes experiencias también será clave; un centro de conocimiento e innovación en RAM que reúna capacidades de diferentes disciplinas es probable que acelere rápidamente la agenda de investigación. Esto podría ser estructurado como un campus virtual, es decir, como el Instituto Alan Turing, y para actuar como un centro de excelencia RAM capaz de identificar y resolver problemas específicos en torno a esta problemática. Este tipo de institución podría también actuar como vehículo para cambiar la política de atención médica y facilitar nuevas interacciones transnacionales con la industria, que son actualmente muy limitadas.
-La Universidad de Cambridge lanzará la Iniciativa Internacional de Infecciones de Cambridge (Ci3), ¿podría detallar de qué se trata?
-La misión es crear alianzas bidireccionales con científicos que trabajan en países de ingresos bajos y medios, donde la carga de enfermedades infecciosas es mayor. Queremos utilizar la experiencia y la infraestructura de la Universidad para apoyar sus prioridades de investigación. El centro de gravedad en términos de finanzas y ciencia tiene desigualdades masivas, lo hemos visto con la distribución de vacunas contra el COVID-19. ¿No sería fantástico que Cambridge tuviera algún papel en el reajuste de ese desequilibrio? ¿Qué pasaría si, dentro de 20 años, hubiera personas en varios países de ingresos bajos y medios que hubieran desarrollado sus intereses de investigación en la Universidad de Cambridge y luego crearan y produjeran la próxima generación de medicamentos y vacunas contra bacterias y virus? Hemos sido afortunados de poder reunir equipos de trabajo multidiscipinarios interesados en esta problemática es un período relativamente corto, lo que es síntoma del interés por trabajar colaborativamente en materia de RAM. Creo que la comunidad de investigación de RAM está demasiado establecida en el Reino Unido y necesitamos empujarla a tener un pensamiento más amplio y tomar proyectos cada vez más ambiciosos.
-¿Cree que la atención por el problema sigue siendo tangencial?
-La investigación sobre RAM es amplia y habitualmente expuesta en diferentes conferencias de disciplinas específicas. Pero hay muy pocos centrados en el tema, y cuando lo hacen en general el núcleo de la discusión se concentra en los aspectos moleculares de la RAM. Debemos abogar por un foro que reúne a personas de diferentes campos y sirva para comunicar el valor del trabajo en RAM a aquellos que son responsables de establecer la agenda científica y llegar a un público más amplio. El Reino Unido e Irlanda están en una posición sólida para liderar a nivel mundial debates sobre RAM para superar barreras y provocar más investigaciones transversales. Otra vez, abarcar el cambio social junto con la ciencia básica puede ser un enfoque novedoso en el que formar los núcleos de nuevas colaboraciones y oportunidades. La investigación interdisciplinaria es desafiante, pero si los científicos construyen relaciones temprano podrán estar preparados para cuando se presenten las oportunidades.
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