Un estudio realizado por científicos chinos y alemanes relacionó los incendios forestales con el aumento de la temperatura en el Ártico. Según explicaron, cuando se realizan quemas de este estilo, se libera a la atmósfera el denominado carbono marrón atmosférico (BrC), el cual ya fue identificado como uno de los “agentes de calentamiento global menos conocidos e inciertos, debido a la escasez de observaciones”.
Según explicaron en el documento que fue publicado en One Earth, la liberación de este gas ocurre cuando se quema la biomasa; es decir cuando se incendia toda materia orgánica que puede ser utilizada como fuente de energía. Un ejemplo claro es cuando se quema madera, un método usado durante décadas para la calefacción de la humanidad.
“El rápido calentamiento del Ártico y el derretimiento asociado de los glaciares y el hielo marino tienen un gran impacto en el medio ambiente global, con implicaciones para el aumento de la temperatura global y los patrones climáticos, las rutas de navegación, la biodiversidad local y la liberación de metano”, aseguraron los investigadores. Al tiempo que advirtieron que sobre la necesidad de evaluar la influencia del carbono marrón. “Si la frecuencia, intensidad y propagación de incendios forestales continúa aumentando, esto puede reforzar el calentamiento entorno al Ártico y contribuir aún más al calentamiento global”, recalcaron.
Lo cierto es que en los últimos 50 años, el Ártico se fue calentando a un ritmo tres veces superior en comparación con el del resto del planeta y parece que los incendios forestales están contribuyendo.
Los detalles de la investigación
Los investigadores sospechan que las partículas de carbono marrón suspendidas en el aire, que acompañan las grandes columnas de humo marrón producto de los incendios forestales, no solo suponen un peligro para la salud sino que podrían estar contribuyendo al calentamiento global.
En 2017, el buque rompehielos chino Xue Long se dirigió al océano Ártico para examinar qué aerosoles flotaban en el aire del Ártico e identificar sus fuentes. Los científicos querían saber cómo afectaba al clima el carbono marrón liberado por los incendios forestales y cómo se comparaban sus efectos de calentamiento con los del carbono negro más denso procedente de la quema de combustibles fósiles a alta temperatura.
Para sorpresa de los investigadores, los análisis observacionales y las simulaciones numéricas muestran que “el efecto de calentamiento de los aerosoles del carbono marrón sobre el Ártico es hasta un 30% el del carbono negro”, explicó Pingqing Fu.
El carbono marrón, calienta el planeta al absorber la radiación solar, al igual que el carbono negro y el dióxido de carbono. En los últimos años, el calentamiento de las temperaturas se lo relaciono con el aumento de los incendios forestales, lo que lleva a un “bucle de retroalimentación positiva”, señala el estudio.
“El aumento de los aerosoles de carbono marrón provocará un calentamiento global o regional, lo que aumenta la probabilidad y la frecuencia de los incendios forestales”, alertó Fu. Además, detalló que el aumento de los incendios forestales emitirá más aerosoles de carbono marrón, lo que calentará aún más la Tierra y “hará que los incendios forestales sean más frecuentes”.
Para futuras investigaciones, el equipo quiere estudiar cómo los incendios forestales están cambiando la composición de los aerosoles a partir de fuentes distintas del carbono marrón. Están interesados en el efecto de los incendios sobre los bioaerosoles, que se originan en plantas y animales, y pueden contener organismos vivos, incluidos los patógenos.
La temporada de incendios forestales de 2021 batió récords en todo el mundo, dejando tierras carbonizadas desde California hasta Siberia. Un informe reciente publicado por la ONU advierte que este tipo de fuegos van camino a aumentar un 50% en 2050.
“Nuestros resultados ponen de manifiesto la importancia de controlar los incendios forestales”, resaltó Fu. Es por eso que insiste en centrar la atención en la disminución de los incendios forestales.
Otro estudio, realizado por el Centro Nacional para la Investigación Atmosférica en Boulder, Colorado, concuerda que el Ártico es una de las zonas que están siendo más afectadas por el cambio climático, con aumentos drásticos de temperaturas, el derretimiento del permafrost y otros efectos además de la reducción del hielo marino.
Los efectos del calentamiento global en el Ártico son tan graves que la región está cambiando a un clima diferente, uno que se caracteriza por menos hielo y nieve, y más lluvias y mar abierto, explicó Laura Landrum, climatóloga y autora principal del estudio, publicado en la revista Nature Climate Change.
Según detalla el estudio, “el océano helado en el Ártico ha disminuido a tal punto que, incluso en un año de extremas temperaturas gélidas, no se produciría tanto hielo como era usual en décadas pasadas”. Además, “otras dos características del clima de la región, las temperaturas típicas de la temporada y el número de días con lluvia en lugar de nieve, están cambiando de la misma manera’', destacaron.
Las simulaciones que compararon las temperaturas del aire del otoño y el invierno, así como los días de lluvia con los días de nieve mostraron que la transición a un nuevo clima está ocurriendo de manera más pausada y se espera que el cambio definitivo ocurra a mediados de este siglo.
“Las comunidades del Ártico ya están sufriendo por los cambios”, alertó Landrum. “La erosión de las líneas costeras ha hecho que algunas poblaciones nativas de Alaska empiecen a pensar en reubicarse”.
Los cambios también están afectando el suministro de alimentos. Las tormentas más cálidas generan lluvia en terrenos nevados, esto podría causar “debilidad física provocada por la falta de alimento” de animales que son fundamentales para los grupos indígenas de la zona. “El cambio climático del Ártico no representa el futuro para ellos- sentenció Landrum- es el ahora”.
La investigadora afirmó que los modelos climáticos empleados en el estudio simularon un mundo futuro donde las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento del planeta, permanecen altas. “Eso permite cierto margen de optimismo”, añadió.
“Aún tenemos la oportunidad de cambiar qué tan rápido evoluciona el Ártico, si modificamos nuestras emisiones”, concluyó.
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