Vacuna es una de las palabras del momento. Desde diciembre de 2020 hasta ahora, más de 4.850 millones de personas en todo el mundo han recibido una dosis de la vacuna contra el COVID-19. Una cifra que equivale a más del 63,3% de la población mundial. Sin embargo, aún muchos quedan atrás: solo el 10,6% de los que viven en países de ingresos bajos han accedido a una dosis. En el contexto de la pandemia, los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de Estados Unidos han cambiado la definición sobre qué significa “vacuna” hoy con la idea de aclarar en qué consiste y para dar más transparencia.
En la actualidad, hay más de 26 vacunas para diferentes enfermedades en el mundo. Para la enfermedad COVID-19, ya se han autorizado 12 vacunas para uso de emergencia en diferentes países. En Estados Unidos, se han autorizado 3 y dos de ellas (las de Pfizer y BioNTech y la de Moderna) tienen aprobación plena.
Hoy según los CDC una vacuna es “un preparado que se utiliza para estimular la respuesta inmunitaria del organismo contra las enfermedades. Las vacunas suelen administrarse mediante inyecciones con aguja, pero algunas pueden administrarse por vía oral o pulverizarse en la nariz”.
En tanto “vacunación” es el acto de introducir una vacuna en el cuerpo para producir protección contra una enfermedad específica. Y aclararon que “inmunización” es el proceso por el cual una persona queda protegida contra una enfermedad mediante la vacunación, de acuerdo con la actualización de los CDC. Inmunización puede utilizarse indistintamente con el de vacunación o inoculación.
¿Qué cambió en la definición y por qué? Un vocero de comunicación de los CDC, Scott Pauley, respondió a Infobae: “La definición anterior podía interpretarse como que las vacunas eran 100% efectivas. Pero eso no ha ocurrido nunca con ninguna vacuna. Por lo que la definición actual es más transparente, y también describe las formas en que las vacunas pueden ser administradas”, afirmó. “También es importante señalar que las modificaciones de la definición de vacuna no cambian el hecho de que las vacunas y el acto de vacunar han prevenido millones de enfermedades y han salvado innumerables vidas”, agregó.
Antes del cambio de la definición, la agencia de salud pública de Estados Unidos consideraba que la vacuna era un “producto que estimula el sistema inmunitario de una persona para que produzca inmunidad frente a una enfermedad específica, protegiendo a la persona de esa enfermedad”. Esto significa que la nueva definición no incluye a la palabra “inmunidad”. Solo se centra en la estimulación de la respuesta inmunitaria del organismo humano después de que se realiza la aplicación de la dosis.
Consultado por Infobae, el doctor Jorge Geffner, investigador superior del Conicet y vicedirector del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (INBIRS) expresó su desacuerdo con la nueva definición de “vacuna” según los CDC. “No me parece bien que hayan dejado de decir que la vacuna otorga protección en la propia definición. Es un concepto crítico”, afirmó. “Las vacunas contra las diferentes enfermedades, incluyendo el COVID-19, confieren protección. Esa es la propiedad central de todas las vacunas aprobadas. Nunca implican un blindaje absoluto. Por eso, es relevante mantener los cuidados de prevención como el uso del barbijo o la ventilación. Las vacunas pueden conferir protección diferencial para enfermedad grave. Es lo que hacen con enorme eficiencia las vacunas frente a COVID-19″, añadió Geffner.
El desacuerdo con la nueva definición por parte del científico radica en que “las vacunas deben inducir una franca protección para ser autorizadas por la autoridad regulatoria. No todas las vacunas ensayadas han mostrado inducir protección significativa. Por lo tanto, no fueron luego aprobadas. Por ejemplo -mencionó el doctor Geffner- se han realizado diferentes ensayos clínicos con vacunas contra la infección por el VIH: eran inoculantes que generaron una respuesta inmune pero no brindaron protección, al menos de forma relevante”. Resaltó: “Considero que en toda definición de la palabra vacuna debería establecerse que es un preparado que otorga protección contra una enfermedad específica”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice en su sitio web que las vacunas contra el COVID-19 no proporcionan una protección completa (100%). Esto se aclara porque hay personas completamente vacunadas que incluso pueden contagiarse el virus. La OMS informa que “es muy raro que alguien vacunado sufra una enfermedad grave o muera”.
En 2021, la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), promovida por la Agencia EFE y la Real Academia Española, eligió “vacuna” como palabra del año. Además de tener en cuenta su gran presencia en el debate social, político, científico y económico, la seleccionó por su interés lingüístico.
El concepto de “vacuna” surgió en el siglo XVIII a raíz del descubrimiento del médico inglés Edward Jenner de que los infectados por la viruela bovina quedaban protegidos frente a la viruela humana. Aunque antes, en 1774, un granjero inglés Benjamin Jesty fue el primer vacunador en la historia de la humanidad.
Jesty creía que las personas que ordeñaban las vacas adquirían el virus de la viruela bovina y quedaban protegidas contra la enfermedad. Con ese supuesto, le administró a su esposa y a sus dos hijos el virus extraído de lesiones de la ubre de una vaca infectada. Su intención era proteger a su familia contra la viruela que amenazaba la salud de la población.
En español, se utilizó durante un tiempo la palabra “vaccina” (creada a partir del latín vaccinus, es decir, ‘de la vaca’). Pero luego se impuso vacuna, que aparece por primera vez en el Diccionario de la Real Academia Española en 1803, aunque no con su significado actual, que se incluyó en 1914.
La empresa Merriam-Webster, que publica diccionarios en Estados Unidos, también hizo un cambio en la definición de “vacuna” recientemente por el desarrollo de las vacunas de ARN mensajero que antes de la pandemia no estaban autorizadas para su uso, aunque había investigación clínica con ese tipo de plataforma para otras enfermedades, como el Zika.
El diccionario de Merriam-Webster considera hoy que una “vacuna” es una preparación que se administra (como por inyección) para estimular la respuesta inmunitaria del organismo contra un agente infeccioso o una enfermedad específica”. Puede ser una preparación antigénica de un agente patógeno (como una bacteria o un virus) típicamente inactivado o atenuado o uno de sus componentes o productos (como una proteína o toxina).
También dio lugar a las de ARN mensajero al decir que una “vacuna” también es una preparación de material genético (como una cadena de ARN mensajero sintetizada) que es utilizada por las células del organismo para producir una sustancia antigénica (como un fragmento de proteína de espiga del virus).
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