Uno a uno los países del mundo están normalizando la movilidad de las personas, especialmente en Europa. Mientras tanto, China continúa aplicando la estrategia sanitaria conocida como COVID cero, que implica un férreo control para evitar infecciones, ya que el contagio masivo recargaría su sistema sanitario.
Por estos días, Pekín es anfitrión de los Juegos Olímpicos de Invierno y, en ese marco, sus restricciones por COVID cero están siendo observadas por el mundo. El gigante asiático aplica importantes restricciones con el objetivo de evitar la difusión masiva de la supercontagiosa variante Ómicron del SARS-CoV-2.
Investigadores chinos realizaron un estudio que advirtió sobre el restablecimiento de la movilidad normal de la población en las regiones sometidas a COVID cero. De acuerdo con los especialistas, esto podría causar unos 2 millones de muertes en un año. Señalaron también que la estrategia tiene que apuntar a desarrollar vacunas mejores, que prevengan la infección, y no solo eviten las hospitalizaciones y muertes.
Los científicos chinos, lo mismo que sanitaristas de ese país, han recomendado continuar con los controles estrictos, ya que consideran que los riesgos de transmisión son muy altos y el contagio masivo significaría una presión intolerable para el sistema sanitario del país.
Los investigadores utilizaron análisis de Chile y Gran Bretaña para estimar la “eficacia de referencia” de las vacunas actuales: CoronaVac en el caso de Chile y las inyecciones de Pfizer y Oxford/AstraZeneca de Gran Bretaña. Estimaron que la eficacia de referencia contra la enfermedad sintomática de las vacunas era del 68,3%. En tanto, el cálculo para la eficacia de referencia de las vacunas existentes contra la muerte era del 86%. La estimación de la eficacia contra la infección —que resultó ser del 30%— se basó en datos británicos y la eficacia contra la enfermedad sintomática y las muertes se basó en datos extraídos de un estudio sobre CoronaVac de Sinovac en Chile.
Aún cuando la tasa de vacunación global lograra alcanzar un 95%, si la movilidad de la población se normalizara, es decir que fuera igual que en 2019, los investigadores chinos consideraron que, en todas las regiones con COVID cero se producirían más de 234 millones de infecciones en un año, incluyendo 64 millones de casos sintomáticos y 2 millones de muertes.
“La humanidad debe seguir desarrollando vacunas y explorando nuevas formas de mejorar la protección vacunal contra la infección para eliminar el COVID-19 a nivel mundial”, sostuvo el equipo de científicos chinos en un artículo, publicado el viernes último en el boletín semanal del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China (CCDC).
El grupo científico instó a aumentar la eficacia de las vacunas contra la infección hasta un 40% para reducir la incidencia del COVID-19 a los niveles de la gripe. Con las vacunas la eficacia contra la enfermedad sintomática debería ascender hasta el 90%, dijeron. Afirmaron que es más importante que las nuevas vacunas sean eficaces contra la infección que contra la enfermedad sintomática o la muerte. “La clave para controlar el COVID-19 reside en el desarrollo y el uso generalizado de vacunas que sean más eficaces para prevenir la infección”, afirmó el equipo.
China es la única economía importante que mantiene una política de COVID Cero a pesar de las advertencias de que podría perjudicar el crecimiento. Otras, como Singapur, Australia y Nueva Zelanda, también la aplicaron con rigurosidad, pero la fueron abandonado en favor de lo que los dirigentes políticos llaman “aprender a vivir con COVID”.
“En todo el mundo, excepto en China y Australia Occidental, todos los demás han pasado a la acción”, afirmó Jaya Dantas, profesora de salud internacional en la Curtin School of Population Health de Perth (Australia), que calificó el documento chino de “muy pesimista”.
Especialistas de otros países consideran que los científicos chinos escribieron un documento interno muy centrado en el escenario de su país y es posible que quieran apoyar las medidas de COVID cero del gobierno.
China ha redoblado su mensaje de COVID cero y sigue controlando ciudades enteras. Los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín se celebran en una burbuja de “circuito cerrado” que algunos atletas han calificado de excesiva.
“Antes pensábamos que el virus podía contenerse básicamente mediante vacunas, pero ahora parece que no hay un método sencillo para controlarlo, salvo con medidas integrales”, declaró el domingo Wu Zunyou, epidemiólogo jefe del CCDC, al Global Times, dirigido por el Partido Comunista.
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