El esqueleto humano es un conjunto de huesos que se modifica constantemente, nuestra estructura ósea se renueva cada 10 años, pero a partir de los 30 años ese proceso de recambio es cada vez más lento. Es así que cuando la pérdida de masa ósea se hace más severa se puede producir osteoporosis, una enfermedad esquelética sistémica caracterizada por el deterioro de la microarquitectura de los huesos y por una resistencia cada vez más débil.
Sin embargo, la osteoporosis no presenta síntomas y suele descubrirse recién cuando se produce la primera lesión grave o fractura, que generalmente se da en muñecas, caderas y vértebras.
La obesidad interfiere con el metabolismo óseo a través de factores mecánicos, hormonales e inflamatorios. Estos factores están íntimamente relacionados con el peso, la composición corporal y los patrones dietéticos de estos pacientes. No se conocía bien el efecto beneficioso o perjudicial neto sobre la masa ósea o el riesgo de fractura de los diferentes componentes de esta afección.
Científicos del Departamento de Endocrinología, Diabetes, y Metabolismo perteneciente a la Universidad de Medicina de Chicago realizaron un estudio a fin de reconocer a los pacientes con mayor riesgo de enfermedad ósea relacionada con la obesidad para proponer una intervención adecuada.
Los hombres con altos niveles de grasa corporal tienen una densidad ósea más baja y es más probable que puedan fracturarse un hueso, comparados con aquellos con niveles normales de grasa corporal, según el estudio de ese equipo de investigadores publicado en el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism de la Endocrine Society.
La mayoría de los análisis previos han demostrado efectos positivos o neutrales de la masa grasa corporal (el peso de la grasa en el cuerpo) sobre la salud ósea. La masa magra es el peso total del cuerpo, incluidos los órganos, la piel y los huesos, menos la grasa. A menudo, se asume que las personas con mayor peso corporal tienen una alta densidad ósea y un bajo riesgo de fractura, y es menos probable que estos pacientes se sometan a pruebas de detección de osteoporosis.
Los investigadores analizaron los datos de densidad mineral ósea y composición corporal de 10.814 personas menores de 60 años de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) 2011-2018. Encontraron una fuerte asociación positiva entre la masa magra y la densidad mineral ósea tanto en hombres como en mujeres. Por el contrario, la masa grasa tuvo una asociación moderadamente negativa con la densidad mineral ósea, especialmente en los hombres.
“Descubrimos que una mayor masa grasa estaba relacionada con una menor densidad ósea, y estas tendencias eran más fuertes en los hombres que en las mujeres”, dijo el doctor Rajesh K. Jain, de la Universidad de Medicina de Chicago y agregó: “Nuestra investigación sugiere que el efecto del peso corporal depende de la composición de la masa magra y grasa de una persona, y ese peso corporal alto por sí solo no es una garantía contra la osteoporosis”.
“Aquí -indicó Rajesh K. Jain-, nuestro objetivo fue probar si la pérdida aguda de tejido adiposo, a través del análisis de cómo se altera la masa ósea en ratones obesos con edad elevada”. Para ello los científicos indujeron la apoptosis (proceso de muerte celular programada) en ratones machos obesos.
Al finalizar la investigación, la masa grasa total pesaba un 58 % menos en los ratones seguidos con un dimer en comparación con los controles tratados de modo manual, pero la masa ósea no difirió. Para permitir la detección de efectos a largo plazo, usaron ratones de 9 meses de edad. En este experimento, la masa grasa total pesó menos (-68 %) en los ratones monitoreados con un dimer que aquellos con controles manuales, pero ni la masa ósea ni las propiedades biomecánicas difirieron entre los grupos.
“Nuestros hallazgos muestran que la pérdida de tejido adiposo, a pesar de la carga mecánica reducida, no afecta el hueso en ratones obesos relacionados con la edad -continúa Jain-. Se necesitan estudios futuros para probar si la pérdida de tejido adiposo es beneficiosa durante la obesidad más severa. no afecta el hueso al avanzar en edad”.
La baja calidad de la masa ósea aumentan el riesgo de fracturas. Para resistirlas, la carga mecánica del esqueleto es determinante ya que se mantiene la salud esquelética al aumentar la masa ósea. La disminución de la carga mecánica, por ejemplo, durante el reposo en cama o la disminución de las fuerzas gravitatorias de los vuelos espaciales, da como resultado la pérdida ósea, mientras que el aumento de la carga mecánica, inducida, por ejemplo, por el ejercicio, da como resultado la ganancia ósea.
La carga mecánica también aumenta con el incremento del peso corporal observado durante, por ejemplo, la obesidad, y “durante mucho tiempo se ha pensado que ésta protegía los huesos, ya que la obesidad se ha asociado con un aumento de la masa ósea y disminución del riesgo de fracturas. Sin embargo, también se ha asociado con un mayor riesgo de fracturas, lo que indica que la relación entre obesidad y hueso es compleja”.
En el presente estudio, los especialistas buscaron determinar el efecto de la pérdida aguda de tejido adiposo sobre la masa ósea en ratones obesos relacionados con la edad, aunque arribaron a conclusiones que ponen alerta sobre los vínculos entre la obesidad y la osteoporosis, consideraron en su documento que “el impacto de la obesidad y el tejido adiposo en el hueso aún no se conoce por completo”. Varios modelos han intentado explorar este problema, cada uno con sus pros y sus contras. En el presente análisis, la ablación de tejido adiposo inducible en ratones con obesidad relacionada con la edad no afectó el hueso.
Aunque, “es indispensable que los especialistas empiecen a considerar la detección de osteoporosis en pacientes con un peso corporal alto, sobre todo si tienen otros factores de riesgo, como una edad avanzada, una fractura previa, antecedentes familiares o uso de esteroides”, concluyó Jain.
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