El fármaco para la artritis reumatoide baricitinib redujo el riesgo de muerte por COVID-19 durante un amplio estudio realizado en el Reino Unido, lo que refuerza la evidencia de que la clase de medicamentos que combaten la inflamación puede ayudar a los pacientes infectados.
Sumar baricitinib a los tratamientos estándar redujo el riesgo de muerte entre los pacientes hospitalizados con COVID-19 en un 13%, según los resultados del ensayo del Reino Unido llamado Recovery realizado en 8.156 personas con la enfermedad. La mayoría de los pacientes también recibieron esteroides, y aproximadamente una cuarta parte también recibió un tipo diferente de medicamento para la artritis, Actemra del laboratorio Roche Holding AG.
El baricitinib es un fármaco fabricado por Eli Lilly & Co. e Incyte Corp. de Estados Unidos.
Los hallazgos refuerzan los argumentos para el tratamiento de pacientes hospitalizados con medicamentos como baricitinib. Conocido como Inhibidores de JAK, las terapias reducen las reacciones inmunitarias potencialmente letales al bloquear un mensaje celular para producir factores que combaten las infecciones. Cuando se combinan con los de otros estudios, los resultados indican que tales medicamentos probablemente reduzcan el riesgo de muerte de los pacientes con COVID-19 en aproximadamente una quinta parte, dijeron los investigadores.
“Lo que tenemos ahora es, por así decirlo, un conjunto de medicamentos que combaten el sistema inmunitario en diferentes niveles, de maneras ligeramente distintas”, dijo Martin Landray, profesor de medicina y epidemiología en la Universidad de Oxford que ayudó a dirigir el estudio, en una sesión informativa.
La Organización Mundial de la Salud recomendó baricitinib en enero pasado para pacientes con covid grave o crítico. Las empresas venden el medicamento para el tratamiento de la artritis reumatoide bajo la marca Olumiant.
El baricitinib podría usarse con otros tratamientos contra el COVID-19, como el esteroide de bajo costo dexametasona, para salvar aún más vidas, dicen los investigadores y eso podría reducir a la mitad las muertes.
Los servicios de salud pública del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) está analizando recomendar baricitinib en base a estos nuevos resultados. El secretario de Salud y Atención Social británico, Sajid Javid, dijo: “Nuestros expertos médicos y científicos ahora considerarán los resultados antes de tomar cualquier decisión sobre los próximos pasos”.
Aunque las vacunas han hecho un gran trabajo para reducir las infecciones y proteger vidas, algunas personas aún se enfermarán gravemente por COVID-19 por lo que numerosos científicos están evaluando nuevos medicamentos para la cura.
El ensayo Recovery ya probó numerosos medicamentos existentes en pacientes con COVID-19 para evaluar si pueden contribuir a evitar muertes y hospitalizaciones. Ya ha identificado la dexametasona, el tocilizumab y un tratamiento llamado Ronapreve, descubrimientos a los que se les atribuye haber salvado muchas vidas, según expertos.
El baricitinib aparentemente fue eficaz con algunos pacientes con COVID-19 muy enfermos, incluidos los que fueron sometidos a ventiladores mecánicos. El beneficio se sumó a otros medicamentos que han demostrado salvar vidas.
Uno de los pacientes inscritos en el ensayo, Mark Rivvers, de 51 años, de Cambridge, relató su experiencia: “Estuve en el hospital durante casi un mes, principalmente en una unidad de cuidados intensivos. Todo en mi cuerpo parecía estar luchando contra todo lo demás. Tenía asistencia respiratoria casi constante, desarrollé sepsis y tuve neumonía en mis pulmones. Pero vi que era mi deber participar en la prueba de recuperación porque sabía que sin importar lo que me pasara, estaba haciendo algo positivo para ayudar a los demás. Estoy realmente complacido con el resultado con baricitinib y espero que ahora pueda usarse para beneficiar a muchos otros”.
Luego de dos años de pandemia y de numerosas y aceleradas investigaciones, en la actualidad existen varios fármacos que se aplican a personas en distintas instancias de la enfermedad, entre ellos medicamentos antiinflamatorios que evitan que el sistema inmunitario reaccione de forma exagerada con consecuencias mortales, antivirales que dificultan la replicación del coronavirus dentro del cuerpo, terapias de anticuerpos que imitan el sistema inmunológico para atacar el virus.
El investigador jefe conjunto del ensayo Recovery, Martin Landray, profesor de medicina y epidemiología en Oxford Population Health, dijo que “ahora está bien establecido que en las personas ingresadas en el hospital debido a un COVID grave, una respuesta inmunitaria hiperactiva es un factor clave del daño pulmonar”.
“Los resultados de hoy no solo muestran que el tratamiento con baricitinib mejora las posibilidades de supervivencia de los pacientes con COVID-19 grave, sino que este beneficio es adicional al de otros tratamientos que reducen la respuesta inmunitaria hiperactiva, como la dexametasona y el tocilizumab. Esto abre la posibilidad de usar combinaciones de medicamentos antiinflamatorios para reducir aún más el riesgo de muerte de algunos de los pacientes más enfermos”, subrayó.
La prueba Recovery ha reunido a más de 47.000 participantes en el Reino Unido y es el mayor estudio de tratamientos contra el COVID-19 en el mundo.
Pero su última droga, baricitinib, fue descubierta con la ayuda de un trabajo de detective de ADN. El estudio Genomic ha estado tratando de entender por qué algunas personas con COVID-19 no tienen síntomas mientras que otras se enferman gravemente. Ha estado buscando respuestas en los genes de las personas, comparando los genomas de los pacientes de cuidados intensivos con el ADN de las personas sanas y ha identificado algunas diferencias genéticas clave, incluida una en el gen TYK2. Si este gen es defectuoso, la respuesta inmunitaria puede acelerarse. Este descubrimiento genético llevó a que se agregara baricitinib a la lista de tratamientos del ensayo Recovery.
La genética es crucial para comprender cómo el COVID-19 afecta al cuerpo, y la combinación de este conocimiento del ADN con un importante ensayo clínico ha proporcionado otra arma en la lucha contra el coronavirus.
Entre los medicamentos que ya han comenzado a utilizarse contra el coronavirus se encuentra el Evusheld de Astrazeneca, que ya cuenta con la autorización de uso de emergencia de la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para prevenir el COVID-19 en inmunodeprimidos o con alergias severas a las vacunas y que está siendo revisado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en la actualidad. Se trata de una combinación de anticuerpos (tixagevimab y cilgavimab) de acción prolongada cuya función principal es prevenir el COVID-19, ya que sirven de anticuerpos sustitutos que pueden restaurar, mejorar o imitar el ataque del sistema inmunitario a los patógenos. Es decir, Evusheld está diseñado para bloquear la adhesión viral y la entrada en células humanas, neutralizando así el virus.
Uno de los fármacos cuyo uso se encuentra más difundido es el molnupiravir, que inhibe la replicación de ciertos virus de ARN. Se lo empezó a investigar en 2020 para tratar a personas con la enfermedad COVID-19. Recientemente, se conoció que al acceder a ese fármaco los pacientes con la infección reducen el riesgo de hospitalización en un 30%. Ya fue aprobado por la autoridad regulatoria de los Estados Unidos como segundo tratamiento para utilizar en el hogar. Pero ahora se busca probar si el medicamento también podría indicarse como preventivo en personas que aún no se vacunaron.
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