Aunque no estén en este mundo, siete astronautas que conviven en la Estación Espacial Internacional (EEI) saben muy bien que Rusia invadió Ucrania desde hace 11 días. Y si bien no escuchan las bombas que caen en Kiev y otras ciudades ucranianas, se informan por Internet y hasta ven en vivo las explosiones, incendios y las largas filas de tanques, camiones y blindados que se pueden distinguir desde el espacio.
La actual tripulación de la EEI está integrada hoy por 4 estadounidenses, 2 rusos y un alemán, que están haciendo ciencia mientras orbitan la Tierra y parecen alejados de los conflictos terrestres.
“Por el momento no podemos hacer comentarios sobre la crisis”, fue el limitado comunicado que brindaron los 7 astronautas que llevan adelante la Expedición 66 de la EEI en el espacio. Ellos son los astronautas de la NASA, Mark Vande Hei, Raja Chari, Thomas Marshburn y Kayla Barron. También están los dos cosmonautas rusos Anton Shkaplerov y Pyotr Dubrov y el astronauta de la ESA (Agencia Espacial Europea) Matthias Maurer.
Dentro de la estructura de módulos ensamblados de 425 metros cúbicos, de casi 450 toneladas de peso y tan grande como una cancha de fútbol, los tripulantes deben convivir en armonía para llevar adelante una serie de trabajos clave para mantener la estructura en órbita. “La EEI continuará con normalidad incluso en medio de la guerra en Ucrania”, señaló la NASA esta semana como una forma de bajar las tensiones surgidas en los últimos días con el número uno de la agencia espacial rusa y las especulaciones surgidas sobre cómo sería el funcionamiento del laboratorio orbital en medio de la invasión rusa.
Después de que el presidente Joe Biden anunciara una serie de sanciones a Rusia que “degradarán su industria aeroespacial, incluyendo a su programa espacial”, el director general de Roscosmos, Dmitry Rogozin, señaló en Twitter que la órbita y la ubicación de la estación en el espacio están controladas por motores rusos. “Si bloquea la cooperación con nosotros, ¿quién salvará a la Estación Espacial Internacional (EEI) de una salida de órbita descontrolada y una caída en Estados Unidos o... en Europa?”, dijo Rogozin. “También existe la posibilidad de que una estructura de 500 toneladas caiga sobre India y China. ¿Quieres amenazarlos con tal posibilidad? La EEI no vuela sobre Rusia, por lo tanto, todos los riesgos son suyos. ¿Están listos para ellos? “, escribió.
La EEI es una colaboración entre EEUU, Rusia, Japón, Canadá y la Agencia Espacial Europea. La misma se divide en dos secciones: el segmento orbital ruso y el segmento orbital estadounidense. “El segmento ruso no puede funcionar sin la electricidad en el lado estadounidense, y el lado estadounidense no puede funcionar sin los sistemas de propulsión que están en el lado ruso”, dijo a CNN el exastronauta de la NASA Garrett Reisman. “Así que no puedes hacer un divorcio amistoso. No puedes hacer una separación consciente”, precisó.
La NASA confirmó que las operaciones de colaboración entre ella y la agencia espacial rusa seguirán adelante, a pesar de la rápida escalada de tensiones entre Rusia y EEUU. “El equipo de la Estación Espacial Internacional sigue llevando a cabo de forma segura operaciones de investigación en la órbita terrestre baja”, señaló un portavoz. “Las operaciones en curso de la estación continúan, incluyendo el trabajo para llevar a la tripulación al puesto orbital y devolverla de forma segura a la Tierra”, agregó. Eso incluirá el regreso del astronauta de la NASA Mark Vande Hei, que está previsto que vuelva a la Tierra el 30 de marzo, utilizando una nave espacial rusa Soyuz. Si el vuelo de regreso de la Soyuz se realiza según lo previsto, los cosmonautas Shkaplerov y Dubrov regresarán a la Tierra con Vande Hei.
