A medida que avanza la invasión de Rusia a Ucrania, se acrecientan las sanciones y restricciones económicas impuestas por los integrantes de la OTAN al gobierno de Vladimir Putin. El cerco económico a las instituciones y empresas rusas se extiende, y abre incógnitas sobre qué pasara con la distribución y comercialización de la vacuna Sputnik V. ¿Cuánto impactarán las restricciones en los insumos necesarios para la producción?
En las últimas horas, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos prohibió a los estadounidenses realizar transacciones con el Banco Central de la Federación Rusa, el Fondo Nacional de Riqueza de la Federación Rusa y el Ministerio de Finanzas de la Federación Rusa. El presidente Joe Biden había ordenado la semana pasada a la secretaria del Tesoro que imponga sanciones de bloqueo total al Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, por sus siglas en inglés). Según explicó la Casa Blanca, “ésta es una entidad financiera de propiedad estatal que funciona como un fondo soberano de riqueza y atrae capital; su objetivo es atraer capital a la economía rusa en sectores de alto crecimiento y alta tecnología”.
Siguiendo esas instrucciones, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) que depende del Departamento del Tesoro de EEUU, sancionó al Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, por sus siglas en inglés), con exposición al sistema financiero de los Estados Unidos y a su director ejecutivo (CEO), Kirill Dmitriev.
“Putin y su círculo íntimo han confiado durante mucho tiempo en RDIF y Dmitriev para recaudar fondos en el extranjero, incluso en los Estados Unidos. Al restringir aún más a estas personas y entidades del sistema financiero estadounidense, Estados Unidos continúa demostrando su compromiso inquebrantable de apoyar a Ucrania, imponer costos al círculo íntimo de Putin o a aquellos conectados con Putin y su elección por la guerra, y evitar que el régimen de Putin aumente su capital para financiar su invasión de Ucrania y otras prioridades”, expresó el Departamento del Tesoro norteamericano, a través de un comunicado publicado en su portal web.
Los desarrolladores de la vacuna Sputnik
Con las recientes sanciones económicas al Fondo Ruso de Inversión Directa, se abre el interrogante de cuánto va a afectar el bloqueo a la provisión de insumos y la producción de las dosis en Rusia y su consiguiente distribución internacional. También falta determinar si estas restricciones pueden afectar la provisión del componente activo con el que la empresa nacional Laboratorios Richmond envasa la fórmula en el país. Hasta el momento, la distribución y comercialización de la vacuna Sputnik en Argentina sigue el curso pautado.
En cuanto a las dosis que espera recibir Argentina, del contrato original firmado con las autoridades rusas por unas 30 millones de vacunas contra el coronavirus, aún quedan por recibir 9.020.665 de dosis de la vacuna Sputnik. El Ministerio de Salud de Argentina estimaba recibirlas en el primer trimestre de este año.
Rusia fue uno de los primeros países del mundo en desarrollar una vacuna contra el coronavirus al lanzar la Sputnik V en agosto del 2020 y la fórmula desarrollada por el Instituto Gamaleya se utiliza en más de 70 países del mundo.
Sin embargo, hasta ahora no ha sido homologada ni por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni por las autoridades regulatorias de la Unión Europea. Un situación que provocó inconvenientes en millones de personas que se ven imposibilitados de ingresar a destinos que exigen una pauta completa de vacunación con una fórmula avalada, al menos, por una agencia sanitaria internacional.
En diciembre de 2021, el director ejecutivo del RDIF, Kirill Dmitriev, adelantó que la fórmula rusa sería eficaz contra la variante Ómicron y que se encontraba en “buenas negociaciones” con la OMS. Dmitriev, habló con Infobae en diciembre, sobre los alcances del desarrollo ruso frente a las nuevas variantes y sobre la inminente autorización por parte de la OMS y dijo: “Nuestro Ministerio de Salud está trabajando muy de cerca de la Organización Mundial de la Salud (OMS)″.
Sin embargo, la invasión a Ucrania cambió por completo el tablero mundial, y ahora quedará por ver cómo impactan las sanciones económicas a los desarrolladores de la vacuna y a la posible autorización de Sputnik por parte de la OMS.
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