En Argentina los menores de 3 años no pueden ser vacunados contra el COVID-19. Lo mismo sucede en Estados Unidos para quienes no llegan a los 5 años. El laboratorio Pfizer-BioNTech fue el primero en Norteamérica en lograr la aprobación de su vacuna contra COVID-19 para los mayores de 5 años. Y la vacuna de Sinopharm amplió el margen y permite inmunizar a quienes cumplieron 3 años o más.
¿Pero qué sucede con la población que va desde los recién nacidos hasta los 3 o 5 años, dependiendo del lugar del mundo donde uno se encuentre o de la vacuna disponible a la que uno acceda? Lo cierto es que todavía no hay vacunas para esta franja etaria, por lo que es la población más relegada frente al coronavirus SARS-CoV-2.
En Estados Unidos, los dos laboratorios de vanguardia en cuanto a vacunación contra COVID-19, Moderna y Pfizer, desde hace varios meses buscan la fórmula correcta para poder vacunar a este grupo de chicos y tiene esperanzas de haber encontrado lo que algunos científicos definen como la dosis “Ricitos de oro”: una que tenga suficiente potencia como para ofrecer una protección duradera, pero no tanto como para causar preocupantes efectos secundarios generalizados, como fiebres altas.
Para los niños menores de 6 años, Moderna ha probado un régimen de dos dosis con una cuarta parte de la potencia de su dosis para adultos. Se espera que el próximo mes Pfizer busque la autorización para un régimen de tres pinchazos para los menores de 5 años, con una décima parte de la potencia de la dosis para mayores de 11 años. También se espera que Moderna pronto divulgue datos sobre su ensayo clínico en el siguiente grupo etario: entre 6 y 11 años.
Yvonne Maldonado, profesora de enfermedades infecciosas pediátricas de la Universidad de Stanford y una de las principales investigadoras en la instalación que Pfizer ubicó en esa universidad para ensayos de vacunas pediátricas, señaló que los datos que ofrezcan Moderna y BioNTech en las próximas semanas serán claves para comprender su efectividad. La científica comentó que los investigadores estaban observando si las dosis más fuertes de Moderna “dan como resultado respuestas inmunes más robustas” que las alcanzadas en niños pequeños por Pfizer.
Las opciones de Moderna han despertado interés entre los científicos federales y los expertos en vacunas, pues una serie de estudios han generado cuestionamientos sobre el tiempo de protección de las vacunas menos potentes de Pfizer en niños en edad escolar.
Según explicó Ofer Levy, experto pediátrico en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y miembro del comité asesor independiente de vacunas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés), Pfizer tal vez eligió una dosis demasiado baja para los niños de entre 5 y 11 años “debido a la prioridad por maximizar la seguridad”. Hasta la fecha este laboratorio es el único avalado en Estados Unidos para vacunar a los más jóvenes. Tras obtener la autorización para inocular a las personas de entre 12 y 15 años en mayo, luego recibió la aprobación en octubre para inmunizar a niños de entre 5 y 11 años. Mientras que la autorización para adultos contempla a las personas de 16 y 17 años.
Moderna buscó el aval para vacunar a los adolescentes en junio, pero la FDA postergó la revisión de la solicitud por una inquietud relacionada con el riesgo de padecer miocarditis, una afección en la que se inflama el corazón y ha estado ligada tanto a las vacunas de Moderna como a las de Pfizer. Actualmente en Estados Unidos más de 22 millones de personas menores de 18 años tienen un cuadro completo de vacunación con Pfizer, pero la aplicación se ha estabilizado. Por ejemplo, solo casi uno de cada cuatro niños de entre 5 y 11 años tiene el esquema completo, aunque se le han ofrecido las vacunas a ese grupo durante más de cuatro meses.
Sin embargo, aún existe demanda para proteger a los niños más pequeños pues más personas han dejado de usar mascarillas en el país, más padres han regresado a los lugares de trabajo y se acerca la temporada de viajes veraniegos. “En comparación con los adultos, no cabe duda de que el beneficio de una vacuna eficaz en niños es menor, porque son pocos los que se enferman mucho”, comentó Eric Rubin, experto en enfermedades infecciosas de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de la Universidad de Harvard y miembro de un panel de asesores de la FDA.
En Argentina, la vacunación contra el COVID-19 empezó en octubre pasado, con la aplicación de las vacunas chinas de Sinopharm. Según datos del monitor público de vacunación, más de 8,7 millones de chicos entre 3 y 11 años se han vacunado. A los cuales se suman más de 575 mil chicos que tienen algún factor de riesgo asociado.
La Sociedad Argentina de Pediatría y el Consejo Federal de Salud realizaron, durante las semanas pasadas, reuniones para incentivar la inmunización no solo contra el COVID-19 sino también con las otras vacunas que están en el calendario oficial de vacunas obligatorias.
El 20 de enero, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó el uso de la vacuna contra el COVID-19 del laboratorio Pfizer/BioNTech para niños de entre 5 y 11 años. Y el sábado último, el Ministerio de la Salud de la Nación anunció la ampliación del uso de la vacuna Moderna para niños de entre 6 y 11 años. La decisión se fundamenta en el análisis realizado por el Instituto Nacional de Medicamentos (dependiente de la ANMAT), en el cual la evidencia clínica demuestra la viabilidad de su aplicación. En los próximos días se establecerán los lineamientos técnicos para el uso de esta vacuna en esta franja etaria.
Vacuna es necesaria, según los expertos
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) en Estados Unidos, 336 niños estadounidenses menores de 5 años han muerto de COVID-19.
El mes pasado aumentó la esperanza sobre una pronta cobertura para los niños más pequeños después de que los reguladores presionaran a Pfizer-BioNTech para que presentara resultados preliminares sobre el ensayo de su tercera dosis. La FDA quería iniciar la campaña de vacunación con dos dosis, mientras esperaba los resultados finales de la tercera. Sin embargo, ese esfuerzo se vino abajo cuando nuevos datos de Pfizer, que abarcaron información vinculada con la ola de Ómicron, mostraron de manera convincente que dos dosis no protegían de forma adecuada contra una infección sintomática.
Ahora, casi al mismo tiempo, se producen resultados más detallados de los ensayos de Pfizer y Moderna. Y, aunque ninguna empresa sabe todavía si sus vacunas tendrán suficiente eficacia para el grupo etario más joven, ambas afirman que sus investigaciones demuestran que son seguras.
“No hemos visto nada inadecuado hasta ahora, tenemos confianza en el perfil de seguridad”, declaró Paul Burton, director médico de Moderna. Amy Rose, vocera de Pfizer, señaló que, después de una investigación meticulosa, las empresas Pfizer-BioNTech eligieron “la dosis más segura y tolerable” para los niños más pequeños. Aunque las autoridades federales aseguran que con el tiempo hay un declive en la potencia de las vacunas de Pfizer y Moderna, algunos estudios en adultos sugieren que la protección de Moderna resiste más tiempo.
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