Cuando regrese a la Tierra, Vande Hei establecerá un nuevo récord estadounidense con 355 días consecutivos en el espacio. Originalmente debía regresar en octubre, pero su misión se prolongó para dar cabida a un cineasta y una actriz rusos que rodaron una película en la Estación Espacial. Si algo cambia debido a la guerra en Ucrania y retrasa el regreso de Vande Hei, no será la primera vez que la política rusa mantiene a alguien en el aire más tiempo del previsto. En mayo de 1991, el cosmonauta soviético Sergei Krikalev embarcó en la estación espacial Mir, y no volvió a casa hasta marzo de 1992, su regreso se retrasó por la caída del gobierno soviético en diciembre de 1991. Krikalev volaría más tarde a bordo del transbordador espacial de la NASA y de la ISS, un ejemplo de la cooperación bilateral que, según la NASA, mantendrá en funcionamiento la estación espacial y otras actividades espaciales conjuntas de EE.UU. y Rusia, a pesar del creciente conflicto en Ucrania.
“La NASA y sus socios internacionales han mantenido una presencia humana continua y productiva a bordo de la Estación Espacial Internacional durante más de 21 años”, aseveró un portavoz. La cooperación también continuará en tierra, señalaron, con tres cosmonautas rusos que actualmente se entrenan en el Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston. Dos astronautas de la NASA completaron su formación en Rusia en febrero.
Sin embargo, la NASA y la Agencia Espacial Rusa no son las únicas entidades en juego, y aún no está claro si el conflicto en Ucrania y sobre Ucrania -y las subsiguientes sanciones de EE.UU. y Europa- afectarán a los lanzamientos espaciales comerciales y a las empresas que dependen de los servicios de lanzamiento a través del puerto espacial ruso de Baikonur, en Kazajistán. La empresa de constelaciones de satélites OneWeb, de la que el gobierno británico es copropietario, tenía previsto lanzar satélites desde Kazajistán a principios de marzo a bordo de cohetes rusos Soyuz, pero el despegue fue cancelado por la situación en Ucrania.
La vida cotidiana en la ISS
En el diario de navegación de la estación orbital, figura la entrada del 1 de marzo que busca mostrar una imagen de normalidad alejada del conflicto armado. Se puede observar a los astronautas realizar experimentos de ciencias naturales, con tejidos y sangre, a cargo de Marshburn y Vande Hei. También el alemán Maurer participa en un experimento sobre acústica y pérdida de oído. El estadounidense Raja Chari prepara dos trajes para una próxima salida al exterior (el 15 de marzo) y la también estadounidense Kayla Barron realiza labores de limpieza en los urinarios de la estación espacial.
Los dos cosmonautas, el comandante Anton Shkaplerov y el ingeniero Pyotr Dubrov, pasan la mayoría de su tiempo en el segmento ruso de la ISS, inspeccionando el módulo Zvezdá y preparando el desacoplamiento de una nave Soyuz para el próximo 30 de marzo que los devolverá a la Tierra. Si bien los astronautas realizan varias tareas de mantenimiento y ciencia, también tienen ratos libres para ejercitarse, leer y también actualizar sus redes sociales. La mayoría utiliza la red social Twitter para mantener informados a sus seguidores de sus actividades en el espacio.
El astronauta Mark Vande Hei es uno de los más activos. En los últimos días, ha fotografiado la Luna, las montañas en Beirut y hasta la ciudad de Washington. También ha mostrado una imagen de su colega Kayla realizando ejercicio.
Pero el también activo en redes sociales, el comandante Shkaplerov, que festejó sus 50 años con una foto, publicó un tuit con una leyenda que algunos consideraron una provocación pacifista por parte del Kremlin y un ninguneo de la situación en Ucrania. Sobre una foto de la Tierra, escribió la frase “nuestro hermoso planeta azul”.
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